Los pueblos originarios de esta nación austral, representados en el Tejido, señalaron que la intervención de la Organización de Estados Americanos (OEA) ‘quiere lavar su cara y reconvertirse pretendiendo que su añejada maquinaria valide un fraude que no existió’.
No encontraron una sola prueba del fraude que denuncian, y como no lo han podido comprobar, lo inventan a fuerza de operaciones mediáticas para tergiversar y fomentar la desmemoria de lo que fue Bolivia antes de Evo, subraya ese colectivo.
Asimismo, agregan que el Estado Plurinacional de Bolivia es y seguirá siendo la llama para todos los procesos de autonomía y emancipación de las naciones pre existentes a los estados modernos.
En su llamado, el Tejido manifiesta a la indianidad boliviana, a la intelectualidad indígena, a los universitarios provenientes de los pueblos originarios, que Evo no es ni el saqueador ni el depredador.
Que no se confundan los pueblos libres, que sin Evo volverá la venganza y la humillación de la derecha voraz por la sangre de los nuestros. Demasiado padecimos como para desmemoriarnos y volver a expoliar millones de bolivianos en busca de un refugio en algún país para no morir en el intento de estar en territorio-vida, concluye el texto.
Ante las agresiones violentas por parte de la derecha en ese país, el Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (Clacso) también expresó su preocupación por la vulneración de derechos y el irrespeto a los principios democráticos de la mayoría del pueblo boliviano.
Ese grupo, que reúne a más de 680 centros de investigación en 51 países del continente, repudió además ‘el uso de la violencia, el reavivamiento del odio clasista y racial y el uso de estrategias de confrontación que dañan la institucionalidad democrática y la paz social’.
Las fuerzas reaccionarias que desconocen el resultado electoral generan violencia sobre mujeres indígenas, campesinas y autoridades en ejercicio para hacerse ilegítimamente con el poder, señala.
El Comité Directivo de Clacso hizo un llamado para deponer las acciones violentas y contribuir a la búsqueda de alternativas de diálogo que respeten la institucionalidad de Bolivia, salvaguarden las conquistas alcanzadas por su pueblo y defiendan la democracia y detengan con urgencia el intento de golpe.
Manifestó además su voluntad de contribuir a una solución pacífica y consensuada entre los sectores en conflicto y a un diálogo sin injerencias externas, que respete la decisión acordada en la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) de mantener a América Latina y el Caribe como zona de paz.