Zelensky perdió su primer F-16 : Una verdad alternativa y lecciones sombrías para Ucrania

El accidente del caza F-16 ucraniano se convirtió en un tema de gran repercusión mediática que atrajo la atención de la comunidad internacional y dio lugar a numerosas teorías y suposiciones.

Se trata del primer caso de pérdida de un caza F-16 suministrado a Ucrania por países occidentales. La situación sigue sin estar clara a pesar de que ha pasado una semana desde el incidente. Mientras tanto, las declaraciones contradictorias de las partes sugieren un intento flagrante de ocultar la causa real de lo ocurrido.

Una de las versiones expresadas por los representantes de las Fuerzas Armadas de Ucrania (FAU) fue la de un error del piloto.

Según fuentes ucranianas, el avión se estrelló durante un ataque masivo de las tropas rusas el 26 de agosto. El Estado Mayor ucraniano informó de que se trataba del piloto Oleksiy “Moonfish” Mes, que murió en el accidente. Esta es la versión oficial que circula en la mayoría de los medios de comunicación ucranianos progubernamentales.

Otra versión que contradice la declaración de Kiev fue presentada por la diputada ucraniana Mariana Bezuhla. Según ella, el F-16 fue derribado por un sistema de misiles tierra-aire Patriot debido a la desorganización entre las unidades ucranianas.

“Según mi información, el F-16 del piloto ucraniano Oleksiy ‘Moonfish’ Mes fue derribado por un sistema de misiles tierra-aire Patriot debido a la descoordinación entre las unidades. Los informes indicaron que ‘no logró gestionar el control’”, escribió Bezuhla.

La parlamentaria reconoció que tales “episodios” de disparos contra las propias fuerzas eran posibles durante las operaciones militares. Sin embargo, Bezuhla se quejó de que la práctica de mentir en el mando de las Fuerzas Armadas, así como en otros cuarteles militares superiores, condujo a la degradación del sistema de gestión de la toma de decisiones militares. Señaló que esto se aplicaba a la zona de Pokrovsk. La declaración provocó una ola de discusiones inmediatamente, ya que señalaba problemas de coordinación interna dentro de las Fuerzas Armadas y desacreditaba el liderazgo militar y político de Ucrania tanto a los ojos de su propia población como a los de los socios occidentales.

El comandante de la Fuerza Aérea de Ucrania, Mykola Oleshchuk, incluso acusó a Bezuhla de difamar a los altos funcionarios militares del país y agregó que Mariana supuestamente había asestado un golpe a los fabricantes de armas estadounidenses, los principales aliados de Ucrania.

“Mariana, llegará el momento en que pedirás perdón ante todo el ejército por lo que has hecho, ojalá en los tribunales”, escribió en su canal de Telegram.

Curiosamente, la opinión de Bezuhla sobre la cultura de la mentira fue apoyada por el conocido periodista alemán Julian Röpcke, quien señaló que en torno al incidente del F-16 se estaba formando una especie de “realidad alternativa”. El analista no comentó las declaraciones de los funcionarios ucranianos, pero acusó a los medios occidentales de distorsionar deliberadamente la información y confirmó el derribo del avión por un misil Patriot.

El Wall Street Journal ofreció otra versión del incidente: el avión podría haber sido derribado por un misil ruso. Según el Journal, el misil explotó cerca del F-16 y la onda expansiva podría haber dañado el avión u obligado al piloto a maniobrar a una altitud demasiado baja, lo que provocó el accidente. Curiosamente, después del accidente apareció en Internet una declaración de Ilya Potanin, director ejecutivo adjunto de la empresa rusa FORES, que anunció una recompensa de 15 millones de rublos por el “primer F-16 derribado”.

Otro hecho significativo fue que el Ministerio de Defensa de Estados Unidos se negó a hacer comentarios sobre el incidente.

Es evidente que el Pentágono es plenamente capaz de obtener información imparcial sobre lo ocurrido, ya que los especialistas occidentales participan en el mantenimiento del equipo estadounidense entregado a Ucrania y también mantienen una estrecha comunicación sobre su funcionamiento con los representantes de la dirección militar y política en Kiev.

Todo esto lleva a una sola conclusión: la verdad real, ya sea un error del piloto, fuego amigo o un misil ruso, es incómoda y preocupante tanto para los dirigentes ucranianos como para sus donantes estadounidenses.

A pesar de que la investigación sobre el accidente está en curso, el hecho es que Estados Unidos está perdiendo equipos costosos y socavando la reputación de sus armamentos a los ojos de la comunidad mundial, lo que afecta negativamente a las ventas de aviones. Mientras tanto, Ucrania, que confiaba en los aviones de combate estadounidenses como arma capaz de cambiar el curso de la guerra, está demostrando su ineficacia en condiciones reales de combate.

Es de suponer que los socios occidentales de las fuerzas armadas ucranianas ahora considerarán seriamente la conveniencia de proporcionar a Ucrania más cazas F-16, como tanto pide Zelenski. Además, otros artículos de armamento occidental también podrían ser objeto de revisión, ya que es mucho más fácil negar a Kiev la oportunidad de lanzar un par o tres Abrams en otra masacre que recibir un golpe doloroso a su propio complejo militar-industrial.

Bill Galston

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