El día jueves 30 de agosto, se llevó a cabo la segunda jornada del juicio oral por el asesinato de
Javier Chocobar. En esta oportunidad, declararon seis testigos de la comunidad, entre los cuales
estuvieron presentes tres hijos de Javier.
Los testimonios de los hijos de Chocobar fueron claves ya que a partir de sus relatos se ratifica que fue Darío Amin quién disparó a quemarropa a Javier. El primero en prestar declaración fue Genaro Chocobar, quien afirmó de forma contundente que vio al empresario disparar contra su padre.
Asimismo, la comunera Lucrecia Cata manifestó que en el momento del asesinato de su tío, estaba en compañía de dos niñas de 4 y 7 años, nietas de Javier, quienes gritaban “mataron a papá” (llamaban “papá” a su abuelo).
Por otro lado, Nicolás Mamani, que en ese momento tenía apenas 14 años, relató que pudo ver, desde una loma que estaba al lado de la cantera, cómo Amin disparaba tiros con intenciones de asesinar a Andrés Mamani (uno de los heridos de gravedad y actual Cacique de la Comunidad).
Otro de los testimonios claves fue el de la comunera Adriana Mamani, quien, luego de ver a los comuneros heridos, salió a buscar señal para llamar a una ambulancia, ya que en el lugar de los hechos no hay señal de telefonía celular. Adriana manifestó que cuando regresó vio tendido a Javier, que ya se encontraba sin vida. Su relato fue muy importante porque durante la primera jornada la defensa pretendió inculpar a los miembros de la comunidad por abandono de persona.
El testimonio de Adriana contribuyó a clarificar el contexto territorial de la comunidad ante el tribunal.
En último lugar, declaró Audolio Chocobar, hijo de Javier y actual presidente de la comunidad.
Cuando entró al recinto todos sentimos algo muy fuerte, difícil de explicar en palabras, por todo lo que él representa para nuestra comunidad. Audolio habló sobre Javier, el trabajo comunitario que sabía hacer y su rol de autoridad como vocal primero.
Ante la pregunta del tribunal acerca de por qué defendemos el territorio, nuestro presidente explicó que nuestra identidad colectiva como parte del Pueblo Diaguita, se basa en el vínculo con el mismo a partir de nuestra cosmovisión y espiritualidad, lo cual se transmite de generación en generación a través de ceremonias como la de agradecimiento a la madre tierra. Esta relación constituye el fundamento principal (además del reconocimiento legal por parte del Estado) de la defensa pacífica de nuestro territorio ante la pretensión de usurpación y saqueo de los recursos naturales por parte de Amin. En este sentido, también manifestó que nuestros derechos colectivos como pueblo preexistente, se encuentran reconocidos en la ley N° 26160 y en la Constitución Nacional.
EL IDIOMA DE LA JUSTICIA OCCIDENTAL Y LA INTERCULTURALIDAD COMO HERRAMIENTA PARA EL DIÁLOGO
En relación al Tribunal, sentimos que en esta jornada hubo una mayor apertura a entender nuestra realidad y vida comunitaria. Cuando una de las comuneras dijo “luchamos” (en primera persona del plural) la defensa la indagó violentamente preguntando si ella en persona había participado. Ante este ataque, el tribunal intervino frenando a la defensa, al entender que cuando hablamos en plural, hablamos desde nuestra identidad colectiva como parte de la comunidad. El asesinato de Javier destruyó no solo a la familia sino a toda la comunidad, ya que la afectación es colectiva. En todos los relatos se transmitió el vínculo familiar y lo traumático que fue el hecho para todos.
Más allá de que hablamos castellano, la justicia occidental habla otro idioma distinto al nuestro.
Tenemos una cultura distinta y este hecho no se está contemplando seriamente. En nuestra realidad territorial se manejan formas, códigos y tiempos muy diferentes. Algunos de los comuneros, tienen que salir de sus casas en la comunidad a las 3 de la mañana para llegar al horario de inicio de la sesión en la ciudad. Además, el hecho de que la gente no pueda poner en palabras lo que pasó, no tiene que ver sólo con el hecho traumático, sino también con una realidad histórica de tantos años, siglos de avasallamiento. Estas son algunas de las muchas micro violencias (y no tan micro) que vivimos ante una justicia que no se adapta a nuestra cultura y realidad territorial. Por este motivo es preciso hacer un contexto histórico.
No obstante, el Estado argentino ha creado leyes occidentales y un marco jurídico que garantiza nuestros derechos colectivos como pueblo originario, como ser el derecho a la autonomía y a la defensa de nuestro territorio ancestral. Este respaldo jurídico incluso en la justicia occidental existe y debe tenerse en cuenta.
A pesar de ello, nuestro sentimiento es que en este proceso se está dando un fortalecimiento de nuestros vínculos y que hay algo que se está sanando, como si se estuviera haciendo el duelo. La definición de la comunidad es participar de todo el proceso judicial, porque somos parte de un todo, de un colectivo. Lo que buscamos como comunidad es Justicia.
Contacto: loschuschagastadiaguitas@gmail.com