El pueblo selk’nam se ha puesto en pie de guerra contra el Estado chileno tras la aprobación, en la Cámara Baja, del proyecto de ley que reconoce el genocidio de su etnia. Los indígenas sostienen que la iniciativa pone una lápida a un pueblo que aún está vivo. Por su parte, el diputado por la región, Gabriel Boric, defendió su voto a favor. “Yo creo que en la denuncia hay una confusión”, señaló.
14/03/2019
Luego de la aprobación, en la Cámara de Diputados, del proyecto de ley que reconoce el genocidio ocurrido contra las etnias Selk’nam y Aónikenk, no todo es felicidad en la región de Magallanes.
Sino todo lo contrario, ya que organizaciones de pueblos originarios se han puesto en pie de guerra contra la tramitación de esta ley que, en palabras de ellos, “pone un lápida sobre el pueblo Ona, que sufrió un genocidio, pero no está extinto”.
Esto, porque el proyecto de ley no reconoce a las 200 personas que componen las ocho familias congregadas en la Comunidad Covadonga Ona, ni la personalidad jurídica que debieron conformar para concretar los informes y estudios que demuestran la existencia de descendientes de la etnia Selk’nam sobrevivientes al genocidio perpetrado a fines del siglo XIX.
En conversación con Diario y Radio Universidad de Chile, la presidenta del directorio de la Corporación Pueblo Selk’nam Chile, He’many Molina, manifestó la preocupación que existe en las comunidades frente a esta situación.
“Es como contradictorio que, por un lado, nos inviten y nos incluyan en actividades oficiales del Estado y, por otro lado, nos estén declarando extintos, cuando nosotros llevamos bastante tiempo haciendo las investigaciones y el trabajo que corresponde para llegar a la instancia lógica de solicitar un reconocimiento como corresponde”, sostuvo la dirigente ona.
Frente a esto, la Corporación Pueblo Selk’nam Chile, con la asesoría de la Asamblea Originaria por la Plurinacionalidad y Descolonización (Asodeplu), han concretado una denuncia ante organismos internacionales para intentar frenar el proyecto de ley.
Dirigida a la Alta Comisionada de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, Michelle Bachelet, y a la relatora sobre Derechos de los Pueblos Indígenas de la ONU, Victoria Tauli, la denuncia fue redactada por Ariel León, asesor del pueblo ona y miembro de Asodeplu, quien, en conversación con nuestro medio, explicó el propósito del requerimiento.
“Que se reconozca el pueblo selk’nam como un pueblo vivo, porque lo es. Lo que le estamos pidiendo a las Naciones Unidas, concretamente a Bachelet y a Tauli, es que oficien al Estado de Chile, en virtud de la comunicación urgente de la denuncia que nosotros presentamos, para que detenga la tramitación de este proyecto de ley. Que estudien los antecedentes y, en vez de aprobar este proyecto de ley, reconozcan al pueblo selk’nam”, aclaró León.
Pero este martes el proyecto fue aprobado en la Cámara de Diputados y hoy en día se discute en el Senado, específicamente en la Comisión de Educación y Cultura.
Uno de los que votó a favor de este proyecto fue, justamente, el diputado frenteamplista que representa a la región de Magallanes, Gabriel Boric. El parlamentario conversó con nuestro medio sobre las razones para darle su apoyo y señaló que esta situación es un malentendido.
“Creo que en la denuncia que se hace por parte del pueblo selk’nam hay una confusión, porque que se acepte que por parte del Estado chileno hubo un genocidio, ya sea directa o indirectamente, no significa que se declare extinto al pueblo”, argumentó el parlamentario.
Pero esta no es la primera acción que concretan como miembros del pueblo Selk’nam. Por el contrario, es una entre muchas maniobras que han llevado a cabo en el arduo camino que comenzaron en 2015, al obtener la personalidad jurídica por ser reconocidos en la Ley Indígena como pueblo originario.
Un camino que, en su mayoría, lo han recorrido solos, autogestionando estudios y talleres de identidad cultural que, si bien han contado con el apoyo de algunas instituciones, no han sido del todo considerados por el Estado chileno.
Un Estado que hoy está ad portas de aprobar una ley que, lejos de ser considerada como un aporte, viene a truncar -según los afectados- los esfuerzos de las comunidades Selk’nam en Chile por ser reconocidos como pueblo vivo.