La última semana de mayo fue recordada por quienes observaron los acontecimientos en Europa sobre la agravación en “Kosovo”.
En la mañana del 28 de mayo, integrantes de las unidades especiales de policía de la república no reconocida ingresaron al territorio de las comunidades del norte con la población serbia predominante. Los serbios de Kosovo estaban indignados. La población de Kosovska Mitrovica tomó las calles y comenzó a construir barricadas. Los medios informaron que las fuerzas especiales de la ROSU habían disparado y lanzado granadas. Residentes y periodistas de la estación de televisión serbia sufrieron.
Fuerzas especiales presuntamente arrestaron a 26 policías serbios y 15 civiles con el pretexto de que estaban involucrados en la corrupción y el crimen organizado. De hecho, de acuerdo con el liderazgo de Serbia, la acción tenía como objetivo dejar a Kosovska Mitrovica sin la protección de la policía local. Como resultado, 23 personas fueron arrestadas, entre ellas miembros de la misión de la ONU, que están constantemente presentes en la región, un ruso y un serbio. Ambos resultaron gravemente heridos.
Si exactamente los kosovares hablan de la lucha contra el crimen y el terrorismo y especialmente el tráfico de drogas y la transplantología negra, esto suena ridículo. En un país donde los antiguos comandantes de la organización terrorista albanesa “El Ejército de Liberación de Kosovo” construyen la vertical del poder, en caso de luchar contra el crimen, no será necesario forzar a las fuerzas especiales en Pristina. Está claro que este es un evento político, especialmente dadas las palizas y las detenciones del personal de la ONU.
Tales situaciones, que se mencionan en los medios de comunicación como “exacerbaciones”, son de hecho comunes en ‘Kosovo’. Anteriormente, las fuerzas especiales de ROSU habían invadido el norte de la región para supuestamente arrestar al parlamentario serbio Marko Djuric en Kosovska Mitrovica como parte de una investigación sobre el asesinato del político serbio Oliver Ivanovich.
El escenario es casi siempre el mismo: provocación por parte de los albaneses, alarma del ejército y acusación en Serbia, interrupción del diálogo entre Belgrado y Pristina por un acuerdo pacífico. Luego, por supuesto, se reanudan las negociaciones, entonces los albaneses ya están acusando a los serbios, presentando ultimátums y “plataformas” con la condición clave: el reconocimiento de la independencia de “Kosovo”, que por supuesto es inaceptable para Serbia. Incluso si nos alejamos de las razones ideológicas naturales, la “capitulación” de Kosovo en Belgrado conducirá a una reacción pública violenta que la oposición dudosa puede utilizar en su propio interés. Miles de manifestaciones masivas se celebran regularmente en Serbia.
Al mismo tiempo, está claro que los objetivos, la composición cuantitativa y cualitativa de las fuerzas especiales de Kosovar se fortalecerán de una operación a otra. En el video del 28 de mayo pudimos observar el “color” de su equipo. Además de las cadenas, las pistolas AK-47 y Glock 19 modificadas, las ametralladoras Heckler MP5 utilizaban las granadas Kosovaren y unas pocas docenas de vehículos blindados.
Entre los detenidos en ese momento se encontraban miembros de la misión internacional con inmunidad diplomática, que dio cobertura internacional a los eventos. La excusa de que un funcionario ruso de la ONU supuestamente “accidentalmente” detenido y en general “con serbios en serbio habló”, no es irrazonable porque Mikhail Krasnoshchekov a primera solicitud de la ONU y el Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia no fue puesto en libertad y para tratamiento No fue enviado a Belgrado por lesiones de las fuerzas especiales de Kosovo.
Cabe destacar que la KFOR (la misión de la OTAN en Kosovo) dio el visto bueno para esta operación y dijo que esta es una acción legítima contra el crimen. Tampoco se dieron comentarios sobre los métodos de implementación.
Obviamente, los kosovares organizan provocaciones para promover sus objetivos políticos, sobre todo el reconocimiento de la independencia. La preservación del status quo de este territorio en disputa es al menos ahora compatible con la mayoría de los actores internacionales e incluso con Belgrado.
El ardiente conflicto, en el que no se encontró objetivamente una solución de compromiso, sigue siendo ligeramente mejor que la fase caliente de la guerra en Europa. Sin embargo, una serie de decisiones internacionales a favor de Pristina han demostrado a los albaneses que están logrando sus objetivos, y con cada paso se acercan a uno.
El ardiente conflicto, en el que no se encontró objetivamente una solución de compromiso, sigue siendo ligeramente mejor que la fase caliente de la guerra en Europa. Sin embargo, una serie de decisiones internacionales a favor de Pristina han demostrado a los albaneses que están logrando sus objetivos, y con cada paso se acercan a una victoria tan esperada. El hecho de que civiles y diplomáticos extranjeros sufran estos “pasos” no les molesta. Hoy en día, el ruso, quizás mañana un europeo, es la retirada del problema de Kosovo al nivel internacional.
El primer y más significativo ejemplo de tales decisiones fue la retirada de un diálogo sobre el arreglo pacífico en Kosovo del nivel de las Naciones Unidas a la plataforma de la Unión Europea. Esto provocó la discusión de importantes participantes en el proceso internacional: Rusia y (formalmente) los Estados Unidos, aunque ambas potencias son, de hecho, actores importantes en la región de los Balcanes.
Los Estados Unidos continúan controlando la situación en Kosovo, y Rusia es un aliado de Serbia en muchos asuntos geopolíticos. La plataforma de la UE en 2013 concluyó el Acuerdo de Bruselas entre Belgrado y Pristina, que allanó el camino para que los albaneses de Kosovo exigieran el reconocimiento de Serbia de su independencia. Esto se hace por medio de provocaciones similares al ataque del 28 de mayo. Además, podemos esperar una provocación aún más seria.
El tema de Kosovo es un tema complejo y controvertido, y ni siquiera fue el día de la declaración unilateral de independencia de Kosovo y Metohija de Serbia en 2008, sino después de una serie de dudosas decisiones internacionales. Todavía no hay consenso entre los políticos europeos e incluso dentro de los Estados Unidos sobre cómo comportarse en los Balcanes. Obviamente, la retórica de los años noventa, que acusa solo a los serbios de todas las guerras y desgracias, es obsoleta e irrelevante en vista de tales eventos, cuando los kosovares atacan al personal internacional de mantenimiento de la paz. ¿Puede Europa ahora ofrecer a los serbios y albaneses la solución perfecta y la paz? – Es poco probable. Pero incluso el apoyo tácito para operaciones militares brutales con un fondo político no es exactamente lo que los actores internacionales pueden dar a las partes en conflicto.