Un gardel con identidad andina

La cantautora kolla dio visibilidad a un género musical que no tiene espacios para su difusión en festivales, pero que vive y ella reivindica.

10/07/2019

Nació en Finca Santiago, Iruya, esa localidad salteña que hizo famosa una publicidad de una empresa telefónica multinacional. El único camino para llegar a Iruya es por Humahuaca, localidad de la provincia de Jujuy.

Ella explica que “es por eso que ese aislamiento ayudó a forjar una identidad propia, una población que aprendió a sobrevivir como una isla, todo lo que se vive en Iruya es propio”.

“Jallalla” de Micaela Chauque ganó el Gardel como mejor album de artista femenina de folklore allí canta y toca quenas, quenilla, sikus, toyo, caja y charango junto a Carlos Fernando Vargas en guitarra y Andrés “Santanita” Sbrizzi en percusión folclórica. Además, cuenta con la participación especial de dos de los integrantes de Divididos: Ricardo Mollo la acompaña en “Florcita de Cardón” y Diego Arnedo toca el bajo y la guitarra acústica en “Tengo baugualas y coplas”. También participan como invitados Guillermo Cudmani (voz en “El Milagroso” y sintetizadores en “Kolo Kolito – Seis de la tarde” y “Niña Rosa”); Claudio Lo Giúdice (bajo en “El guajojó”) y Lucio Lizárraga (mandolina en “Romance de viento y quena” y charango en “Soy de la Puna” y “Demasiado corazón”).

Todavía su celular no para de recibir saludos por el premio ganado hace poco mas de un mes y ella quiere cumplir con todos, pero necesita organizarse.

Lo cierto es que en los segundos que tuvo para decir algo, una vez que recibió el galardón pudo dedicárselo “a los pueblos indígenas del mundo”

Ella considera que era el momento oportuno, porque sabe que su música tiene identidad. “yo no soy militante, no hago política indígena pero se de donde es lo que hago”.

Por ahí no es novedoso que la música del noroeste argentino se alce con un/a intérprete que cultive este género, pero ella aclara que en los últimos tiempos hubo mas referencias a la música andina y no música andina en si.

La fuerza de las palabras tiene la impronta de quien la dice y que puede significar en los demás, por ello la joven nacida en Finca Santiago, le imprimió un mensaje político a su pesar que resuena sobre los cultores invisibles de un género que podrá etiquetarse como “folclórico” pero que tiene una raíz una identidad mas profunda.

Jallalla! Pudo conversar con ella a días de recibir esa distinción y repasar sobre lo sucedido después. Con los pies sobre la tierra, ella siente que es un reconocimiento a un trabajo arduo y que de alguna manera a los que dedicó su premio también trabajaron para ello.

Sobre su álbum premiado nos cuenta que ahora “demore 6 años en editar Jallalla porque no encontré un sello discográfico que le interesara, me decían que ya cerraron el catalogo, no había interés y eso que hable con todas las discográficas, y los acuerdos no me seducían, tampoco.

Excepto Sur amigos, con ellos hicimos un acuerdo con este disco, que ellos se ocupan de la distribución en Argentina y Japón”.

J: ¿En que momento se te dio el click que decidiste dedicarte entera a la música?

– Siempre me gustó, cuando fui al colegio secundario sabia que era lo que me gustaba, tocar música, cantar folclore.

Hice mi secundaria en el Centro polivalente de Artes de Salta, tenia doble turno, a la mañana un bachiller y a la tarde una especialización, yo elegí folclore, ahí se afirma ese deseo.

Mi primer instrumento fue el siku, teníamos un profesor en 1er año, Carlos Cocha y el nos hacia hacer sikus, armábamos instrumentos para todos.

Fue así que creamos un grupo de música andina, con otra amiga tocábamos los instrumentos de viento, fue re lindo, la pase muy lindo el secundario, tocando, salíamos fuera de horario de escuela, actuábamos en actos escolares. Y los sábados hacia danza folclóricas porque me gustaba.

J: ¿Cuales son tus referencias musicales?

Lo primero que me acuerdo éramos fanáticos de los Kjarkas, recuerdo que los fui a ver en Salta y habían llenado un estadio DELMI, una cancha de básquet grande, tenia 14 años, después empezamos a indagar que otra música llegaba y en las tiendas de música no llegaba música andina, en Salta Jujuy nos llegaba de Buenos Aires Markama y después Inti Illimani y Jaime Torres.

J: Teniendo tan cerca Bolivia había una distancia.

– Para mi siempre hubo influencia, la música que se escucha en Perú y Bolivia llega al NOA. Siempre escuchamos música que viene de alla.

Yo se que en Bolivia son muy nacionalistas y que piensan el país como una unidad, cada país una unidad cultural.

J: Y vos lo ves así?

No, para mi la música andina atraviesa las fronteras, atraviesa las fronteras de Argentina, Bolivia, Perú Chile, para mi no hay fronteras, pero no por una cuestión de pensamiento, ni por conveniencia sino que la realidad es así. Ahora existe spotify y nadie se fijar de que país viene, solo si gusta o no.

J: ¿Tocaste en Bolivia?

Si, dos veces en una gira con Jaime Torres en Santa Cruz de la Sierra y después participé por una invitación de la Embajada Argentina en La Paz en un aniversario del 25 de mayo. Pero nunca me llegó una propuesta para hacer una presentación allá.

J: Tocaste con Jaime Torres, ¿como fue esa experiencia?

Para mi fue profesionalizante, yo tenia 20 años y con Jaime Torres toque varias veces, un periodo corto y la pase muy bien, ahí conocí desde que es una prueba de sonido, tuve mi primer camarín, a pesar de que ya había tocaba en Salta, en Buenos Aires. Yo me integré al equipo de Jaime Torres, nunca había toque como solista.

Después de las giras que tuvimos con Jaime Torres en los festivales y presentaciones en Asia y Europa termino de estudiar en Buenos Aires.

Era comienzos de 2002 y me quedo a vivir en Tilcara.

Me integro a la peña de Carlitos, tenia meses, empecé a tocar todas las noches, ayudaba porque nadie tenia idea de cocina, música en vivo, cuentos, coplas, todas las noche es se instaura la música constante, e ese espacio y empiezo a generar la idea de artista de solista.

Fue justo después de la crisis del 2001, estaba estudiando el profesorado de folclore en el IUNA.

Era muy loco estudiar folclore en la Av. 9 de Julio y Corrientes, una cosa que no tiene mucho sentido, se abstraía tanto la realidad del folclores a pesar de vivir en un contexto de música muy profesional, en contraposición en Tilcara habían banda de sikuris, copleros, uno comienza a equilibrar lo mas importante.

J: En el momento de la premiación hiciste dedicatorias..

Lo cierto es que no hay una categoría de música andina, no hay un jurado que conozca sobre música indígena de Argentina, yo no tenia con quien competir.

No hay un espacio propio, el momento de decir lo que uno piensa es cuando te dan un micrófono, esos segundos son los momentos donde yo digo lo que significa la música y para quien es.

J: ¿Porque le pusiste Jallalla al álbum?

Me surgió del tema Jallalla Tiwanaku de un japonés Taakatsu Kinoshita del grupo Luz del Ande, siempre me gusto ese grupo, son de La Paz ellos tocaban una vez al año. Es que al tener un integrante en Japón se hace difícil juntarse; no los pude ver en vivo, me gustaba las canciones de esa época , cuando grabamos el disco yo tenia varios temas para hacer con un instrumento y me gusto la grabación como quedo, cuando había que ponerle nombre al disco, jalalla me pareció que englobaba mas que tenia que ver con lo que estaba viviendo.

Fuente: https://revistajallalla.wordpress.com/2019/07/10/un-gardel-con-identidad-andina/

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