El megaemprendimiento Nordelta arrasó 1600 hectáreas de humedales continentales en Tigre y es emblemático de las consecuencias sociales, ambientales y culturales del modelo de urbanizaciones cerradas. En ese punto geográfico ya se hicieron manifestaciones en 2015 y 2016. Para los Pueblos Originarios, es una oportunidad para visibilizar la destrucción de cementerios indígenas en el distrito, una realidad poco divulgada pero que sin embargo ya en el 2001 era reconocida por organismos oficiales.
Mayo de 2015. Volante repartido frente a Nordelta en el marco del plan de lucha contra los barrios privados.
20/09/2019
El sitio “Arroyo Sarandí” fue detectado en la década de 1920 cuando un conjunto de esqueletos humanos quedaron al descubierto por el arado en un campo; y fue excavado por el arqueólogo norteamericano Samuel K. Lothrop. En el 2001, el Instituto Nacional de Antropología y Pensamiento Latinoamericano (INAPL), organismo responsable del patrimonio arqueológico, informó a la Defensoría del Pueblo de la Nación sobre la desaparición de este patrimonio sagrado de los pueblos originarios.
“Las obras efectuadas por Nordelta en las inmediaciones del arroyo Sarandí, han destruído el sitio arqueológico homónimo. Esta destrucción fue definitiva”, dice la Nota INAPL Nº58/01, firmada por la directora de la institución Diana Rolandi. Sobre su localización, describe que “Arroyo Sarandí se encontraba en la margen derecha del arroyo homónimo, próximo a la desembocadura del río Luján, a pocos metros de la ruta que une Villa Ñata y la ciudad de Tigre”.
Señalización realizada en diciembre de 2016.
La Defensoría del Pueblo de la Nación había requerido información sobre la ubicación geógrafica de los sitios arqueológicos detectados en Tigre, la importancia de los mismos y las obras que han afectado a estos patrimonios.
Por dicho informe del INAPL, se sabe que estos sitios arqueológicos hallados en el distrito contienen enterratorios humanos, además de instrumentos realizados en diferentes tipos de rocas, alfarería, instrumentos de hueso y restos de fauna.
Por su parte, a través del documento “Lás prácticas mortuorias en el humedal del Paraná Inferior”, tomamos conocimiento de que por lo menos 42 personas pertenecientes a los pueblos originarios fueron excavadas en el sitio Sarandí en aquellos años de su descubrimiento. Lo cual hace suponer la existencia de cientos de cuerpos que quedaron arrasados por el negocio inmobiliario de Nordelta.
Esta realidad da pie además a otro de los reclamos históricos de Punta Querandí: la devolución y reentierro de todos los cuerpos humanos que fueron profanados de sus entierros.
Fuente: https://www.facebook.com/puntaquerandi/posts/1026919277643258