Tras cuarenta días de búsqueda en las aguas del río Bermejo donde murió ahogado, el nene tuvo un sepelio tan precario como lo fue su vida.
17/12/2019
El niño de 11 años oriundo de Embarcación había desaparecido en las aguas del río Bermejo el 8 de noviembre pasado. Tras 40 días de una búsqueda intensa que estuvo a cargo de efectivos de la División Lacustre y Fluvial, el río – que también se llevó la vida de un amiguito de Tomás – devolvió el cuerpito de Tomás a una distancia de 9 kilómetros de donde se sumergió y a dos de donde hallaron a su amigo y compañero.
Alguien habrá pensado que Tomás ya “descansaba en paz”, aunque las imágenes del sepelio que tuvo insisten en mostrarnos que los miles de niños salteños como Tomas no pueden hacerlo. Que son personas derrotadas por la vida, que a pesar de su niñez inocente no pueden doblegar a enemigos tan poderosos como la pobreza, la marginalidad y la indiferencia de funcionarios que deberían generar las condiciones para que esos niños puedan al menos descansar en una paz. No fue así.
Lo informó Radio Güemes de Orán que compartió en su cuenta de Facebook las fotos de su sepelio retratado por el colega Franco Fortunato de Embarcación. A las imágenes, Radio Güemes le sumó el siguiente escrito: “Al dolor que significó para la familia y para todos el ahogamiento semanas atrás en el Río Bermejo del nene de solo 11 años de edad de Embarcación, se sumó la dejadez de los funcionarios para con las comunidades más vulnerables, siendo el sepelio del chico llevando el cajón en un “carrito”. Las lamentables imágenes dan cuenta del olvido de las comunidades prácticamente marginadas”.
Sin palabras.