13 de julio 2020 : Cachito vive en las luchas ¡!

Enrique Cachito Fukman, fue militante en todas y cada una de las embestidas por más mínima que fuera contra los sectores desfavorecidos, siempre en alerta contra el capitalismo, junto a la clase obrera. Su temprano compromiso con los intereses del movimiento obrero lo plasmó en la organización Montoneros, lo llevó a resistir a la dictadura genocida en los pasillos, capucha y recovecos del centro clandestino de detención, tortura y exterminio, ESMA, Escuela de Mecánica de la Armada, y al salir del campo de concentración, continúo su militancia como estudiante, como docente, y por los derechos humanos hasta el último rincón donde fuesen violentados.

La voluntad de Cachito era infinita, reflejo de su compromiso indoblegable.

4 años sin la presencia física de Cachito, tan necesariamente indispensable. Por ello fue que no dudamos en el nombre cuando decidimos crear un espacio de construcción, en el que confluyeran las reivindicaciones, las luchas políticas y sociales, y por supuesto la utopía.

En estos 4 años continúa la protesta social contra los abusos y desmanes de las fuerzas represivas del Estado, y se suman a las heridas abiertas de Darío y Maxi, Jorge Julio López, Silvia Suppo, Santiago Maldonado, Rafael Nahuel, Luciano Arruga Carlos Fuentealba, Mariano Ferreyra, de pueblos originarios, de los adolescentes de Monte y tantos otros, y en estos últimos tiempos, Luis Espinoza, Lucas Nahuel Verón… y reclamando aparición con vida de Facundo Astudillo Castro. El gatillo fácil del Estado!!, mientras permanecen los actores principales de la impunidad, Berni entre ellos.

En estos 4 años han aumentado las víctimas del feminicidio y las víctimas de la trata.

Ha cambiado el gobierno. Y seguimos reafirmando que los organismos de derechos humanos tienen que tener independencia gubernamental que legitime realmente el sentido de la defensa de los mismos, y que jamás puedan estar delineados por ningún funcionario ni dirigido por ningún cargo político gubernamental. Los derechos humanos no pueden estar encorsetados jamás ni en líneas políticas partidarias, ni en subvenciones, ni en edificios cedidos espuriamente para la resignificación de los centros clandestinos detención tortura y exterminio. La defensa de los derechos humanos la portan luchadorxs como Cachito Fukman.

4 años que continuamos estableciendo la calle como el lugar fundamental del reclamo popular, y que seguimos transitando por la nulidad de la ley antiterrorista, el uso de las pistolas Táser, y por supuesto por la inmediata apertura de los Archivos de la dictadura, con la que se resolverá casi automáticamente qué pasó con nuestros 30.000 compañerxs en manos de las fuerzas genocidas con la complicidad activa de socios civiles, empresariales, etc. La apertura pública y desclasificación total de los archivos permitirá asimismo saber dónde están lxs nietxs que aún faltan por recuperar y quiénes se apropiaron de ellxs. No es una cuestión de puertas, es una cuestión de voluntad política inmediata para romper el candado de impunidad que permitieron todos los gobiernos post dictatoriales guardando los secretos de los genocidas.

En la campaña de apertura de los archivos, estaba Cachito.

4 años en que seguimos exigiendo la reforma judicial, para que no se cargue más en las espaldas de lxs sobrevivientes el curso y desarrollo de los juicios, y se acaben las medidas procesales benefactoras antagónicas a los aberrantes delitos cometidos, cuya naturaleza no tolera las libertades domiciliarias y otros beneficios carcelarios.  La inactividad del poder Judicial, sigue actuando como garante de la impunidad de los genocidas.

4 años en que nos cuesta andar sin Cachito  porque extrañamos su decisión y su ternura, y porque así como él se cargaba con las banderas y los palos que fueran necesarios, también queremos llevar a Cachito con los valores de la solidaridad y la generosidad, los valores de  la lucha de los 30.000 detenidxs desaparecidxs que luchaban por un mundo mejor, por el socialismo, como apostaba Cachito Fukman, y por el que brindaba en cada oportunidad, “por la vida”, y agregamos, y por la tuya Cachito Fukman, que nos desafía en ser mejores.

En la construcción de la memoria colectiva, el respeto y la defensa de los derechos humanos, sin ningún tipo de dudas, está el nombre de Cachito Fukman, ese compañero que la hacía más fácil, que no se doblegaba con derrotas, que escuchaba con el corazón, y hablaba y sentía siempre como pueblo, al que nunca abandonó.

CACHITO VIVE EN LAS LUCHAS

ENCUENTRO MILITANTE CACHITO FUKMAN

 

 

 

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