“Decir violencia institucional le queda muy chico a esto que está pasando”

Lo dijo Vanesa Orieta, la hermana de Luciano Arruga, en el programa Hasta que vuelvan los abrazos por Radio La Retaguardia. La referenta de derechos humanos habló acerca de la situación represiva actual, reivindicó la lucha de las familias que buscan justicia por los pibes y las pibas víctimas de gatillo fácil y pidió la aparición con vida de Facundo Astudillo Castro. “Cualquier paso adelante que quieran dar, lo tienen que hacer con las familias adentro”, dijo sobre el anuncio del trabajo en una ley contra la problemática.

🎤 Entrevista: Fernando Tebele/Giselle Ribaloff
✏ Redacción: Diego Adur
💻 Edición: Pedro Ramírez Otero/Fernando Tebele
📷 Foto de portada: Archivo Natalia Bernades La Retaguardia
 

Cuando Vanesa Orieta habla, lo hace desde el lugar de una persona que sufrió en carne propia algo tan terrible como la desaparición forzada seguida de muerte de su hermano Luciano Arruga. Una víctima que debió soportar todo tipo de maniobras encubridoras por parte de la justicia y el poder político, las mentiras y difamaciones de los medios tradicionales de comunicación, y la violencia constante de la Policía Bonaerense. Con esa experiencia, contó las sensaciones que le produce este nuevo caso de desaparición forzada en democracia y la escalada de violencia represiva que se viene acentuando desde el comienzo de la cuarentena, con 71 asesinatos a manos del Estado, según un informe de CORREPI. ”En este contexto se dieron situaciones represivas que fueron significativamente violentas. Estoy muy atenta a todo lo que pasa. Cuando se empezó a preguntar por un joven que hasta el día de hoy está desaparecido, es inevitable que no me ponga a difundir en las redes la situación. Lo primero que aparece es el dolor por estar nuevamente haciéndonos esta pregunta, buscando una persona que está desaparecida. Es inevitable que cuando esas preguntas aparecen o cuando afirmamos la consigna de Aparición con vida de Facundo, no me remonte a los que nos tocó vivir, a los primeros tiempos de la desaparición (de Luciano). Son momentos muy fuertes y muy duros. Aparecen las presiones y las amenazas. Pienso en cómo se extiende ese horror en la vida de las familias que buscan desesperadamente”, expresó.

Acerca de la acción de la justicia, la hermana de Luciano opinó: “Después de 11 años de pedir verdad y justicia, estamos descreídos de que la justicia pueda venir de la mano del Poder Judicial. Son los responsables de generar impunidad”. También criticó a la clase política: “Estamos descreídos de pensar que sea el sector político el que genere cambios. Los diferentes gobiernos constitucionales vienen generando esta sintonía violenta que se refleja en las muertes y desapariciones de pibes y pibas en las barriadas. Me genera una sensación de profunda tristeza no poder sensibilizar entre todas las familias a esta sociedad para que entienda el horror que se vive cuando se está buscando a un familiar desaparecido o cuando una madre denuncia el fusilamiento o la tortura de su hijo. Desde los lugares que tienen el poder para poner palabras se utilizan conceptos súper blandos para describir esta situación. No están contemplando el horror que nos toca vivir a las familias”, manifestó.

Las declaraciones de funcionarios

Vanesa se refirió también a un comentario que realizó el presidente Alberto Fernández cuando le preguntaron por Facundo y respondió que no quería vivir en un país donde pasaran estas cosas: “Bienvenido al país que tenemos -sugirió como respuesta-. Le haría una lista de todas las personas desaparecidas en democracia y muertas por gatillo fácil. Son mensajes que generan mucha bronca. Tienen que ver con la vida de muchas familias que no se merecen escuchar estos discursos. En todo caso, reconozcan que esto está pasando. Dejen de hablar de violencia institucional, porque esa denominación le queda muy chica a esto que está pasando. Si al pueblo se le dice que esto está pasando podemos generar otro imaginario. Estos discursos se suman al de los medios de comunicación que incitan al odio y desinforman. Los medios tradicionales están generando el espanto continuo en la vida de las familias que denuncian esta problemática. Entendemos que es sistemático y hay una lógica de la impunidad. Cuando hablamos que existen responsabilidades políticas nos referimos a estos discursos. Las frases de las personas que están en lo más alto del poder generan un imaginario para todo el país. Eso también tiene que ver con la impunidad. Parece que la vida de los pibes y las pibas no vale un carajo”, expresó Orieta.

Para Vanesa, vale la pena preguntarse por qué un caso de desaparición forzada puede lograr conmover más a la sociedad que otro: “Se debe analizar el impacto que tienen los casos. Hay algo ahí que tiene que ver con la cuestión de clase que hace que algunas causas puedan sensibilizar más que otras. La visibilidad de muchas causas de los últimos años tiene que ver con la lucha de otras familias en otros contextos, por ejemplo Rosa Bru con el caso de Miguel (Bru, el estudiante de periodismo desaparecido en 1993). Las familias dejamos nuestros cuerpos y nuestra vida en esta lucha. Tenemos que seguir indagándonos sobre cómo nos repercute un caso y otro”, se cuestionó.

¿Por qué hoy se habla de Facundo?

Hay claras similitudes en cómo operan los diferentes aparatos estatales para llevar a cabo su maquinaria de desaparición. Pero aparecen algunas diferencias,por ahora sólo desde lo discursivo. Vanesa recordó que desde la desaparición de su hermano, ocurrida el 31 de enero de 2009 y durante los 5 años y 8 meses de búsqueda de Luciano, poco se hablaba de él. Poco se preguntaban los medios tradicionales de comunicación y nada respondían los responsables políticos, los encubridores judiciales ni los autores materiales de la desaparición. Hoy sí se habla de la desaparición forzada de Facundo. Los medios preguntan y los políticos responden.  Para Vanesa eso se debe a la lucha de las familias y a la búsqueda desesperada de las madres: “Algunos de los funcionarios que hoy dan respuestas sobre Facundo ocupaban un cargo en el 2009 cuando se hacía mucho silencio con relación a la causa de Luciano. Esto se debe a la gran lucha de las madres. Sé que hay padres también y hay hermanos, pero hay una fuerte impronta de organización y de lucha de madres. Eso hizo que se visibilizara la problemática y que la gente empezara a solidarizarse con el dolor de esas madres. Los medios comunitarios y alternativos han tenido y siguen teniendo una tarea fundamental. Se ha generado una alianza muy hermosa entre todos estos medios, como el de ustedes, y las familias que necesitamos tener estos canales para comunicar los que nos pasa. El hecho de que tengan que poner la cara y una palabra, tiene que ver con la presión que estamos generando. Los números van creciendo. Vamos levantando cartelitos con caras de pibes y pibas todos los años. Eso también va generando una bronca social. Queremos hechos porque las palabras se las lleva el viento. Este es un gobierno en que el presidente llegó a nombrar las palabras gatillo fácil en su discurso. Cuando se te presenta una causa como ésta no podés hacerte el distraído”, apuntó Orieta, siempre precisa en sus críticas y elogios.

Las cosas por su nombre

Vanesa fue contundente al remarcar que la denominación de violencia institucional queda muy chica cuando se quiere determinar un crimen como el de una desaparición forzada o un caso de gatillo fácil. Respecto a la posibilidad de un proyecto de ley que abarque la problemática, Orieta pidió que las familias, las verdaderas víctimas de todo ese aparato maquiavélico, sean consultadas: “Cualquier paso adelante que quieran dar lo tienen que hacer con las familias adentro. Nos tienen que escuchar. Si son 10 horas, las 10 horas. Si queremos llorar todo el tiempo, se lo tienen que bancar. Llevamos años de horror con estas causas. Ni se imaginan cómo nos amenazan, cómo nos persiguen. Ni se imaginan cómo le abren causas a nuestra gente querida, se las llevan y las golpean. Cómo nos escuchan nuestros teléfonos para investigarnos y ver si nos encuentran un punto oscuro para hacernos mierda. Nos tienen que escuchar y nos tienen que explicar por qué elaborarían una ley nueva que contemple esta problemática cuando nuestras causas están caratuladas como desaparición forzada, en el caso de mi hermano y el de Facundo. Las familias merecemos que nos expliquen por qué tipificarían esta problemática. No es lo mismo que digan que van a condenar a alguien por desaparición forzada de persona que por violencia institucional. Más en una sociedad como la nuestra donde todavía seguimos sufriendo la enfermedad de un genocidio donde se desaparecieron 30 mil seres humanos. Las familias queremos discutir estas cosas. No somos un pedazo de piedra que estamos al costado del camino. Somos parte de esta sociedad. Por otro lado, que me expliquen la violencia institucional. Las instituciones, cosas abstractas, no generan violencia. Las personas que trabajan mal generan violencia. Me pregunto si es la misma violencia la que puede generar un médico que un policía o un gendarme. Las fuerzas de seguridad son el brazo armado del Estado. Tienen un arma. Tienen la posibilidad de privarte de tu libertad. Tienen la posibilidad de quitarte tu identidad, encerrarte, golpearte y desaparecerte”.

Posible proyecto contra la “violencia institucional”

Entre las declaraciones de funcionarios acerca de la desaparición de Facundo, el Secretario de Derechos Humanos de la Nación, Horacio Pietragalla, deslizó que el gobierno estaría trabajando en una ley sobre lo que denominan “violencia institucional”. Consultada por La Retaguardia, Vanesa Orieta dijo: “Cualquier paso adelante que quieran dar, lo tienen que hacer con las familias adentro. Nos tienen que escuchar. Tienen que bancarse si son diez horas de escuchar a la familia o si queremos llorar todo el tiempo que estemos hablando, porque llevamos años de horror con estas causas. La gente ni se imagina cómo nos amenazan, nos persiguen, cómo arman causas a nuestra gente querida, se la llevan y la golpean. Escuchan nuestros teléfonos para investigarnos, para encontrarnos un punto oscuro y hacernos mierda. Y nos tienen que explicar por qué elaborarían una ley nueva que contemple esta problemática cuando nuestras causas están caratuladas, como la de mi hermano que tiene una carátula de desaparición forzada. Las familias queremos discutir estas cosas, no somos un pedazo de piedra al costado del camino -y continuó, casi sin respiro-. Queremos participar de esta discusión. La violencia institucional es sistemática. Cuando yo entro a un barrio veo violencia institucional sistemática. La gente no tiene lugar donde vivir, vive hacinada, los pibes y pibas no acceden a la educación ni a la salud. Eso es violencia institucional. ¿Esa violencia es la misma que genera la policía? Esa violencia es la que se genera de manera directa sobre ese sector social que no accede a sus derechos. Lo hacen discriminándolos, criminalizándolos y generando políticas de control sobre los cuerpos de esas personas que terminan en las muertes y en las desapariciones. Hay barrios donde la gente vive en medio de la basura, contaminada y arrasada. Varias generaciones de personas viviendo mal, en la no vida. ¿Qué nombre le ponemos a eso? No alcanza la palabra pobreza. Ahí se nota claramente la violencia institucional sistemática de la que son responsables los jueces y los políticos”, concluyó.

Fuente: http://www.laretaguardia.com.ar/2020/07/vanesa-facundo-astudillo.html

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