En el 11º día de la huelga nacional de la Federación Aceitera, el Sindicato Aceitero de San Lorenzo y URGARA, el Sindicato de Obreros y Empleados Aceiteros de Rosario realizó una asamblea en las puertas de Dreyfus General Lagos.
Fotos: Sofía Alberti
Con la presencia de cientos de obreros y obreras de diversas plantas de Rosario y la región, tomaron la palabra los dirigentes nacionales y también locales, Daniel Yofra y Adrián Dávalos. También se solidarizaron diversos sindicatos y agrupaciones gremiales, sociales y políticas.
El reclamo en el sector aceitero se centra en la defensa del Salario Mínimo, Vital y Móvil tal como lo definen el Artículo 14 bis de la Constitución Nacional y el 116 de la Ley de Contrato de Trabajo.
“Es algo histórico, los tres gremios más importantes que tiene la actividad están de huelga”, ponderó el Secretario General de la Federación Aceitera y Desmotadora y Adjunto del SOEAR, Daniel Yofra. Consideró que las patronales con su “intransigencia” quieren “negar el derecho a una vida digna”. Según indicó el salario calculado en base a un estudio del INDEC, proyectado al primero de enero, debería ser de 93 mil pesos.
Por su parte, el Secretario Gremial de la Federación y Secretario General del SOEAR, Adrián Dávalos, recordó que en la huelga de 25 días dada en 2015 “estábamos solos como organización”, pero que este 2020 “nos encuentra unidos con otras organizaciones sindicales, y con una construcción que viene desde abajo. Pudimos entender que era necesaria la unidad”.
Sobre cómo es el sostenimiento de la medida en las fábricas, Carlos Vallés, delegado en Dreyfus General Lagos afirmó que “la huelga se vive con mucha intensidad y alegría”. El referente de base en Cargill Villa Gobernador Gálvez y Secretario de Salud Laboral de la organización nacional, Marco Pozzi, contó que “cada fabrica se organiza distinto, pero hay una respuesta fuerte de los compañeros por estar, por hacer frente, entendieron que este año que hemos pasado las fábricas se han enriquecido y que a nosotros no nos reconozcan una recomposición salarial es una burla, una invisibilización de nuestra mano de obra”.
A continuación compartimos dos textos sobre la huelga
¿Por qué saltan los obreros?
Saltan porque se encuentran. Porque se necesitan. Porque se alegran de mirarse en el otro y la otra en la lucha.
Saltan porque precisan darse ánimo. Porque en ese ‘pogo’ casi de ritual, se canta y se empujan un poco por si se les durmió alguna fibra de la conciencia.
Saltan los obreros porque juntos se ven más fuertes. Y sonríen entonando y desentonando al unísono algún cántico cuya historia de creación emociona.
Saltan los obreros porque cansa la huelga. Claro que cansa al obrero, a la obrera y a su familia. Pero saltan, porque saben que es lo correcto, que separados los gigantes aplastan fácil. Que juntos, que juntas, podrán ganar o perder. Pero jamás se verán obligados ni obligadas a bajar la frente diciendo que no dieron la batalla. Saltan los obreros, porque, como gritan cuando saltan, la lucha que se pierde, es la que se abandona.
Sofía Alberti – Periodista
Es un salto de dignidad,
saben que hay que ganar,
que el coraje no puede faltar,
aceitan el camino de la libertad
Dirigentes con sus bases y sindicato,
unidos se dan fuerza,
para que el brazo no se tuerza,
lucha de clase en desacato,
Por el pan de cada día,
que nadie mire de afuera,
viva la lucha aceitera,
se gana con esperanza y porfía.
‘Cacho’ Mengarelli, histórico dirigente de la Asociación Trabajadores del Estado