Después de más de 12 hs de tratamiento en el Senado y con miles en las calles, el proyecto de interrupción voluntaria del embarazo se transformó en ley, consagrando así el derecho al aborto en Argentina. Con la emoción y alegría aún recorriendo nuestros cuerpos y la certeza de que la gran marea verde logró la tan ansiada conquista, este triunfo será un gran impulso para ir por todos nuestros derechos.
Con una jornada en las calles que contó con miles y miles de personas rodeando el Congreso y más de 100 vigilias en nuestro país el 29 y 30 de diciembre quedarán en la memoria colectiva marcados a fuego: décadas de lucha, numerosas presentaciones del proyecto sin llegar a tener estado parlamentario, 15 años de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito y la enorme marea verde que sacudió al país en el 2018 pero que pese a ello perdió en Senadores, lo conquistó, la interrupción voluntaria del embarazo es ley.
El tratamiento en el Senado iba cargado de mucha expectativa: los poroteos de los días previos daban números muy ajustados, y los sectores antiderechos presionaban con diversas posibles maniobras para negar o dilatar la conquista de nuestro derecho. Está claro que en Diputados, el movimiento por la legalización del aborto ya había marcado la cancha con una masiva jornada. El gobierno también apuntaló sus estrategias para conseguir los votos faltantes, pero sin esa presión ejercida en las calles, hubiera sido imposible el resultado que se logró: 38 votos a favor, 29 en contra, y 1 abstención.
Así, se impuso en el Congreso la demanda que se imponía en las calles. Desde aquel 8 de Agosto del 2018, la marea verde no se resignó y continuó un trabajo sostenido de convencer, generar herramientas, visibilizar la problemática y exigir nuestro derecho. El piso de conciencia social conquistado en el 2018 fue suficiente para alcanzar la sanción de la ley, que en su debate no arrojó nuevos argumentos, sino más bien reafirmó la necesidad de sacar de la clandestinidad del aborto, la imprescindible autonomía del cuerpo de las personas con capacidad de gestar y abrió nuevos temas para profundizar nuestra lucha.
Esta conquista trasciende fronteras, hoy nuestro país fue noticia en distintas partes del mundo y principalmente en nuestra región: recordemos que el 97% de las personas gestantes de latinoamérica viven en países donde el aborto no es legal, y en algunos países se imponen penas inhumanas, por ej. en el Salvador una mujer puede ser condenada hasta 30 años de prisión por un aborto espontáneo. Por lo cual el primer desafío de esta marea verde es seguir tejiendo lazos latinoamericanos y empujar, ser punta de lanza, servir de ejemplo y de fuerza para conquistar este derecho en toda América Latina.
Por otro lado, votada la ley, resta esperar su promulgación y fundamentalmente la reglamentación de la misma, que dará la operatividad para lograr el ejercicio efectivo de este derecho. La ley es sumamente progresiva, fruto de las luchas y consensos que la marea verde supo construir. Sin embargo, la modificación en Diputados que permite que la totalidad de profesionales de la salud en instituciones privadas sean objetores de conciencia y la modificación en Senadores de quitar la palabra “integral” a la causal “salud” que habilitan la práctica del aborto post semana 14, son dos cuestiones a considerar.
En lo que respecta al último punto, siguiendo los criterios establecidos por el fallo F.A.L y el propio concepto de salud acuñado por la OMS, no debería haber grandes dificultades. Aún así los sectores antiderechos, ya han manifestado que judicializarán este tema exigiendo se declare inconstitucional la ley, tal como aseguró la Senadora tucumana Elias de Perez. En lo que hace a la regulación de la objeción de conciencia, es muy importante saber que nuestra lucha continua para que en cada rincón de la Argentina puedan realizarse interrupciones voluntarias del embarazo, porque los sectores antiderechos también seguirán movilizados para impedirlo. En este sentido las redes de profesionales de la salud, como así también de docentes para la efectiva implementación de la ESI en todo el país, y su nacionalización se vuelven herramientas imprescindibles en el marco de garantizar el acceso a este derecho.
Sin lugar a dudas, la lucha por aborto legal, seguro y gratuito ha sido el eje central del movimiento de mujeres y disidencias de los últimos años. Una enorme lucha que llega a una victoria y nos interpela a pensar ¿y ahora, qué más?. Es importante destacar la multiplicidad de demandas que tenemos y que persistirán hasta que podamos lograr transformaciones radicales de este sistema. Esas demandas pueden hoy nutrirse de la experiencia de la lucha por el aborto para obtener todas las conquistas que nos faltan: como visibilizó la pandemia y cuarentena, necesitamos una respuesta integral y un reconocimiento a las tareas de cuidados que realizamos mujeres y disidencias; la inclusión laboral trans en todo el país y en todos los lugares de trabajo es una demanda impostergable; la necesidad de cuestionar la injerencia de la Iglesia en el Estado, son solo algunos ejes para seguir trazando futuras luchas.
Hoy reafirmamos una vez más que vale la pena luchar, que los derechos no se mendigan, se arrancan y que con el empuje y fuerza de la marea verde, tenemos que transformarlo todo. ¡La marea verde escribe la historia: ya es ley!
Abriendo Caminos.