Una derrota nacional de la coalición gobernante Frente para Todos (FpT), la pérdida del quórum en el Senado y una ventaja mínima dentro de la Cámara de Diputados fue el macro saldo en términos de números que dejaron las elecciones primarias en Argentina para el oficialismo; fuerza que batallará durante los próximos dos años por consolidar sus propuestas de cara a las presidenciales del 2023.
Si bien es cierto que los resultados del FpT mejoraron con respecto a las Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (Paso), sobre todo en la provincia de Buenos Aires donde lograron movilizar más fuerzas, la oposición, con la coalición Juntos por el Cambio (JxC), se consolida como fuerza a derrotar de cara a las presidenciales con su victoria en los cincos distritos más poblados del país, y con un Horacio Rodríguez Larreta mostrándose cada vez más presidenciable.
Dentro de la Alianza Opositora, el núcleo duro lo componen el Partido Republicano (PRO) que se impuso, además de en la CABA y la provincia de Buenos Aires, en los territorios de Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos; mientras la Unión Cívica Radical (UCR) de Gerardo Morales se alzó con las provincias de Mendoza, Corrientes y Jujuy.
En este escenario, los resultados de los candidatos Javier Milei de la Libertad Avanza en la CABA, y José Luis Espert de Avanza Libertad en la Provincia, superó posiblemente sus propias expectativas; los cuales vieron un incremento de seguidores, sobre todo de aquellos que siguen su eslogan “Libertad, Guns, Bolsonaro, Trump” (LGBT). No obstante, sumando sus votos quedan bastante atrás del acumulado nacional del Frente de Izquierda que fue la tercera fuerza ganadora nacional. Los procesos de la zona metropolitana generan ilusiones ópticas con relación a los hechos que se desarrollan en el resto de la nación.
Ahora, con este escenario ya planteado surgen diversas lecturas sobre el movimiento de cada una de las fuerzas de cara a las presidenciales de 2023, sobre todo en el ala opositora. En este sentido, las miradas están en lo que harán las fuerzas de Junto por el Cambio, que tienen en Milei y Espert otra fuerza con la cual negociar de cara a asegurar un voto duro en Buenos Aires.
Aunque Milei ha descartado dicha alianza entre JxC y los libertarios, el polémico economista ha sumado apoyo dentro y fuera del país gracias a un poder mucho mayor que ha logrado posicionar otras fuerzas similares como VOX en España, los antisistema de Donald Trump en Estados Unidos, y la Alianza por Brasil de Jair Bolsonaro.
Esta fuerza mayor no es otra que la Atlas Network o Red Atlas, una institución liberal fundada en 1981 por el británico Sir Antony Fisher como paraguas de grupos libertarios y de libre mercado por todo el mundo. Un artículo en The Intercept1 sostiene que Atlas opera como una extensión de la política exterior de los Estados Unidos, y que los think tanks afiliados a Atlas reciben fondos del Departamento de Estado de los Estados Unidos y el National Endowment for Democracy (NED), tapadera de su Agencia Central de Inteligencia (CIA).
El medio español Publico2 también relata que cada vez hay más pruebas del nivel antidemocrático de esta red internacional que apoya golpes de estado, controla y manipula medios, lanza campañas masivas de bots en redes sociales, además de defender que no existan los impuestos buscando que los más poderosos salten la ley para enriquecerse y eludir los impuestos que los pobres pagan.
En Argentina, la Atlas Network tiene una red de think tanks que operan desde hace años apoyando candidatos liberales sin un éxito destacado, a través de ONG como la Fundación Libertad, Fundación Pensar, CADAL, Fundación LED, Red Liberal de América Latina y Fundación Progresismo y Libertad. Sus principales líderes son Gerardo Bongiovani, Patricia Bullrich, Silvana Giudici, Ricardo López Murphy y Juan Martín Obligio.
Sin embargo, desde 2015 hasta la fecha con el ascenso del macrismo y la propuesta del PRO (creado en 2005 junto a López Murphy) el movimiento liberal ha venido en alza, teniendo un clímax sustancial con la llegada de la Covid19, el manejo de la pandemia y el incremento de actividad en las redes sociales sobre todo entre los más jóvenes.
Antes de las primarias del 14 de noviembre, Mauricio Macri sostuvo una reunión con Milei con un horizonte claro, ir engrasando alianzas a futuro previendo concentrar el voto antiperonista en las presidenciales del 2023 y acumular todos los votos posibles contra el candidato del Frente de Todos. Dentro de cada tribu del PRO admiten que necesitan los votos de Milei y de su socio José Luis Espert.
Aunque Milei declara distanciarse del diálogo con la Coalición Cívica y los sectores dialoguistas del PRO, como Rodríguez Larreta y María Eugenia Vidal, la realidad diste de lo que él pueda decidir, ya que necesita del apoyo de la Red Atlas y su principal articulador político en Argentina, la Fundación Libertad.
Hay un dato que vale la pena no perder de vista más allá de los acercamientos de Milei con Macri, y es el nexo de confianza con Patricia Bullrich, que le aporta al libertario bonaerense una amplia red de contactos internacionales que no poseía. De hecho, fue Bullrich quien potenció a Milei ante Antonella Marty, directiva de la Fundación Libertad, del Instituto Cato y directora asociada del Centro Latinoamericano de la Red Atlas.
Fue entonces que Milei comenzó a realizar giras por varios países de Latinoamérica divulgando las ideas del liberalismo de Friedman, la escuela austriaca y de Chicago, realizó encuentros con Vox, con Eduardo Bolsonaro y coqueteó con el Foro de Madrid.
Es por eso que Milei y la Fundación Libertad ahora viven un bonito romance, con acciones, enemigos en común, lo cual se pudo apreciar en la carta elaborada por esta Fundación y sacada a la luz por Mario Vargas Llosa contra Cuba en apoyo a las fallidas protestas convocadas para el 15N, donde Milei y Espert se unen a otras figuras de la extrema derecha y otros componentes tradicionales de la Red Atlas como Luis Lacalle Pou, Mauricio Macri, Guillermo Lasso y José María Aznar.
Esta acción anticipa que el ala opositora, fundamentalmente el PRO y Milei, intentarán de ahora en adelante utilizar el tema de Cuba como arma punzante permanente para polarizar con el oficialismo dentro y fuera del Congreso; un discurso anticomunista que junto al ataque a Venezuela y Nicaragua pretende mellar en el apoyo popular al Frente de Todos, siguiendo estrategias aplicadas por la Red Atlas con éxito en otros países como Colombia, Ecuador y EE.UU.
Si hay algo irrefutable tras los resultados de las primarias es que la Red Atlas ha ganado terreno dentro del Congreso argentino y hasta el 2023 será la pesadilla de las fuerzas peronistas que intenten implementar políticas populares para mantenerse en el poder.
El tablero está montado, las negras llevan ahora la ventaja.
Mario Gavilanez
Periodista independiente residente en Ecuador
mario.gavilanez@protonmail.com