En las primeras horas del 24 de febrero Vladimir Putin ordenó una operación militar sobre Ucrania. “Tomé la decisión. La operación tiene como objetivo proteger a las personas”, se justificó. Refiriéndose a las seudo repúblicas separatistas de Donetsk y Lugansk, de la región del Donbas, al este de Ucrania. Pero las noticias y las propias declaraciones del gobierno ruso confirman que se trata de un ataque generalizado sobre Ucrania. Se produjeron bombardeos cerca de la capital y otros centros urbanos importantes como Jarkov, Kharkiv, Dnipropetrovsk y Mariupol. Se habrían lanzado, por el momento, unos 20 ataques con misiles contra bases militares y de la fuerza aérea ucraniana. Algunas cercanas a la capital Kiev. Las noticias hablan de decenas de muertos, de que habrían sido derribados algunos aviones y helicópteros de combate rusos. A su vez, desde Rusia dicen haber destruidos bases aéreas ucranianas. Putin advirtió que: “Quien interfiera, pagará las consecuencias”.
Después de mas de un mes de idas y venidas, de declaraciones y amenazas entre Putin y Biden, entre Rusia y los Estados Unidos y la Unión Europea (UE) y la OTAN, finalmente se ha desatado un conflicto armado que como socialistas repudiamos. Las consecuencias de una guerra en Ucrania y en la región las pagarán los pueblos ucraniano y ruso con más miseria, muertes y crisis social.
No hay nada progresivo en este enfrentamiento armado. Sectores de la izquierda reformista, junto a países de falso antiimperialismo y socialismo como China, Cuba, Nicaragua o Venezuela, apoyan la agresión rusa y a Putin como si fuera una “victima” y un luchador “antiimperialista” porque enfrenta a EE.UU. Esto es falso. Putin encabeza un régimen capitalista-imperialista en Rusia, respaldado por la represión y por una mafia de oligarcas del petróleo y el gas. Su disputa con el imperialismo norteamericano y europeo es simplemente por el control político y económico de Ucrania. Un país rico en recursos naturales (alimentos y minería). Disputa que viene desde los años 90 cuando se disolvió la ex URSS y se restauró el capitalismo en Rusia y en todas las ex repúblicas soviéticas. Desde entonces el imperialismo yanqui y la UE vienen semi colonizando, con sus multinacionales y bancos a los países del este de Europa. Incluyendo la presencia de la OTAN como alianza militar imperialista. Ahora el gobierno ucraniano, socio del imperialismo europeo, había aprobado que Ucrania entre en la OTAN. Dando un paso más en su subordinación al imperialismo yanky y europeo. Cosa que cuestiona Putin como cabeza de una Rusia capitalista e imperialista que está debilitada económica y políticamente.
Por eso se trata de una pelea entre sectores burgueses-imperialistas que pone en cuestión la independencia de Ucrania y su autodeterminación nacional. Putin reconoció la independencia de las llamadas republicas del Donbass. Y argumenta que son pueblos de habla rusa que le han pedido que los defiendan. Ese sería el pretexto para agredir a Ucrania. Es falso el argumento del derecho a “autodeterminarse” de esa región. Ya que se trata repúblicas ficticias creadas en el 2014 con apoyo financiero y militar de Rusia. Zonas que se fueron rusificando (trasladando población de origen ruso) ya desde la época de Stalin y que continuó con Putin. En realidad, se tratan de enclaves del imperialismo ruso en territorio de Ucrania. Como lo es también la península de Crimea anexada por Rusia en 2014. Un enclave es una creación artificial del imperialismo para dividir naciones y dominar puntos estratégicos. Enclaves imperialistas son, por ejemplo, las Malvinas, el Peñón de Gibraltar, Israel, Irlanda del Norte, entre otros.
Pero Putin ha sido claro que la cuestión no es solo la región del Donbass. Putin no reconoce a toda Ucrania como nación independiente y la quiere bajo su control. Como lo fue bajo el imperio zarista y la dictadura de Stalin. Al colmo de decir, en su discurso del 22 de febrero, que la culpa de todo la tenía Lenin y el gobierno de los bolchevique de la revolución de 1917 por haberle reconocido al pueblo de Ucrania a tener su derecho a ser una nación propia y que podían decidir voluntariamente si querían integrarse a la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) con sus derechos de autonomía y con la posibilidad de disponer su separación. Efectivamente fue el gobierno revolucionario de Lenin y Trotsky quienes reconocieron a Ucrania y a diversas nacionalidades, que abarcaba el imperio burgués zarista, con todos sus derechos. Putin recordó que Stalin se había opuesto y cuando asumió su dictadura en 1924, convirtió, con su represión, a Ucrania y demás pueblos de la URSS en lo que se llamó “una cárcel de los pueblos”.
Ahora Putin, un ex miembro de la KGB de la burocracia soviética, devenido en restaurador del capitalismo, reivindica a Stalin y, de hecho al zarismo, para intentar volver a aplastar y poner bajo su control a toda Ucrania. Como socialistas internacionalistas de la UIT-CI seguiremos luchando por una verdadera autodeterminación del pueblo ucraniano que solo vendrá de la mano de un gobierno de trabajadoras y trabajadores en Ucrania.
Pero del otro lado no hay nada progresivo ni democrático. Se trata del imperialismo norteamericano y europeo, y su OTAN, que simplemente quieren controlar ellos a Ucrania para seguir super explotándola a favor de los negocios de sus multinacionales. Ambas partes son responsables de esta nueva calamidad. Es responsabilidad de todas las potencias imperialistas por su pelea de rapiña. Es una demostración más de la debacle social y humanitaria que provoca la crisis del sistema capitalista-imperialista.
Por eso desde la UIT-CI, venimos denunciando el peligro de una guerra reaccionaria en Ucrania y en la región, sin ningún bando progresivo. El avance de la agresión militar rusa y una guerra extendida, no tiene nada de favorable para las y los trabajadores y los pueblos de Ucrania y Rusia. Los pueblos deben salir a exigir el fin de la agresión rusa, de los bombardeos y del comienzo de una guerra. La salida de fondo a esa crisis pasa por que la clase trabajadora de Rusia y Ucrania enfrenten a sus gobiernos e impongan gobiernos de las y los Trabajadores.
Desde la UIT-CI convocamos a movilizarnos para repudiar la agresión militar rusa sobre Ucrania. Basta de bombardeos. Fuera la injerencia del imperialismo ruso como del imperialismo yanky y europeo. No a la OTAN en Ucrania; por el retiro inmediato de todo armamento y misiles nucleares de Rusia y de la OTAN; Por la autodeterminación del pueblo ucraniano.
Unidad Internacional de Trabajadoras y Trabajadores-Cuarta Internacional (UIT-CI)
24 de febrero de 2022