Continúa la movilización de las organizaciones sociales contra la inflación y el hambre
Mario Hernandez
Durante dos días se mantuvieron bloqueadas las entradas a la planta que forma parte del grupo Arcor en Córdoba en el marco del acampe que llevaron adelante el Frente de Organizaciones en Lucha, la Asamblea por Trabajo y Vivienda y Pueblo Fuerte.
El acampe, que comenzó el jueves 26 por la mañana en las inmediaciones de la Bagley, formó parte de una Jornada nacional de lucha que se llevó adelante en diferentes provincias para exigir medidas urgentes al gobierno nacional ante la escalada inflacionaria que afecta entre otras cosas el precio de los alimentos mientras las empresas alimenticias amasan fortunas.
La medida que incluye el bloqueo a la entrada y salida de camiones y olla popular para cientos de familias, se da con el apoyo de trabajadores y trabajadoras del grupo Arcor que también denuncian que las grandes fortunas que implicaron que en un año se dupliquen las ganancias se dan en un contexto de precarización laboral cada vez mayor para quienes trabajan en las plantas un promedio de 186 horas al mes.
El acampe continuó a lo largo del viernes, exigiendo también una solución real al problema de la desocupación y la inflación. Para esto proponen el reparto de las horas de trabajo entre ocupados y desocupados, con una jornada laboral de 6 horas por 5 días a la semana y con un salario igual a la canasta familiar.
También fue bloqueado uno de los centros de distribución de alimentos del grupo multinacional Arcor, ubicado en la intersección de la Autopista Panamericana y 197, en la localidad bonaerense de Tigre.
Maximiliano del Frente de Organizaciones en Lucha (FOL) expresó que el jueves se acercaron a la secretaría de Comercio, donde les dijeron que “no pueden hacer nada por el aumento de precios”. Por su parte Belén, de la organización Barrios de Pie, manifestó que “no puede ser que 20 empresas son las dueñas de la comida en Argentina”, y comentó que al llegar al acampe frente a la distribuidora se encontraron con el lugar “lleno de agua”.
En el comunicado de prensa emitido por las organizaciones convocantes -Barrios de Pie/ Libres del Sur y el Frente de Lucha conformado por el Frente de Organizaciones en Lucha (FOL), el MTD Aníbal Verón, el Movimiento Resistencia Popular (MRP), MTR por la Democracia Directa y FOB La Libertaria- destacaron que “más de la mitad de los alimentos de la canasta básica, son monopolizados por un puñado de empresas que durante los últimos años se han beneficiado aumentando sus ganancias, a costa de nuestra pobreza.”
Sobre la continuidad de las acciones por parte de las organizaciones Maximiliano comentó que “la próxima semana volveremos a acercarnos a diferentes empresas y distribuidoras alimenticias, por el tema del aumento de los precios. Consideramos que el salario que cobramos es de indigencia, y que el que cobra la clase obrera en una fábrica es de indigencia, así que sigue el plan de lucha.”
Además, se hicieron presentes el Movimiento de Agrupaciones Clasistas (MAC), trabajadores del neumático y de la fábrica recuperada Madygraf.
Compartimos comunicado:
26 y 27 de mayo
20 EMPRESAS SON LAS DUEÑAS DE LA COMIDA EN ARGENTINA
GANANCIAS MUY CUIDADAS. PRECIOS DESCUIDADOS
* Movilizamos en todo el país a las plantas productoras y distribuidoras de alimentos
* CABA: a las 9:00 concentración en Av. Belgrano y 9 de Julio. Movilizamos hacia la Secretaría de Comercio.
Más de la mitad de los alimentos de la canasta básica, son monopolizados por un puñado de empresas que durante los últimos años se han beneficiado aumentando sus ganancias, a costa de nuestra pobreza. Mientras tanto, la Secretaría de Comercio -ahora dependiente del Ministerio de Economía- brilla totalmente por su ausencia, anunciando medidas como “Precios cuidados” que no sólo son insuficientes sino que tampoco se efectivizan, dando así total beneficio a empresas como ARCOR, Bunge Argentina, Aceitera General Deheza, Molino Cañuelas, Molinos Río de La Plata, La Serenísima, Ledesma, Bagley, entre otras, que se enriquecen a costa de nuestra creciente pobreza.
Mientras que la inflación no baja de los 6 puntos, nuestra situación como trabajadores y trabajadoras precarizados/as se agrava: un puñado de empresas que monopolizan la producción de los alimentos, continúan con el alza de precios descomunal, mientras que escasean productos básicos a la espera usurera de exportar para aumentar sus ganancias todavía más.
A su vez la Secretaría de Comercio, que debería controlar y regular el aumento exorbitante de precios, muestra su preferencia en el cuidado de las ganancias empresariales, mientras que millones de trabajadores y trabajadoras sobrevivimos con salarios de miseria, que ni siquiera alcanzan a cubrir un mínimo de la Canasta Básica Alimentaria. Nosotros y nosotras, vivimos en condiciones de total precarización no sólo de nuestro salario ¡sino de nuestra vida!
Es por eso, que este jueves y viernes, movilizaremos en todo el país, a las puertas de las productoras y distribuidoras de los principales alimentos del país, como también hacia la Secretaría de Comercio. PORQUE MIENTRAS UNOS POCOS DUPLICAN SUS GANANCIAS, MILLONES DE FAMILIAS POBRES, NO LLEGAMOS A LA CANASTA BÁSICA PARA SOBREVIVIR.
“Canoazo” frente al Congreso
Trabajadores de la pesca artesanal se concentraron frente al Congreso nacional, donde llevaron adelante un “canoazo” en busca de visibilizar al sector y en reclamo de políticas públicas que contribuyan al desarrollo de la actividad en el país.
Con canoas, herramientas y vestimenta de trabajo, instalaron puestos de venta de pescado en las inmediaciones del Parlamento y allí vendieron el kilo de sábalo a precios populares, junto con otros productos frescos de río.
Los pescadores reclamaron la sanción del proyecto sobre Ley de Pesca Artesanal, que propone la creación de un Registro Nacional de la actividad, de terminales pesqueras, de consejos de cuenca y de un fondo de fomento para la pesca artesanal.
De esta manera, acompañaron la presentación de un Proyecto de ley destinado a reconocer y proteger los derechos de acceso de la pesca en pequeña escala, para que los pescadores artesanales puedan vivir de su trabajo.
Más tarde, el diputado del Frente de Todos y referente de la agrupación Patria Grande, Federico Fagioli, encabezó en oficinas de la Cámara baja un acto en el que se brindaron detalles sobre la iniciativa relacionada con la actividad.
“En medio de un contexto complejo, tenemos que garantizar la mesa de los argentinos y los derechos de los trabajadores de la Economía Popular. Por eso, hoy presentamos el proyecto de Ley nacional de pesca artesanal impulsado por la UTEP-Unión de Trabajadores y Trabajadoras de la Economía Popular”, sostuvo el legislador nacional.
Agregó que “una de las principales problemáticas del sector es la intermediación. El proyecto propone la creación de terminales pesqueras para comercializar de manera directa con venta al público y al Estado”.
“Las y los pescadores artesanales sufren persecución por parte de Prefectura. Para solucionar esto, el proyecto propone la creación de un Registro Nacional de Pesca Artesanal en donde se les otorgarán los permisos correspondientes para desarrollar su actividad”, indicó.
“Nadie conoce mejor las problemáticas del sector que los propios pescadores artesanales. Por eso, el proyecto contempla la creación de Consejos de cuenca que puedan ser espacios de discusión y debate para construir políticas públicas que los contengan”, añadió el diputado.
Destacó Fagioli que “es necesario potenciar el sector, acompañarlos y mejorar sus condiciones de trabajo. Para esto, el proyecto propone la creación de un Fondo de fomento”.
“Hay algo muy claro: en este sistema en donde el mercado manda, las pescadoras y pescadores artesanales junto a los consumidores perdemos. La Ley nacional de pesca artesanal es soberanía alimentaria y es urgente”, completó.
Por el “bono de refuerzo”: organizaciones piqueteras marcharon a las sedes del ANSES en todo el país
En medio de las movilizaciones de las últimas semanas y la creciente inflación, el Gobierno debió lanzar un “bono de refuerzo salarial”. Aunque está lejos de resolver el problema del hambre y la pobreza, además se rechazó la solicitud a millones de personas que lo necesitan.
Ese reclamo, junto a la situación de los comedores y otros reclamos pendientes de la Marcha Federal, fue parte de una nueva Jornada de movilización piquetera el pasado jueves. La misma fue convocada por el Polo Obrero, MST Teresa Vive, MTR 12 de Abril y MTL Rebelde, entre otras. En la Ciudad de Buenos Aires marcharon al ministerio de Desarrollo Social y al ANSES.
A nivel nacional la movilización fue a todas las sucursales de Anses en las provincias.
Reproducimos el comunicado de las organizaciones convocantes
Luego de la Marcha Federal, ¡¡¡marchamos contra la exclusión injusta de millones del bono de refuerzo salarial!!!
POR TRABAJO Y SALARIO CONTRA EL HAMBRE Y LA POBREZA
Mediante todo tipo de trabas, la ANSES está dejando afuera del cobro a millones de personas que solicitaron el bono de “refuerzo salarial” que dispuso el gobierno, producto de una inflación enorme. El bono no compensa esa inflación y aun así ni siquiera llega a todxs lxs que lo necesitan.
Los diarios reflejan esta situación claramente:
“El organismo previsional recibió un total de 11,8 millones de solicitudes… 1,6 millones fueron rechazadas automáticamente por ser trabajadores formales, tener jubilación y/o pensión, no cumplir la edad y otras causas.
Otras 2,7 millones de solicitudes fueron denegadas luego de realizar evaluaciones socioeconómicos y patrimoniales correspondientes…” (Infobae, 12/05).
¡¡¡Más de 4 millones de personas son excluidas por estos mecanismos burocráticos!!!
¡¡¡Y hay más de 2 millones de personas menos que el último IFE, es decir, que también se AJUSTA EN EL BONO!!!
RECORTAN ALIMENTOS A LOS COMEDORES POPULARES
Por si fuera poco, continúan sistemáticamente los enormes atrasos en la entrega de alimentos para los comedores y merenderos populares. Que suman cada vez a más trabajdorxs en sus puertas, como resultado de la inflación que golpea a las familias, tengan o no trabajo.
Los salarios, el trabajo, la lucha contra la pobreza y el hambre, fueron las cuatro consignas que presidieron la Marcha Federal, que sumó más de 300.000 trabajdorxs en los 4 días de recorrido en 100 ciudades y de 24 provincias, están más vigentes que nunca.
El gobierno no puede ignorar esta realidad, sin embargo, no hemos escuchado ninguna propuesta o convocatoria de reunión.
Es necesario un nuevo Plenario nacional piquetero para votar la continuidad del plan de lucha e impulsar un paro nacional.
Por eso este 26 salimos en todo el país y marchamos nuevamente para que la crisis no la paguen lxs trabajadorxs.
¡¡¡BASTA DE AJUSTE!!!
En CABA salimos desde San Juan y 9 de julio a las 10:00, y marchamos al Ministerio y a ANSES.
A nivel nacional vamos a todas las sucursales del País de Anses
POLO OBRERO – MTR VOTAMOS LUCHAR – C.U.Ba.☆M.T.R./MIDO – M.A.R. ☆ – M29 – BLOQUE PIQUETERO NACIONAL(T.Or.Re- AGRUPACION ARMANDO CONCIENCIA- O.T.L.)- MTR 12 DE ABRIL – FDU – BUEL – A TRABAJAR – ORGANIZACIÓN 17 DE NOVIEMBRE (M.D.L MUJERES EN LUCHA) – MTL REBELDE – M.B.T – FRENTE DE LA RESISTENCIA-LA WILLIAM COOKE- R.U.P. – MST TERESA VIVE
«Si Garro está interesado en promover trabajo, que nos reciba y se entere los trabajos que hacemos donde debería estar el municipio»
Julio Garro, intendente de La Plata, se sumó al debate público rechazando los cortes de calles, acampes, las movilizaciones y los planes sociales, que alineó discursivamente en días pasados a Horacio Rodríguez Larreta, Ramiro Marra, Javier Milei, Patricia Bullrich y Sergio Berni, expresando que «el plan social no puede ser una herramienta para cortar calles, armar acampes y complicarle la vida al resto de los laburantes» y que «el verdadero debate acá es cómo creamos trabajo genuino».
En un comunicado titulado «Julio Garro y la doble moral: habla de trabajo genuino y nos ningunea a los y las que venimos trabajando por una ciudad mejor», la organización Barrios de Pie-Libres del Sur expresó: «hemos visto cómo el Intendente Julio Garro se suma al debate sobre los programas sociales a raíz del acampe que realizamos junto a diversas organizaciones, para exigirle al Gobierno nacional trabajo digno, asistencia a los comedores y que frene el ajuste. No nos interesa polemizar con Julio Garro pero sí dejar en claro ante los medios de comunicación y la sociedad el papel del Intendente en la ciudad de La Plata. El intendente dice que ‘el verdadero debate acá es cómo creamos trabajo genuino’. Sin embargo, como organización nos hemos cansado de exigirle a Garro, por medio de sus delegados, que nos facilite las herramientas para la limpieza de los barrios más humildes de nuestra ciudad (a pesar de que esto le corresponde a la Municipalidad) para evitar la proliferación de roedores y enfermedades. Algo tan básico como el uso de bolsas plásticas para juntar la basura que nuestras cuadrillas de limpieza realizan todos los días en Olmos, Romero, Los Hornos, Arana, Villa Garibaldi, Villa Elvira, Tolosa y Ringuelet», denuncia la organización.
En otra de sus intervenciones en sus redes sociales Garro sostiene que «el plan social no puede ser una herramienta para cortar calles, armar acampes y complicarle la vida al resto de los laburantes. Tiene que ser una herramienta de progreso, una asistencia que le sirva a las personas que lo necesitan para construir un futuro mejor». A esto, desde Barrios de Pie-Libres del Sur le contestan: «pero cuando le pedimos herramientas para que los compañeros y compañeras que realizan la limpieza lo hagan sin exponer su salud, la gestión de Garro nos retacea, ningunea y maltratan a los compañeros y compañeras que de buena forma se acercan a las delegaciones«.
Por eso mismo, consideran que «Garro no tiene intenciones de mejorar la calidad de vida a los y las platenses, sólo se suma a un debate para hacer política discursiva mientras nuestros barrios siguen abandonados.
En la misma línea, sostienen: «cuando le solicitamos (innumerables de veces) a los integrantes de su gabinete (Secretaría de Coordinación, Secretaría de Gobierno, Secretaría de Producción y Secretaría de Desarrollo Social) coordinar políticas públicas para invertir en maquinarias y herramientas y/o convenios con el estado municipal para generar trabajo, nunca hemos tenido respuesta; salvo algunas reuniones con la cartera de Desarrollo Social pero sin una respuesta concreta».
«La comuna platense, como todos los municipios, licitan obras. Sin embargo, a pesar de que hemos manifestado nuestra predisposición para llevar adelante los trabajos que nuestra ciudad necesita, Julio Garro nunca nos atendió –remarcan– Por eso, vemos que es una caradurez que el intendente le hable a los y las platenses de su compromiso con el trabajo genuino y se sume a un debate para los medios de comunicación en lugar de resolver los problemas que atravesamos los y las que habitamos la ciudad. Si Julio Garro está interesado en promover trabajo, que nos reciba así se entera de los trabajos que venimos haciendo, ahí donde debería estar el municipio cumpliendo tareas esenciales«, insisten.
Finalmente, Libres del Sur y Barrios de Pie destacan: «tenemos distintos espacios de trabajo donde los compañeros y compañeras realizan una contraprestación. Muchos de los trabajos están abocados a la mejora sustancial de los barrios, la ayuda social, los emprendimientos y la formación contra las violencias: limpieza, desmalezado, comedores, merenderos, cooperativa textil, peluquería, panadería, ladrilleros, reciclado, huertas, espacios de salud y promotoras territoriales capacitadas en violencia de género».
En 9 provincias las cooperativas y polos productivos de la Economía popular generan más empleo que el sector privado
Se trata de las provincias de Formosa, Santiago del Estero, Chaco, Jujuy, Salta, Misiones, Catamarca, Tucumán y La Rioja. Todas norteñas. El acceso a la Economía popular sirvió para bajar los niveles de informalidad pero reclaman al Estado que «acompañe» a los productores para poder «certificar la calidad de sus productos» y acceder a los mercados de consumo masivo.
La cartera laboral y la de Desarrollo Social informaron que el Registro Nacional de Trabajadores de la Economía Popular (Renatep) ya superó en febrero los 3 millones de inscriptos y en nueve de las 24 provincias son más las personas bajo este esquema laboral que los empleados registrados en el sector privado. Se estima que el número real podría llegar a 8 millones de personas.
El Renatep se encarga de contabilizar a las personas que trabajan en esta modalidad con la mira puesta en la formalización dado que ya representan un 34% de la población económicamente activa en esas provincias.
Para Pablo Chena, director de Economía Social y Desarrollo Local en el ministerio que conduce Juan Zabaleta, «desarrollar la Economía popular, con acompañamiento productivo, es el desafío profundo para ir desterrando la pobreza estructural».
«El reclamo principal de las protestas está relacionado con la falta de empleo en el sector tradicional de la economía, producto de muchos años de exclusión y de crisis; tenemos que impulsar el desarrollo de la Economía popular para fortalecer el trabajo con derechos en los barrios populares y crecer desde abajo en forma sustentable», amplió.
En el total país, casi el 11% (10,8%) de los trabajadores de entre 18 y 65 años están anotados en el Registro oficial de la Economía popular, con una mayoría de mujeres que representan el 58% del total.
«Para reconocer ese saber popular primero hay que formalizarlo», explicó Sonia Lombardo, directora del Registro Nacional de Efectores Sociales del Ministerio, quien advirtió: «Está claro que no se puede vivir de la feria y que hay que lograr que esta economía llegue al mercado de barrio y al supermercado».
Pero además -señaló-, resulta clave que el Estado «acompañe» al productor de tal manera que pueda «certificar la calidad de sus productos».
El comercio popular, las ferias y el trabajo en el espacio público son patas centrales de esta economía informal, con fuerte arraigo en los barrios más organizados.
«Hay que ayudar a legitimar esa producción, que accedan a las herramientas que certifiquen que eso se puede consumir, que es seguro, que es sano; no es sólo propaganda lo que se necesita sino también acceso a registros y certificados que, con el tiempo, permitan aumentar esa producción», declaró y entendió que, de esa manera, también se transforma algo del «orden simbólico y cultural».
Ejemplo de este proceso son las Pupaas, pequeñas unidades productivas en las que se elaboran alimentos artesanales, de bajo riesgo sanitario y a pequeña escala, en cocinas domiciliarias, individuales o colectivas, y para las que el Gobierno ofrece subsidios destinados a la compra de maquinarias, de materia prima o a la mejoría edilicia.
Tanto Chena como Lombardo coincidieron en que la Economía popular no sólo es clave en la lucha contra la pobreza estructural, sino también en la reinserción social de quienes son excluidos del mercado tradicional.
«Tiene un componente ético moral muy importante porque le da lugar a quienes estarían destinados a condiciones muy precarias como, por ejemplo, aquellas personas que recuperan su libertad luego de haber cumplido una condena», graficó Chena.
De manera similar, la Economía popular suele ser el sistema que cobija a quienes, por ejemplo, lograron salir de trabajos semiesclavos en el rubro textil, donde padecieron «condiciones de precariedad extrema».
«Ahí está la diferencia entre una economía informal, al servicio de un capital monopólico, versus la Economía popular que saca a esas trabajadoras de esos lugares clandestinos y las coloca en cooperativas o polos productivos, donde pueden desarrollar su propia capacidad de organización y comercialización», insistió Chena.
Es que «muchas veces la informalización es utilizada para cubrir una ilegalidad y una precariedad, pero, en cambio, la Economía popular batalla eso desde lo ético y lo moral», explicó.
La pata política está representada en las organizaciones sociales porque defienden una «agenda de institucionalización de esta economía para que sea valorizado un modo de producción nuevo, autogestionado por los trabajadores de los barrios».
En este escenario, según el portal Economía Solidaria, existen en el país «nada menos que casi 3 millones de personas asociadas a cooperativas y mutuales, las que conforman un espacio económico social y solidario que genera miles de puestos de trabajo con empresas líderes».
«Muchas de estas organizaciones superan los 150 años y, en su conjunto conforman una realidad capaz de generar servicios de calidad en pequeñas localidades, donde la rentabilidad no es atractiva para grandes empresas», señaló Economía Solidaria.
Monotributo Productivo: el plan para formalizar a 3 millones de empleos procedentes de planes
En el marco de uno de los principales compromisos que asumió el Gobierno al llegar al poder (transformar planes sociales en empleo) se trabaja en la creación de “un monotributo productivo”, proyecto que ya se envió al Congreso, pero que será complementado por otra normativa que apunta a multiplicar el crédito bancario y no bancario para la Economía popular.
El lanzamiento se acompañará con una modificación del compre estatal para darle mayor nivel de prioridad a asociaciones y cooperativas.
Esto ha sido necesario luego de comprobar que la histórica teoría del derrame no está funcionando desde hace varios años, pues no ha aumentado un solo punto la creación de trabajo formal en el sector privado. Por ese motivo se ha decidido ir directamente a avanzar con los trabajadores “cuentapropistas que trabajan en unidades de la Economía popular”.
El Registro Nacional de Trabajadores y Trabajadoras de la Economía Popular marca que en esas condiciones hay actualmente unas 3 millones de personas. Pero escalando la producción y expandiendo la actividad podrían llegar a ser 8 millones. A ese universo buscan formalizarlo a través de un monotributo productivo. A diferencia de la herramienta ya existente, el monotributo social, que permite facturar hasta la categoría “A”, este permitiría registrar una mayor cantidad de ingresos, hasta la categoría “C”.
Según la iniciativa parlamentaria, el Estado se haría cargo por un determinado período de tiempo del componente de salud. Esos fondos no se volcarán en este caso a las obras sociales sino que se utilizarían para fortalecer el sistema público de salud y se les daría a los beneficiarios acceso a los programas oficiales como el Remediar. Quienes estuvieran comprendidos dentro de la nueva herramienta también tendrían cubiertos por dos años del componente jubilatorio.
El proyecto de ley también buscará modificar el régimen de compre estatal para darle un mayor grado de prioridad a este tipo de proyectos. “Está claro que con los planes sociales no alcanza y que el sector privado registrado hoy no puede dar solución a toda la demanda de empleo; hacer crecer a la Economía popular es la única manera de romper con la pobreza estructural”, advierten desde la cartera de Juan Zabaleta.
Al mismo tiempo, un grupo de funcionarios terminará de pulir la letra final de un proyecto de “Desarrollo de la Economía Popular”. Según detallaron fuentes oficiales, el foco será fortalecer el acceso al crédito. Se apunta a que el 10% de los depósitos bancarios se utilicen para financiar unidades de este tipo aunque el eje central es la creación de un sistema de créditos no bancarios.
Se generaría un fideicomiso que estaría administrado por el Banco de Inversión y Comercio Exterior (BICE). En todos los casos la tasa estaría subsidiada y muy por debajo a la que se ofrece actualmente en el mercado, pero no se utilizaría para gasto corriente. Sería destinada a la compra de maquinarias y a incrementar el capital de trabajo.
En la letra de la normativa que llegará en las próximas semanas al Parlamento, también se incluye un nuevo régimen que ayudará a facilitar la formalización de las unidades productivas de la Economía popular. Se incluiría la figura de asociaciones, que requieren de menor cantidad de integrantes que las cooperativas, y se apuntará a desburocratizar los trámites.
REPRODUCIMOS DOS EXPERIENCIAS DE RECUPERADAS: COOPERATIVA ACEITERA LA MATANZA Y COOPERATIVA ARTES GRAFICAS IMPRENTA CHILAVERT
¿Por qué es importante el Registro Nacional de Empresas Recuperadas?
Por Manuela Bares Peralta y Martín Massad
APU RADIO en FM La Patriada, domingos de 10 a 12, dialogó con Maximiliano Correa, titular de la Cooperativa Aceitera La Matanza, sobre el acto que encabezó el presidente de la Nación, Alberto Fernández, junto al ministro de Desarrollo Social de la Nación, Juan Zabaleta, por la puesta en marcha del primer Registro Nacional de Empresas Recuperadas.
¿Cómo vivieron la presentación del Registro Nacional de Empresas Recuperadas que se llevó adelante la fábrica que ustedes lograron recuperar?
Maximiliano Correa: Muy contentos. Después de mucho lucharla, hoy podemos decir que tenemos trabajo. Para nosotros, contar con el apoyo del Gobierno y haber recibido la visita del Presidente Alberto Fernández es muy importante. Hace más de 20 años que el Movimiento Nacional de Empresas Recuperadas (MNER) ayuda a trabajadores en circunstancias similares a la nuestra. Esta posibilidad nos da muchas herramientas para seguir avanzando en ese sentido.
¿Cuál es la historia de la Cooperativa Aceitera La Matanza?
M.C: Hacia fines del 2015 ya veníamos con conflictos con la empresa Agroindustria Madero, un grupo económico que tenía otras sociedades anónimas en el mismo predio donde, actualmente, funciona la aceitera. En el año 2016, la empresa se declara en quiebra dejándonos a 126 trabajadoras y trabajadores sin empleo, salario e indemnización. A partir de ese momento, con la ayuda de Eduardo Murúa (titular del Movimiento de Empresas Recuperadas) comenzamos el camino para poder recuperar la empresa y fundar la cooperativa Aceitera La Matanza. Este proceso estuvo lleno de burocracia como ir a los juzgados y demostrar que nosotros podíamos hacernos cargo de la explotación de la fábrica. Hay muchos casos en los que este proceso se extiende a lo largo de muchos años. En nuestro caso, pudimos completar los trámites en un año y medio. Después de mucho esfuerzo, pudimos comenzar a trabajar para garantizar el alimento en nuestras casas.
Ustedes elaboran a diario el 80% de la materia prima de Molinos Cañuelas, ¿cómo es ese proceso? ¿Cuántas familias dependen de lo que producen en la aceitera?
M.C: Actualmente, somos 100 familias que dependemos de lo que producimos en la fábrica. Nos costó mucho llegar adonde estamos porque se necesita mucho capital de trabajo para poner en funcionamiento la aceitera, sin ir más lejos, poner a funcionar la planta todos los días cuesta una fortuna. Por suerte, llegamos a un acuerdo con Molinos Cañuelas que nos provee los granos de soja y girasol para poder trabajar. Es decir, nosotros procesamos alrededor de 300 toneladas de granos por día y ellos se encargan de llevar adelante el proceso de refinación en su fábrica. Además, producimos nuestras propias líneas de aceite (El Cortijo y Singular).
¿No existen líneas de crédito o financiamiento estatal para poder hacer frente a la gran inversión productiva necesaria para sostener la fábrica?
M.C: Para nosotros es imposible conseguir capital porque no hay nadie que te financie. Como la mayoría de las empresas recuperadas, no podemos financiarnos solos. Por eso es tan importante la puesta en marcha del primer Registro Nacional de Empresas Recuperadas que va a permitir simplificar el proceso burocrático que hoy deben enfrentar las empresas recuperadas.
APU: ¿El camino que tuvieron que transitar para hacer posible el registro les permitió poder encontrarse con experiencias similares en otras fábricas del país?
M.C: Esa fue, sin dudas, una de las partes más lindas de este proceso. Pudimos conocer y escuchar las historias de compañeras y compañeros a lo largo y ancho de todo el país. Muchos de ellos, vivieron experiencias similares a la nuestra sin saber que había otras trabajadoras y trabajadores que pasaron por lo mismo que ellos.
Ocupar, resistir, producir… y resistir, resistir y resistir
Por Julieta Galera
Los afectos y los vínculos, el pilar de la lucha de las empresas recuperadas
Desasosiego, desazón, desesperanza es el clima que hoy se respira en la empresa recuperada por sus trabajadores (ERT) Cooperativa Artes Gráficas Imprenta Chilavert. El taller a media luz y a media máquina termina de componer la atmósfera. El 17 de octubre la Cooperativa Chilavert cumplirá 20 años de lucha, resistencia y autogestión obrera, pero no parece haber nada que celebrar. Los ánimos no acompañan. Claro, resistir y luchar durante 20 años y tener que seguir luchando y resistiendo a las crisis y a los embates económicos con los que este país se empeña en sorprendernos siempre no es fácil.
No obstante “voy a morir acá, luchando”, coinciden Ernesto González, Secretario de la cooperativa, y Plácido Peñarrieta, Presidente de Chilavert, que no claudican y no se dejan vencer. Y a pesar de la realidad que golpea, de su dura lectura política, económica y social crítica de la realidad y de la melancolía que los domina, no pierden ciertas esperanzas.
“Nosotros estamos por cumplir 20 años y ni lo pensamos. Nosotros estamos tristes por las pérdidas, por cómo nos maltrata la vida. Todo esto que me pasó, que nos pasó, capaz que con distintos grados de sentimientos en cada compañero, se fue desgastando como las máquinas porque se nos empezaron a morir compañeros”, dice Plácido con una profunda tristeza. “Un día Aníbal (Figueroa) apagó su máquina y me dice que al otro día tenía que hacer una tarea y esa fue la última vez que lo vi. Y después se nos murió Julio, el mecánico, nuestro compañero y vecino. Y este año, en enero, le mando un mensaje de whatsapp al otro mecánico que teníamos para avisarle que íbamos a necesitar sus servicios y me responde la viuda… yo no lo podía creer”, cuenta Plácido reviviendo las pérdidas que los determina.
El desasosiego que se respira en la imprenta Chilvert solo se puede entender si se comprende que las historias de las empresas recuperadas por sus trabajadores son historias de luchas y de solidaridades colectivas. Son luchas que se sostienen en valores humanitarios, en vínculos sociales estrechos de solidaridad y fraternidad, que se sustentan con el respaldo de las redes que tejen con otros actores sociales, culturales, económicos y políticos y del Movimiento Nacional de Empresas Recuperadas, MNER. La razón de ser de la lucha de las empresas recuperadas es sostener la fuente de trabajo de los trabajadores, pero su pilar no es la racionalidad económica sino el capital humano.
El fallecimiento de Julio, el mecánico, es un dolor muy grande para los trabajadores históricos de la imprenta porque sin Julio no existiría Chilavert. La Cooperativa Artes Gráficas Imprenta Chilavert nace en 2002 como consecuencia de una quiebra fraudulenta, como nacieron todas las Empresas Recuperadas por sus Trabajadores (ERT) desde finales de los 90. Un par de años antes el dueño de Ediciones de Arte Gaglianone, que desde 1976 se dedicaba a imprimir exclusivamente libros y catálogos de arte para el Teatro Colón, el Teatro San Martín, el Museo Nacional e importantes museos y teatros extranjeros, empezó el proceso de asfixia y de vaciamiento de la imprenta y empezaron los atrasos salariales, el pago con vales, los despidos y la precarización laboral permanente. En su momento de mayor auge, Gaglianone contaba con 80 trabajadores. Al momento de la ocupación quedaban solo ocho. Este proceso de desgaste terminó con la declaración de la quiebra.
Después que se estableció el proceso de quiebra y se nombró un síndico, los trabajadores de Chilavert empezaron a sospechar y pusieron un abogado que accede al inventario y se da cuenta de que no están declaradas las máquinas. El dueño Gaglianone quiso llevarse las máquinas y los ocho trabajadores que quedaban le dijeron a Julio, el mecánico, que no le iban a dejar desarmar la máquina porque les debían mucho dinero. Y Julio fue a la oficina del patrón y le dijo: “Yo las máquinas no te las desarmo hasta que no pagues a los muchachos”. Y ahí, ese día, empieza la ocupación que duró 8 meses y culminó el 17 de octubre de 2002 con la sanción de la Ley de expropiación temporaria. Fueron meses durísimos. En mayo de 2002 los trabajadores de Chilavert consiguieron el encargo de la impresión de un libro de una asamblea barrial. Hicieron el trabajo pero no lo podían entregar porque la policía impedía el ingreso y el egreso del taller porque estaba intentando desalojarlos. Y a Julio, que era vecino, que vivía en la casa lindante al taller, se le ocurrió hacer un boquete en la pared de su casa para sacar la producción de libros por allí. Ese boquete aún hoy está ahí, con un marco, en la pared de la oficina de administración sobre la computadora de Ernesto. Y ese día Julio fue alguien decisivo para que la historia de los trabajadores cambiara y que la Cooperativa Chilavert fuera posible.
“A mí se me terminó todo cuando me enteré que se murió Julio”, dice Plácido.
Y Aníbal Figueroa -junto a Cándido González, Fermín González, Plácido Peñarrieta, Ernesto González, Daniel Suárez, Manuel Basualdo y Jorge Luján- fue uno de los ocho trabajadores que resistieron la quiebra y uno de los compañeros históricos de la Cooperativa Artes Gráficas Imprenta Chilavert. No es la primera pérdida de los trabajadores de Chilavert. Primero se jubiló Cándido, después se fue Jorge, hace algunos años falleció Fermín y en 2019 falleció Aníbal. Pero sin dudas en este contexto, con 20 años de lucha y resistencia en la espalda y mucho camino e historia de vida compartidos, las pérdidas tienen otro impacto. Y pesan más que la crisis económica porque para la crisis económica de Argentina los trabajadores de la Cooperativa Chilavert ya tienen anticuerpos, pero los vínculos son su pilar y las pérdidas afectivas son un cimbronazo.
La crisis de la industria gráfica y las empresas recuperadas durante el macrismo
La Cooperativa Artes Gráficas Imprenta Chilavert está atravesando un período de crisis. La Cooperativa Chilavert tiene la particularidad de estar doblemente afectada por la crisis económica por ser una empresa recuperada y por pertenecer al sector gráfico. “Hoy estamos trabajando con un 50% de la fuerza laboral que había y un 25% de la capacidad instalada y estamos trabajando la mitad de las horas. Podría trabajar más gente pero no hay garantía de trabajo. El poco trabajo que tenemos lo cubrimos con la mitad de las horas de la poca gente que tenemos”, dice Plácido.
El sector gráfico hace varios años que viene atravesando una crisis por la reconversión de las industrias culturales a formatos digitales, un poco por los cambios culturales y otro poco por los costos de impresión, que ha llevado casi a la extinción a las revistas impresas y medios gráficos y a la conversión de libros y medios escritos al formato digital. Además, la evolución tecnológica implicó un recambio tecnológico para el sector que implicó un cambio en las cualificaciones de los empleados del rubro gráfico, otras técnicas de impresión y otros niveles de producción, que afectaron enormemente a las empresas del rubro.
Después de 2001 y antes de la explosión del capitalismo de plataformas hubo un momento de mayor producción editorial local y de consumo de industrias culturales impresas, que fue acompañado por una mejora en la calidad de vida y en la capacidad de consumo de la ciudadanía durante las tres administraciones del kirchnerismo, que además tuvieron políticas de impresión de libros y de promoción de la lectura, que coexistieron con la crisis mundial de la industria gráfica y de la industria del libro, que no se hizo sentir acá.
Durante el gobierno de Mauricio Macri la disminución de la capacidad de consumo de la clase media por la caída del salario, el aumento del desempleo y la pérdida del poder adquisitivo por el aumento de la inflación, las políticas de ajuste y por los tarifazos hicieron estragos en la economía de las PyMes y de las empresas recuperadas.
Además, entre 2015 y 2019 el capitalismo de plataformas explotó y tuvo un impacto tal en la ciudadanía global que aceleró los cambios de consumos culturales y la dependencia del consumo de información, cultura y entretenimiento en plataformas digitales que impactaron negativamente en las industrias culturales tradicionales. Esto determinó que casi no se impriman medios gráficos ni libros y que la industria gráfica quedara herida de muerte en todo el mundo.
Durante el macrismo la Cooperativa Artes Gráficas Imprenta Chilavert casi dejó de imprimir libros. Los medios alternativos impresos desaparecieron del taller. Las editoriales comenzaron a imprimir menos, aunque no dejaron de aparecer pequeños sellos editoriales con un mercado de nicho, pero como realizan impresiones de baja tirada no son un mercado para las imprentas que tienen tecnología off-set. Y las imprentas que no pudieron reconvertirse tecnológicamente se vieron gravemente heridas por esta situación.
A este duro golpe que atravesaban las industrias gráficas durante el gobierno de Mauricio Macri, los tarifazos, la caída del consumo, la apertura de importaciones, el costo de los insumos dolarizados, la suba del dólar, la falta de crédito fueron una combinación letal que puso en riesgo la continuidad de muchas empresas recuperadas.
La Cooperativa Chilavert llegó a ser amenazada por Edenor con corte del suministro eléctrico por falta de pago. El tarifazo, con aumentos que superaron el 1.500 %, se hizo impagable. Decenas de empresas recuperadas se vieron afectadas y fueron empujadas al borde del cierre, como las cooperativas la Nueva Unión, Madygraf o Zanón.
En 2019 la situación de la imprenta Chilavert era asfixiante. Con lo que producía no podía llegar a cubrir el costo de las facturas de electricidad. Llegó a sumar una deuda tan grande que todavía arrastra en parte. Durante 2019 el MNER, junto al Sindicato de Trabajadores Gráficos y representantes de Zanón, hizo un plan de lucha contra el tarifazo y para revertir la situación que sufrían muchas empresas recuperadas: “Abajo los tarifazos. Defendamos las fábricas recuperadas por sus trabajadores”. Muchas empresas recuperadas de todo el país marcharon al ministerio de Energía para pedir alguna medida que los ayudara a sobrellevar la situación, fueron recibidas y bien atendidas pero nunca les dieron una respuesta, cuenta Ernesto Gonzáles.
Ante la falta de respuestas de la gestión de Cambiemos, en julio de 2019 los trabajadores de la Cooperativa Chilavert hicieron unas jornadas de lucha y resistencia popular para juntar dinero para paliar la situación y organizaron el festival “Chilavert no se apaga”. Con la solidaridad colectiva de quienes vienen apoyando la lucha y resistencia de la imprenta Chilavert desde marzo de 2002 la cooperativa pudo seguir subsistiendo.
Entre las buenas intenciones del Gobierno de Alberto Fernández y las políticas que no se hacen sentir en las empresas recuperadas
Cuando el Frente de Todos llega al Gobierno, las empresas recuperadas sintieron esperanza en la existencia de un proyecto económico y político de gobierno que las incluiría. La Administración de Alberto Fernández llega con muchas expectativas de alivio de los sectores populares postergados y con propuestas concretas de inclusión en el proyecto de país.
Durante los primeros meses de la presidencia de Alberto Fernández se creó la Dirección Nacional de Empresas Recuperadas, que depende del ministerio de Desarrollo Social de la Nación, y se nombró como director a Eduardo «Vasco» Murúa, referente del MNER, y, meses más tarde Mario Caffiero, el fallecido director del INAES, creó el Consejo Consultivo del Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social para promover la innovación y socialización del conocimiento y la generación de planes y programas con una perspectiva integral y federal, y nombró como coordinador a Andrés Ruggeri, director del Programa Facultad Abierta de Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires, que desde 2002 trabaja investigando y apoyando a las empresas recuperadas por los trabajadores, que es una persona muy respetada por los actores que conforman el movimiento.
Pese a estos nombramientos, Ernesto González dice que “no es que inmediatamente cuando gana el peronismo tuvimos ayuda. Hubo que remarla. Cuando cambió el Gobierno el problema de las tarifas de servicios se empezó a manejar políticamente. Y después de pelear mucho se logró que la tarifa tenga alguna diferencia. Ingresamos a un régimen junto a entidades de bien público, mutuales y clubes de barrios que nos permiten pagar las tarifas de servicios de manera diferencial, al 50%”, dice Ernesto, “pero no hubo una política sectorial ni para empresas recuperadas ni para el sector gráfico. No hay apoyo al sector”.
Durante el ASPO la crisis del sector gráfico y de las empresas recuperadas empeoró. Afortunadamente, dicen Plácido y Ernesto, durante la cuarentena no dejaron de trabajar porque Chilavert imprime prospectos de medicamentos y packaging para alimentos. “Eso nos ayudó mucho, pero la impresión de libros se paralizó por completo, los ingresos no eran suficientes para cubrir los gastos y el Estado no contempló ayudas económicas para salvaguardar a las empresas recuperadas”, dice Ernesto. “Había ayuda para la Siemens, pero no para las recuperadas. Para Coca-Cola, pero no para nosotros. Porque era para las patronales para que paguen salarios y nosotros no teníamos empleados porque los empleados somos nosotros. Lo único que había era el IFE, pero nosotros no calificábamos porque somos monotributistas y no le buscaron la vuelta”, aclara Ernesto. Y Plácido dice que el Gobierno no los contempló en sus políticas económicas porque “Techint le decía al Gobierno “si no me das el subsidio, te despido 800 personas”. Nosotros si le decimos “si no nos dan subsidio, cerramos”. Te dicen “cerrá” porque no tenemos correlación de fuerzas. Somos sobrevivientes de esa situación”.
“El Gobierno a través de su discurso parece que mira a las recuperadas. Hasta hace un año no había guita, había gente nombrada pero no le daban presupuesto, entonces hacían relevamiento sobre nuestras necesidades, pero no había gestión”, dice Ernesto. “Recién a fin de año comenzó a cambiar eso. A nosotros nos firmaron un financiamiento para poder comprar una máquina digital para poder hacer otro tipo de libros de baja demanda”, dice Plácido Peñarrieta.
Plácido y Ernesto coinciden en que el “Vasco” Murúa y Andrés Ruggeri hicieron todo lo que estaba a su alcance para ayudar al sector, pero no tienen presupuesto. Ernesto cuenta que Andrés Ruggeri logró que parte de los fondos destinados a la línea de fondos no reembolsables para PyMes fuera destinada a empresas recuperadas y, de esta forma, lograron obtener un subsidio. Pero ambos destacan que la poca ayuda que tuvieron las empresas recuperadas tienen que ver más con la voluntad de Eduardo “Vasco” Murúa, Director Nacional de Empresas Recuperadas y Andrés Ruggieri, Coordinador del el Consejo Consultivo del Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social, que con una política de Estado.
Con el peso de garantizar la continuidad en el tiempo
“Hoy enfrentamos un 50% de posibilidades de cerrar”, dice Plácido. A la crisis de la industria gráfica, a las secuelas del huracán Macri y del ASPO, la pandemia y la falta de políticas para el sector por parte del Gobierno de Alberto Fernández, se suman algunos problemas que vienen arrastrando porque nunca alcanzaron una economía holgada, como la mayoría de las empresas recuperadas.
La Cooperativa Chilavert está tratando de realizar un recambio tecnológico que nunca pudo hacer. Espera con ansias los Fondos No Reembolsables del gobierno para hacerlo. Plácido explica que “a las máquinas que tenemos en Chilavert, nunca les pusimos una moneda porque nunca nos quedó un resto para modernizarnos, reinvertir o renovarlas. Hoy nuestras máquinas tienen 20 años más de amortización normal por el trabajo. En todas las cooperativas estamos con parches”. Hoy en día las imprentas recuperadas que integran la Red Gráfica subsisten en base a la solidaridad colectiva del sector.
Cuando a una imprenta se le rompe un motor, una bomba o algo de alguna máquina, siempre hay otra que le tiende una mano y le presta lo que necesita. Lo mismo sucede cuando no tienen papel para imprimir, que escasea. O cuando tienen poco trabajo y otra imprenta necesita más fuerza laboral, hay compañeros que realizan su labor en otra cooperativa y pueden seguir cobrando sus retiros. Esta lógica de cooperación es lo que sostiene al sector. Las empresas recuperadas de la industria gráfica no compiten entre sí, conforman una red que se contiene, se ayuda y se sostiene entre sí. Esta concepción del trabajo y de la empresa propia del cooperativismo rompe con la lógica capitalista de competencia y de concebir al otro como una amenaza a eliminar. Estos valores son los que sostuvieron a la mayoría de las imprentas recuperadas durante estas dos últimas décadas a pesar de todas las complicaciones del sector y de la crisis económica del país.
Ante la realidad económica, política y social, si bien Ernesto y Plácido dicen que la realidad actual no se puede comparar con la de 2001, porque los puntos de partida de las crisis son diferentes, ambos creen que Chilavert puede llegar a cerrar por falta de herederos del oficio de trabajador gráfico y de los valores del cooperativismo de las empresas recuperadas. “Como económicamente nunca logramos despegar, los compañeros jóvenes que empezaron a construir su familia, a tener otro nivel de gastos personales y exigencias familiares para alcanzar cierto nivel de consumo, se fueron yendo. Muchos aprendieron muy bien el oficio y pudieron encontrar un trabajo con otras seguridades. Entonces fueron quedando los compañeros más viejos o los que no aprendieron bien el oficio, dice Ernesto. “A nosotros como hacedores de esto no nos queda otra que quedarnos, dice Plácido, “no lo digo con la desazón de un pibe de 30 años, lo digo con la esperanza de lo que conseguí con 60 años. El traspaso a la generación que viene es difícil. Los jóvenes no le dan el valor que nosotros le damos a esto”.
“Los compañeros que participamos en la lucha, que la vivimos completa, tenemos el peso de garantizar la continuidad en el tiempo de la cooperativa Chilavert y de las empresas recuperadas”, enfatiza Ernesto. “Nosotros somos los fundadores, los que nos quedamos en la historia, porque sentimos una revancha o una venganza a algo que nos sucedió. No se puede transmitir la experiencia de haber trabajado durante 20 años, 30 años, 40 años en una empresa y quedar desamparado del día a la noche. Las nuevas generaciones no le ven sentido a seguir esforzándose, no le dan valor a la historia, a la lucha, a las cosas…”, explica Plácido.
Para las y los que acompañamos de cerca la experiencia de ocupación, resistencia y producción de la cooperativa Chilavert desde su nacimiento, el panorama que impone la realidad es desolador. Sin embargo, ni Plácido ni Ernesto conciben sus vidas sin Chilavert y coinciden en que “la lucha nunca se abandona”. Ambos se refugian en la esperanza de que hoy en día, con la crisis sigue habiendo cierres de empresas y recuperadas. En estos años el movimiento fue creciendo poco pero con casos importantes y nunca paró. Plácido rescata las recientes experiencias de la imprenta de San Miguel de Tucumán, Tropa Circe, y de la imprenta recuperada en La Rioja capital, aún sin nombre, a las que desde la distancia y en plena pandemia asesoraron a sus trabajadores para su recuperación por zoom.
La Cooperativa Chilavert es semilla. Durante todos estos años de lucha, de trabajo y de militancia por las empresas recuperadas, por la autogestión y por la economía social, los trabajadores de la Cooperativa Artes Gráficas Imprenta Chilavert tienen un gran capital: dejaron huella y hoy su historia es un ejemplo que motiva muchas luchas en todo el país y en todo el mundo.
En ese sentido, Ernesto reflexiona sobre la importancia de su lucha y celebra que “hoy la gente conoce cómo son las empresas recuperadas, no es algo extraño. Hasta hubo una novela en la tele con Nancy Duplá, que cierra la textil y la recuperan como algo puede pasar. Si esta experiencia llega a una novela es porque en la cabeza de una señora esto no es algo raro. No es algo muy popular, pero es algo que puede pasar”.
Fuentes: La Izquierda Diario, APU, Infogremiales, Anred, Resumen Latinoamericano, Télam