El sábado al mediodía les integrantes de Lxs Safinas descubrieron que el espacio cultural lesbofeminista La Vulvería fue vandalizado con mensajes de odio. Inmediatamente realizaron la denuncia pública y exigen al Estado que investigue quienes realizaron la agresión.
En el Pasaje Fabricio Simeoni 1158 de la ciudad de Rosario, provincia de Santa Fe, se encuentra “La Vulveria”, un espacio cultural lesbofeminista inaugurado el 13 de diciembre de 2019 por la agrupación Lxs Safinas.
El pasado sábado 24 de septiembre al mediodía ellas encontraron el sitio pintado con frases de discursos de odio. “Las acciones fueron directas sobre el mural, pero específicamente en dos lugares, sobre la Wiphala donde escribieron Cristo Vence, un símbolo que llevaban los aviones militares en el ´55, los vuelos de la muerte en el bombardeo de Plaza de Mayo, un signo neonazi. El otro símbolo, el ojo divino (creo que se conoce así), lo pusieron donde dice Biblioteca Popular Lesbo Feminista. Y las pintadas siguieron también sobre una placa que era un reconocimiento municipal del espacio y habían borrado con pintura de color dorado donde decía Safinas”, relata María Eugenia Sarria, referente del espacio.
Sumado a eso, se puede leer en una parte la leyenda “Zurdas” con el agregado poco legible de “asquerosas”. Toda una declaración de odio y estigmatización hacia el colectivo de lesbianas y hacia una postura política.
“Nosotras consideramos que esto forma parte de la avanzada anti derechos, no hay un respeto por la democracia – prosigue Sarria– y lo que exigimos es que se llegue hasta el final y se investigue”. Tras la denuncia interviene en el caso la Fiscalía Regional 2 de Rosario, y se encuentra a cargo el fiscal Damián Cimino, quien avisó que iban a pedir las cámaras de la zona para investigar.
Pero lamentablemente no es nuevo este ataque que sufrió La Vulvería, porque tiempo atrás han sucedido situaciones graves. Según comenta Sarria, “ya venimos haciendo denuncias de situaciones de riesgo de vida y de violencia hacia nosotras y lo cierto es que no hay una debida investigación de las causas. De hecho, una vez que nos amenazaron de muerte con quemarnos con cinco bidones de nafta en la Casita LGTBI la respuesta del Ministerio Publico de la Acusación (MPA) fue hacer una mediación con la persona, como si fuera posible hacer una mediación con una persona que te amenazó con quemarte”.
Así, el espacio de reflexión y acción lésbica feminista se ve como el blanco de acciones de odio en una coyuntura compleja abonada por el fascismo a nivel nacional e internacional. El ataque al centro cultural que se autogestiona de manera colectiva es hacia una expresión de la comunidad LGTB+, cuyas problemáticas son muy difíciles de llevar a la agenda pública.
En lo que concierne a Rosario, Sarria esboza una explicación: “Estamos en un momento muy difícil para cada une de nosotres. En lo particular, muy agotada porque desde que la Subsecretaría de Políticas de Diversidad a nivel provincial se cerró y se creó el Ministerio de Igualdad Genero y Diversidad se mezclaron las dos cosas y que hubiera políticas para la diversidad sexual fue muy difícil. Y en lo comunitario, recién ahora estamos pudiendo recibir una ayuda del Estado. Estuvimos durante toda la pandemia prácticamente remándola solas y dando una respuesta a la comunidad, tuvimos que pasar de hacer una acción de promoción a una acción de asistencia, de acompañamiento y de empoderamiento de fortalecimiento subjetivo que eso nos pone más en jaque a nosotres como personas.”
Lejos de desanimar la tarea que llevan a cabo agrupaciones como Lxs Safinas, estos ataques impulsan a seguir sosteniendo esa tremenda labor de visibilización de la identidad de género. “Como organización estamos teniendo que dar respuesta a muchas necesidades insatisfechas y a muchas situaciones de vulneración de derechos que está pidiendo el colectivo y creemos que más que nunca es fundamental poder seguir luchando por la visibilidad de nuestras identidades, sobre todo la identidad lesbo feminista que a veces se borra. Las lesbianas no estamos y reclamamos el lesbo trans feminismo y visibilizarnos porque históricamente hemos hecho mucho las lesbianas para que exista un feminismo en esta región. Entonces, sí necesitamos que se nos nombre. Y porque aparte seguimos sin estar en las estadísticas, sin estar en las políticas, sin tener métodos de autocuidado para nosotras en cuanto a la salud sexual reproductiva y entonces con más razón la visibilidad lésbica sigue siendo nuestro objetivo como organización”, concluyó Sarrias.
En momentos en que los discursos de odio crecen y se materializan en ataques de distinta índole, la denuncia de Lxs Safinas debe ser escuchada y rodeada de solidaridad.