1) En 900 días en Virrey del Pino asesinaron solo tres choferes: un 3,3 % de los días. De habitual, nada.
2) Los chorros no abrieron la cartera in situ ni contaron y revisaron el dinero, como debieran: mirá si les encajan plata falsa y se dan cuenta después, ¿a quién le reclaman? Conclusión: no fueron por la guita.
3) O sea, piensa Berni, que el “asalto” y el asesinato son un capítulo del plan de emboscada: los choferes hicieron matar a un compañero para crear un motivo para hacer una protesta contra la inseguridad, desprestigiarlo a él, atraerlo y, encima, fajarlo.
Hay que reconocer que la jugarreta denunciada por Berni —azarosa y rebuscada como era— les salió mejor a los colectiveros (menos a Barrientos) que al MTP la toma de La Tablada.
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El vivaracho autor de este texto olvida convenientemente que los choferes boxeadores eran todos tropa de Patricia Bullrich, una rancia oligarca que aprendió a hacer política en una organización armada en su juventud y que fue Ministra de Seguridad de la Nación durante la gestión más represiva desde el regreso de la democracia.
Se trata de la misma señora que preside la organización política que financió al grupo que intentó matar a una vicepresidenta hace mucho tiempo ya, parece, porque también se olvida el señor tan picaresco.
Ahora, ¿de dónde parece que pueden haber salido las balas que mataron a un chofer de madrugada?
El vivaracho autor de este texto olvida convenientemente que los choferes boxeadores eran todos tropa de Patricia Bullrich, una rancia oligarca que aprendió a hacer política en una organización armada en su juventud y que fue Ministra de Seguridad de la Nación durante la gestión más represiva desde el regreso de la democracia.
Se trata de la misma señora que preside la organización política que financió al grupo que intentó matar a una vicepresidenta hace mucho tiempo ya, parece, porque también se olvida el señor tan picaresco.
Ahora, ¿de dónde parece que pueden haber salido las balas que mataron a un chofer de madrugada?