Ecuador: Repercusiones del asalto a la embajada de México

Como ecuatoriana, TODO MI RECHAZO a la invasión de la embajada de México.  Todos los votos para una unidad con el pueblo mexicano.

Ahora, como ecuatoriana también: TODO MI RECHAZO A LA UTILIZACIÓN DE LOS PROGRESISMOS DE ESTO (ya se han metido en mi país desde Atilio Borón con su “segunda batalla de Stalingrado” hasta varios presidentes para respaldar a Correa que es prófugo, que sí tiene delitos y GLAS TIENE DELITOS.  México asiló, así como Argentina, a varios ecuatorianos que sí tienen cargos en contra.  Ser de izquierda nos da derecho a delinquir?

ME asusta cómo logran polarizar TODO (si una no está con los progresismos está con la derecha de Noboa, si no está con la derecha que decide SIN JUSTIFICACIÓN invadir la embajada, debe estar entonces neceariamente con el gobierno de AMLO?   PUES NO.  Ahí hay unos matices importantes y la 4T es tan depredadora para los pueblos con el tren Maya como lo fue Correa y el correísmo con el Yasuní.  NO DEJEN PERDER LOS MATICES. 

Acá un artículo de Ñawpa (ninguna de las organizaciones sociales de Ecuador habla de la inocencia de Glas…. todas rechazan lo que pasó con la embajada, solo los progresismos acá y en México hablan de un mártir).

Erika,  12 Abril 2024

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Ecuador: Repercusiones del asalto a la embajada de México

Por: Mario Unda y Maritza Idrobo.

En la noche del 5 de abril, el gobierno de Daniel Noboa ordenó el asalto de la embajada de México en Quito para apresar a Jorge Glas, exvicepresidente de Rafael Correa, quien se había refugiado en esa sede diplomática. Glas está siendo juzgado por actos de corrupción durante su paso por la vicepresidencia, algo que su movimiento Revolución Ciudadana califica de persecución política. Como respuesta, el gobierno de López Obrador rompió relaciones diplomáticas con el Ecuador. Esta acción del gobierno ecuatoriano fue cuestionada por la ONU, la OEA, la Comunidad Europea y el Departamento de Estado de los Estados Unidos. Y también recibió el rechazo de gobiernos que responden a la línea del populismo progresista, como Colombia, Brasil, Chile, Venezuela, Nicaragua u Honduras, pero también de regímenes derechistas como los de Uruguay, Paraguay, Argentina y Perú.

Pero la tormenta no fue solo internacional, pues agitó vivamente las aguas de la política interna.

Las organizaciones sociales

La principal organización de los pueblos originarios, la Conaie (Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador), afirmó que fue un “gravísimo error lo que ha hecho el gobierno ecuatoriano de Daniel Noboa. La violación de la embajada de México en Ecuador es un acto fascista de extrema gravedad que atenta contra las relaciones diplomáticas y el derecho internacional”. “Es preocupante observar”, continúa, “cómo el gobierno autoritario y fascista de Ecuador recurre a la fuerza para asegurar sus trofeos políticos”. Culmina su pronunciamiento afirmando que “Esta flagrante violación … envía un mensaje peligroso a la comunidad internacional”.

La CEOSL (Central Ecuatoriana de Organizaciones Sindicales Libres) emitió un comunicado en el que afirma que “Los corruptos deben devolver lo robado y pagar en la cárcel sus crímenes contra los recursos públicos. Sin embargo, el asalto policial ocurrido en la noche del 5 de abril es una violación al derecho internacional y a la soberanía de los países”. Continúa diciendo que “El asalto a la embajada de México y la represión criminal a la comunidad de Palo Quemado muestran el carácter autoritario y violento del actual gobierno”.

De igual manera, dirigentes de la CEDOCUT (Confederación Ecuatoriana de Organizaciones Clasistas Unitarias de Trabajadores) condenaron en sus cuentas de X el asalto a la embajada y añadieron que “La prepotencia y la arrogancia no tiene límites. Nos ponemos a pensar que, si hace lo que le da la gana violando el derecho internacional, imagínense cómo va a empezar a violar el derecho de todo ecuatoriano que piense distinto”.

La izquierda política

En la izquierda, el Partido Socialista afirmó que “la violación de la Convención de Viena y al derecho internacional no tienen precedentes ni justificación”. “Condenamos”, concluyó, “la incursión por la fuerza a una embajada extranjera y deploramos la decisión de México de otorgar el asilo a un condenado por corrupción”.

El Comité Provincial de Pichincha del Partido Comunista del Ecuador emitió un comunicado en el que dice que “El uso descomunal de la fuerza militar y policial de la sede diplomática de México desnuda la voluntad arbitraria y la predisposición del gobierno de Noboa para situarse por encima de las leyes internacionales y de la convivencia civilizada”. Añade que “Vincular esta atroz agresión a México con el estado de guerra interna delata al gobierno de Noboa: su desesperación con vista a la consulta y referéndum le compulsa a cometer este vergonzoso escándalo internacional para crear un relato sobre una supuesta lucha contra el mal que lo haga reflotar electoralmente”.

Por su lado, el MRT de Ecuador y el PRT de México hicieron circular un pronunciamiento conjunto en el que afirman que “La toma de la embajada mexicana en Quito es violatoria de todo derecho”. “No se trata de discutir las posiciones de Jorge Glas o las opiniones del presidente López Obrador (que el gobierno de Daniel Noboa usó como pretexto para expulsar a la embajadora Raquel Serur), sino la abierta y brutal violación al derecho internacional y diplomático por parte del gobierno derechista de Ecuador”. Afirman que, sin embargo, “La solidaridad entre nuestros pueblos, reivindicando una visión internacionalista en lucha contra el capitalismo depredador, no está en duda”.

Sectores académicos

Las reacciones también vinieron desde sectores académicos. La Universidad de Cuenca rechazó en un comunicado “la irrupción en la Embajada del hermano país, pues atenta de manera grave contra el derecho internacional … y de ninguna manera representa el espíritu de nuestro pueblo”. Alerta que “Esta acción pone en riesgo tratado y proyectos que las universidades tenemos en común con México, fractura las múltiples relaciones de cooperación y se deja en incertidumbre la estabilidad de las y los estudiantes ecuatorianos y las personas en situación de movilidad”. Concluye afirmando: “reiteramos la necesidad de respeto al marco legal internacional y las normas que regulan las relaciones diplomáticas entre los Estados”.

La Red de Carreras de Sociología y Política del Ecuador “condena la irrupción militar y policial a la embajada de México … ordenada por el gobierno de Noboa”, a la que califica como “un acontecimiento nefasto que no tiene parangón en la historia nacional, no ha ocurrido ni en las peores dictaduras militares del país, es un hecho negativo de prepotencia e ilegalidad absolutamente repudiable”. Concluye “expresando nuestra solidaridad con la destacada intelectual y docente universitaria Raquel Serur, exembajadora de México en Ecuador, profesora de la Universidad Nacional Autónoma de México, viuda del filósofo ecuatoriano Bolívar Echeverría”.

Remezones en las derechas

Por primera vez se muestran serias disensiones en la derecha. El movimiento Construye, que había auspiciado la candidatura presidencial de Fernando Villavicencio, respaldó la decisión de Noboa de declarar persona no grata a la embajadora mexicana el 4 de abril, pero no se pronunció aún sobre el episodio de la embajada. Tampoco lo han hecho el movimiento Creo, del expresidente Guillermo Lasso y el partido Socialcristiano; ambos ya habían adelantado su apoyo al voto por el Sí en la consulta popular.

El partido Socialcristiano reaccionó recién el 8 de abril con un lavado de manos: afirma que el asilo dado a Glas por el gobierno mexicano fue una “ilícita decisión” porque Glas fue procesado y enjuiciado por la justicia ecuatoriana, pero que las embajadas son consideradas inviolables por los tratados internacionales. Y llama a ambos gobiernos a que solucionen la situación creada.

En cambio, César Montúfar, excandidato a la presidencia y a la alcaldía de Quito cuestionó la irrupción en la embajada: “Glas debe estar en la cárcel”, escribió en su cuenta de X, “Sin embargo, considero un gravísimo error del presidente Noboa violar la convención de Viena y destrozar nuestra relación con un país hermano con el cual debemos tener máxima cooperación en la lucha contra el crimen organizado”.

En las “redes sociales” también se hizo visible esta división de criterios de los sectores de militante mentalidad conservadora. Unos, quizás la mayoría, han salido a respaldar a ojos cerrados la acción de Noboa calificándola como un acto de dignidad contra la corrupción pues su fin era apresar a Glas; como una defensa de la soberanía nacional pues habría sido una respuesta a los “insultos” de López Obrador al Ecuador (al señalar que el asesinado de Villavicencio impidió el triunfo de la candidata de Revolución Ciudadana en las elecciones presidenciales); y han acusado de “traición a la patria” a quienes condenaron la irrupción de la fuerza pública en la embajada mexicana.

Otros, por el contrario, han condenado la irrupción en la embajada señalando que, aunque México había dado refugio a un prófugo, el asalto pone al Ecuador en mal predicamento en el concierto internacional por atentar contra la Convención de Viena.

Vericuetos de la política exterior de Noboa

La política internacional se ha convertido en un punto conflictivo en la agenda política del gobierno de Daniel Noboa. Este lamentable episodio no es el primero. A mediados de enero, Noboa anunció que entregaría a los Estados Unidos lotes de armamento ruso que se encontrarían en condición de chatarra, a cambio de armas y materiales nuevos.

Pero, a inicios de febrero, funcionarios del gobierno norteamericano desmintieron al presidente: las armas no eran chatarra y serían entregadas a Ucrania para ser utilizadas en la guerra contra Rusia. Esto causó la indignación de Putin y Rusia recortó drásticamente las compras de banano ecuatoriano alegando la presencia de una plaga en la fruta exportada. Finalmente, Noboa tuvo que retractarse un mes después de su anuncio original.

¿Repercusiones en la consulta popular?

Según diversas encuestas, la población ecuatoriana atraviesa un estado de ánimo político muy cambiante. La aprobación al gobierno de Noboa habría rozado un punto máximo, próximo al 80%, a poco de haber decretado el estado de emergencia y la situación de “conflicto armado interno” contra las bandas y carteles del narcotráfico en los primeros días de enero de este 2024.

Pero la situación habría comenzado a modificarse después de que Noboa, el 12 de marzo, enviara al Registro Oficial, la ley que incrementó del IVA del 12 al 15%, que empezó a regir desde el primero de abril. Además, a fines de marzo se conocieron cifras que indicaban el recrudecimiento de la violencia criminal, de asesinatos, secuestros y extorsiones, poniendo un signo de interrogación sobre los resultados de la política para enfrentar el “conflicto armado interno”. Todo esto habría hecho bajar dramáticamente la popularidad de Noboa y la intención de apoyar el Sí en la consulta popular; una encuesta reciente indicaba que 9 de las 11 preguntas serían aprobadas con un margen mínimo a favor, y que las dos preguntas políticamente más importantes, referidas a que el Ecuador acepte el arbitraje internacional en sus controversias con empresas transnacionales, y a la aprobación del contrato por horas, podrían no aprobarse.

En ese estado de cosas se produjo la irrupción a la embajada de México. El estado voluble del ánimo de la población y la agitación del debate político indican que seguramente este hecho tendrá repercusiones en la consulta popular del próximo 21 de abril. Finalmente, sólo quedan 15 días para la realización de los comicios y la gente acudirá a las urnas teniendo fresco el impacto que le haya causado el asalto de la embajada y el apresamiento de Glas. Si una mayoría de la población fuese favorable a la acción ordenada por Noboa, subiría su imagen y sus posibilidades de éxito en los comicios. Si primase una postura crítica, sus probabilidades de éxito podrían reducirse.

Pero las repercusiones no se quedarán encapsuladas en el 21 de abril. Las nuevas elecciones presidenciales y legislativas están programadas para febrero de 2025, y los resultados de la consulta se proyectarán hacia los siguientes comicios, afectando -para bien o para mal- la reelección ansiada por Daniel Noboa.

Quito, 8 de abril de 2024

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