Argentina: Resistir para existir, desde subjetividades colectivas y anticapitalistas

Temas y sus síntesis

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Mayo 2024

La lógica de izquierdas institucionalizadas y el lenguaje de la ONU bloquean nuestra emancipación de:

Qué Sistema
Fetichizado, respectivamente, como imperialismo e incluso reducido a EE.UU. y como progreso científico tecnológico sin consecuencias de extinción de la vida planetaria por uso del eufemismo de «medio ambiente» para ocultar la criminalidad capitalista de lesa naturaleza. Pero ambas eluden poner fin a los ecocidios con sus consecuentes etnocidios-genocidios.

Qué Democracia
Fetichizada, respectivamente, como lucha contra las derechas de explícito neofascismo y como institucionalización de la paz mundial. Ambas soslayan que el capitalismo contemporáneo o neoliberalismo implica la bélica violencia e injusticia de privilegiar sólo al 1% humano en sus ilimitados acaparamiento y mercantilización de bienes comunes.

Qué Trabajo
Fetichizado, respectivamente, al reducir el activismo del proletariado tanto a reivindicaciones de cada sector como a la consigna «que la crisis la paguen los capitalistas» y al expandir la creencia en la prescindencia de los trabajadores inculcando la mentira que el Capital puede existir, progresar sin el proletariado.

Qué Abya Yala
Fetichizado, respectivamente, como engendro del sometimiento creciente e histórico a EE.UU. y como necesidad de la Minustah de cuyas gravísimas consecuencias se irresponsabiliza así como de las de continuar con importante poder de intervención en las decisiones de la política interna haitiana.

¡NO! a Milei ni al PJ ni a los K.
Recuperemos del capitalismo a
nuestros trabajos y
 territorios comunalizándolos.

Recuperemos nuestro trabajo y nuestra dignidad cuyas esencias humanistas y humanizantes son negadas por el Capital y su Estado. ¿Cómo realizarlo? Constituyamos comunidades en cada lugar geográfico y lugar laboral. Que sean autónomas, territorializadas y se vayan entrelazando en una confederación democrática. Se trata de asumirlas en confrontación con el régimen extractivista como lo hacen las defensas y recuperaciones de territorios a lo largo y ancho de Argentina e incluso de todo el Abya Yala. Resisten al avasallamiento de derechos tanto de los trabajadores, pueblos e individuos de abajo como de la naturaleza. El arrasamiento de los últimos condujo a la actual emergencia climática, la manifestación más contundente de la socioterritorial, cuyo agravamiento por el sistema (centrado en el ilimitado lucro del 1% humano) extinguirá la vida planetaria.

Estos caminos de autoorganización arraigan en las existentes luchas por la vida sea desde las varias facetas de la justicia social sea desde las etiquetadas como socio ambientales cuando, en verdad, se comprometen en frenar, para luego erradicar, los ecocidios con sus consecuentes genocidios silenciados e invisibilizados por el capitalismo mirando, en exclusivo, por persistir en su avance de mercantilización de la naturaleza sin importarle generar exterminio masivo.

Antes de emprenderlos necesitamos:

   Preguntarnos desde subjetividades colectivas anticapitalistas:

¿Cómo el establishment adquirió la actual omnipotencia para ejercer dictadura sin ocultarse detrás de la democracia bien paga?

¿Por qué seguimos subordinados a la democracia? Que hizo impune al establishment de acumular riquezas e ingresos en forma creciente. Que cumplidos los 40 años resultó en una crítica desertificación del país; 60% de menores de 17 años  y casi 80% de la ancianidad avasallados en todos sus derechos; y en el fraudulento balotaje por contener DNU, ley Bases, Pacto de Mayo, Protocolo Represivo y ambos candidatos ofreciéndose a posibilitar hacer gobernable dicha puesta en práctica del despojo total y totalitario e incluso usar el método nazi fascista que despliegan Israel-EE.UU. para apoderarse por completo del territorio palestino.

   Reflexionar sobre si hemos cambiado de raíz nuestras luchas hoy ante la ofensiva del capitalismo contra los pueblos planetarios que lleva 7 meses de genocidio palestino en vivo y directo.

Comprobamos que:

-Seguimos subordinados al PJ, al Congreso y a la CGT cuando sus historias prueban estar siempre contra las necesidades e intereses populares.

-Valoramos las consignas del PJ e izquierdas institucionalizadas sin reparar que son fetichistas y, por tanto, no nos convocan a derrotar al capitalismo. Al revés, lo encubren y nos mantienen ajenos a abrir caminos a la creación de buenos vivires por autónomas comunidades territorializadas yendo hacia su confederación democrática.

-Nos esforzamos, abajo a la izquierda, en concretar las consignas del PJ e izquierdas institucionalizadas que demuestran, desde hace décadas, ser pro capitalistas. Por eso, coinciden en hacer creer como primordial el rechazo al RIGI.  Sin embargo, el RIGI es sólo culminación de medio siglo de elaboración-actualización del sistema jurídico a favor exclusivo del oficializado como poder real y factico. Ahora, que lo sea no se debe a su carácter de gigantesco propietario, lo es por nuestra obediencia a la democracia basada en el régimen latifundista y en la prohibición, a los pueblos de Argentina, de autodeterminarse como establece el artículo 22 de la Constitución Nacional. Es decir, de democracia no tiene nada sólo que nos parece tal por compararla con los terrorismos de estado y así la interpretamos por el amedrentamiento sufrido. Algo semejante a este último fue el de la pandemia que nos llevó a desear la vuelta a la normalidad. ¿Cuál? Si causó la Covid19.

-Quienes instalan al RIGI en la agenda pública, por un lado, alarman que su aprobación implicará cambio de raíz del país, la entrega total del mismo por 30 años y la sujeción al CIADI. Todo ya concretado por el neoliberalismo cuyo principal gestor fue el Partido Justicialista desde que el general Juan Domingo Perón impuso terrorismos paraestatales para homogenizarlo como derecha fascista. Medio siglo ha transcurrido del autodenominado “plan de reorganización nacional” por el establishment.

Por otro lado, este ninguneo de lo catastrófico y criminal que fue y es el progreso –incesante- de la acumulación gran capitalista local e imperialista nos mantiene en el círculo vicioso del bloque dominante y es simultáneo con la real y efectiva reestructuración socioeconómica del capitalismo local e internacional. Como es de máxima exclusión e injusticia social requiere darse en nexo indisoluble con la restauración del Estado represor militarizado tendiente al nazi fascismo.

  Deliberar y decidir independizarnos del PJ e izquierdas institucionalizadas.

Es desobedecer a la democracia para nuestra derrota y afirmar nuestro desafío de comunalizar los lugares tanto geográficos como laborales hacia la autodeterminación de los pueblos de Argentina. Autodeterminación que, ante todo, exige aniquilar el régimen latifundista. ¿Cómo? Mediante unión de nuestras comunidades que, creando sus respectivas autonomías, requieren luchar por desprivatizar y desmercantilizar sus territorios.

El PJ y las izquierdas institucionalizadas -al buscar conducirnos- menosprecian las autoorganizadas defensas y recuperaciones de territorios ya existentes en todo el pais. Justo cuando quien gobierna -el establishment- está ejecutando la reestructuración de su poder de dominio territorial, contenida en el Pacto de Mayo, para concretar el acaparamiento total y totalitario de los bienes comunes naturales o de los territorios.

   Descubrir que

 las izquierdas están estancadas en luchas callejeras -con incremento de ineficacia como demostró recientemente Francia- de hacer cumplir reivindicaciones de las variadas facetas de la justicia social y de la justicia socioterritorial mediante organización de la unión sectorial o multisectorial para presionar al gobierno-estado en sus distintas jurisdicciones. Es decir, que las izquierdas respetan la institucionalidad implantada por Perón para bloquear la lucha de clases e independencia de clase en especial de los trabajadores, con lo cual son cómplices de la desertificación capitalista cuyo progreso raudo amenaza de extinción a la vida planetaria. En efecto, ante todo son electoraleras pese a 40 años de comprobación de la continuidad y profundización en el perfeccionamiento expropiador gran capitalista e imperialista del trabajo social, así como de los bienes comunes tanto sociales como naturales durante los sucesivos gobiernos constitucionales desde fines de 1983.

Emanciparnos del sistema que nos oprime y reprime nos desafía a rechazar esa politiquería de las derechas e izquierdas electoraleras. Nos interpela, abajo y a la izquierda, a entrelazarnos con las organizaciones piqueteras que se han mantenido independientes del Estado gracias a comunalizarse-territorializarse como hicieron los pueblos originarios en su resistencia de siglos al capitalismo. Y también se comunalizan y territorializan las autoorganizaciones de vecinos que en todo el país no sólo resisten los ecocidios-genocidios o extractivismos sino sobre todo se esmeran en ir creando relaciones sociales e interpersonales confraternales entre los diversos de abajo mediante constitución de asambleas como democracias directas mirando hacia la puesta en práctica de asambleas comunitarias. De modo que avanzan construyendo comunidades que recuperan los bienes comunes y establecen simbiosis culturales con sus territorios sin las fronteras ni los muros ni el régimen de propiedad de la burguesía. Los concretan según nos ejemplifican los pueblos originarios, estigmatizados por el capitalismo y neocolonialismo inculcándonos racismo.

Emanciparemos nuestro Trabajo del Capital asumiendo su carácter comunitario en la antropogénesis y los siglos de las tribus indígenas. Es decir, multiplicando los existentes involucramientos de diversidades de abajo en propulsar otras economías ecológicas en antagonismo irreconciliable con la del gran capital local e imperialista. Y en simultáneo reparando que hoy la contradicción prioritaria con el capitalismo nos exige defender y recuperar todos los territorios de la vida planetaria como lo están haciendo comunidades de la nación Mapuche y la Unión de Asambleas de Comunidades (UAC) por la vida y los territorios contra los extractivismos rurourbanos.

En fin, también implica el descubrimiento del denominador común de todas las luchas por las distintas facetas de la justicia social con las que se dan contra el avasallamiento total y totalitario de los derechos tanto de los pueblos como de la naturaleza mediante el régimen extractivista o el modo capitalista de producción y consumo en el Abya Yala. Todas se comprometen con privilegiar la vida humana/no humana y la dignidad humana de los pueblos e individuos que están incluidas en la Madre Tierra.

 

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