El Parlamento Europeo y la Comisión Europea han sido cómplices del genocidio. Su presidenta, Úrsula Von der Leyen ha hecho apología junto con otros representantes. Es en el contexto de los últimos 8 meses que la coordinación de organizaciones de solidaridad con Palestina ha impulsado la campaña “No votes genocidio”, con la exigencia en el Parlamento que salga de las próximas elecciones que rompa el acuerdo de comercio preferencial con Israel y todas las relaciones políticas, económicas, militares y académicas con el estado sionista.
Se esperan votos de castigo contra los partidos de gobierno, sean del color que sean, y una subida de la extrema derecha que recoja parte del creciente rechazo a las instituciones y los gobiernos.
En España, como está pasando en las últimas elecciones nacionales y autonómicas, lo más castigado del gobierno sería su ala izquierda: Unidas/Podemos antes, ahora Sumar, que es quien más decepciona a quienes esperaban una ruptura por la izquierda. Sánchez intenta ganar protagonismo con el reconocimiento del estado palestino, un “reconocimiento” que molesta al gobierno israelí, pero que no supone ninguna medida concreta frente al genocidio. Así pues, mantiene las relaciones comerciales y políticas y sigue sin decretar el embargo de armas.
El PP quiere hacer de la ley de amnistía su eje central para las europeas, ya que se votará el próximo 30 de mayo en plena campaña electoral. Así, y con el apoyo de los jueces, pretende arañar unos votos del ala más españolista del PSOE, el sector que más se identifica con Emiliano García Page y Felipe González. Pero, con Vox desmarcándose, la última manifestación contra la amnistía en Madrid perdió comba respecto a las anteriores. Mientras, en el Parlament de Catalunya todas las negociaciones están a la espera de que se apruebe la ley de amnistía y de los resultados de las europeas.
Vox escenificaba el inicio de campaña con una reunión de la Internacional reaccionaria: con Javier Milei, Kast, representantes de Trump, Giorgia Meloni, Marine Le Pen, André Ventura de Chega, Viktor Orbán o el polaco Tadeusz Morawiecki… y sus ataques contra las disidencias y los derechos LGBTIQ+, los discursos de odio contra los y las migrantes, su islamofobia, y su apoyo al genocidio de Israel, representado por el ministro para la Diáspora. Cabe destacar que la Alternativa por Alemania (AfD), ha sido expulsada del grupo europeo Identidad y Democracia (ID) después de las palabras de su principal dirigente justificando a miembros de las SS. La política de los gobiernos de turno y la UE es quien abre la puerta a la extrema derecha, como ocurre con el repugnante y racista Pacto sobre Migración y Asilo (PEMA).
Los trabajadores/as y jóvenes se plantean cómo detener a la extrema derecha y la respuesta no es volviendo al chantaje del PSOE o sus homólogos europeos, que una y otra vez decepcionan, siguen gobernando para las grandes multinacionales y cargan la factura de la crisis sobre los hombros de la clase obrera y los sectores populares.
Lamentablemente, hoy no existe una alternativa de una izquierda transformadora, que defienda a los y las trabajadoras y los pueblos. Lo intentamos con la CUP, pero no estaba dispuesta, tampoco estaban dispuestos desde Anticapitalistas. Pero no vemos que una abstención que facilite un giro a la derecha ayude a estar en mejores condiciones después de las elecciones. Llamamos a votar críticamente, porque ninguna opción supone un avance hacia un Frente para reagrupar fuerzas de ruptura con el dictado del capital y los estados. No votemos genocidio. No votemos a partidos burgueses ni a los de los gobiernos. Detengamos a la extrema derecha.
La tarea sigue siendo la conformación de este frente y ayudar a desarrollar la movilización en defensa de las reivindicaciones sociales y políticas. Y, mientras la lucha por la solidaridad con el pueblo palestino sigue siendo campaña central, hacemos un llamamiento a seguir con las acampadas universitarias y la exigencia de ruptura de todas las relaciones con Israel.
30 de mayo de 2024
Lucha internacionalista