Rebelión contra los molinos de viento

Cuando George Orwell escribió la novela futurista 1984 los medios de comunicación estaban en pañales. Sin embargo, esa antiutopía moderna imaginaba un mundo dictatorial, brutalmente autoritario, donde el control y la manipulación de la información constituían el corazón del sistema. Nada lejano de lo que sucede hoy en día.

Con una salvedad. En la famosa novela de Orwell el espacio para la resistencia y la contrainformación era prácticamente nulo. Su autor sufría un pesimismo extremo.

A contramano de esa futurología oscura y escéptica, hoy en día existen crecientes iniciativas contestatarias y alternativas. Las principales reman contra el bombardeo monocorde y oficial de la CNN, Fortune, The New York Times, The Washington Post o cualquier otro discurso mediático del poder mundial. Entre miles de espacios cibernéticos críticos del sistema, sobresale el sitio de internet cuyo nombre lo resume todo: Rebelión. (Su dirección es: www.rebelion.org – en la dirección electrónica rebelion se escribe sin acento). El más importante a nivel mundial de habla hispana.

Rebelión se funda en septiembre de 1996, en plena crisis del neoliberalismo. Apenas dos años después de la irrupción zapatista y siete años más tarde de la caída del muro de Berlín. Aunque su información llega a millones de hogares en todo el mundo, originariamente el puntapié inicial lo dan apenas seis personas, un argentino y cinco españoles. Dos especialistas en informática, dos periodistas de medios escritos, otro de radio y un cantautor. Si en el origen eran apenas seis, hoy cuenta con una decena de miembros repartidos en varios países.

Rebelión nace en el sótano de un local político en Madrid que venía siendo alquilado por el partido comunista español desde la clandestinidad franquista. Allí se junta por primera vez un pequeño grupo de seis amigos y compañeros unidos contra el poder mundial de los grandes monopolios. Casi, casi, como en las películas del cine. Un proyecto absolutamente romántico y quijotesco.

El resultado está a la vista… Actualmente, Rebelión ha alcanzado las 150.000 páginas diarias leídas. Es decir: cuatro millones y medio al mes y treinta mil accesos a la portada cada día.

Sin ofertas de publicidad y sin percibir ningún tipo de dinero o subsidio, en poco tiempo Rebelión logró aglutinar una red de fuentes, corresponsales, organizaciones, movimientos y colectivos militantes que la nutren diariamente de los conflictos sociales a escala planetaria. Por eso mismo en este sitio se puede encontrar aquello que jamás se verá en la pantalla de las grandes cadenas televisivas ni se leerá en las páginas de los grandes periódicos impresos.

Si algo ha caracterizado a Rebelión desde su inicio es la amplitud y el pluralismo. Aquello mismo que niegan los grandes pulpos mediáticos. En el sitio convergen desde marxistas y feministas, antiimperialistas de todo pelaje y libertarios hasta ecologistas e integrantes del movimiento mundial crítico de la globalización capitalista (en sus diversas tribus). Sus impulsores están orgullosos de esa amplitud. No obstante, ese abanico multicolor tiene un límite. Cuando se los interroga, aclaran presurosos: «Para los que sólo son la voz del poder, del dinero y del neoliberalismo, no hay lugar en Rebelión. Ellos ya tiene la CNN«.

Rebelión cuenta con una portada central de información internacional que se actualiza día a día. En ocasiones especiales, como el golpe de Estado en Venezuela, el ataque a las torres gemelas o la invasión de Irak, hora a hora. El sitio incluye además toda una serie de secciones permanentes. Éstas se le presentan al lector cuando recién ingresa.

Entre otras: «Resistencia global», «El cuarto Reich» (sobre el imperialismo), España, Cuba, Venezuela, Palestina, «El caballero de la esperanza» (Brasil), «El reino del revés» (Argentina), «Mentiras y medios», «La izquierda a debate», «Opinión», «Libros libres» (donde se difunden libros completos gratis), «Cátedra Ernesto Che Guevara» (de Argentina), «Petras en inglés», «Pan y rosas» (sobre movimiento de mujeres y feminismo), Ecología, Economía, «RebelArte» (sobre arte), etc. Además hay secciones regulares con escritos (traducidos al español) de Noam Chomsky, James Petras, Heinz Dieterich y Marta Harnecker.

Alguna vez Rodolfo Walsh, en las peores épocas de la dictadura militar argentina, apelaba a la contrainformación como el último acto de libertad que le resta al ser humano en momentos de opresión. Aquellos eran los tiempos en que Rodolfo impulsaba ANCLA, la agencia de noticias clandestina.

Ni los más poderosos -sean Videla o Massera, Bush o la CNN- pueden frenar esos gestos libertarios. Un cuarto de siglo después de Walsh, Rebelión lo confirma. No tiene sede fija, ni dinero ni capital, ni tecnología propia, ni ubicación física alguna. Rebelión constituye apenas un equipo de personas con una computadora en su casa o una portátil. Nada más.

Quizás por eso se definen como «una decena de locos con un ordenador». Pero no cuentan sólo con computadoras. Tienen también aquello que les falta a las grandes cadenas multimedias. Dignidad y amor a la verdad.

Periódico ACCIÓN

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