Por Raúl Valle
Dos organizaciones dan cuenta de la adquisición de alimentos para la mesa de los trabajadores en relación al bolsillo y a la salud.
Una es el informe privado del IARAF (Instituto Argentino de Análisis Fiscal) sobre la carga tributaria en los alimentos de venta en los supermercados más importantes, y la otra, es La Fundación Cauce y Naturaleza sobre los datos oficiales del SENASA (Servicio Nacional sobre la Sanidad y Calidad Alimentaria) que desnuda la falta de controles en la asepsia con respecto al veneno utilizado en la industria alimentaria.
El informe sobre la carga impositiva fue sobre productos masivos en cadenas de supermercados e indicó que los impuestos fueron de un 44% del precio final. Un dato que explica lo que sucede en las cadenas capitalistas y su distribución porque se ha incorporado una mayor explotación de la fuerza laboral y existe una crisis en el desarrollo de la capacidad instalada del capital. Es el stock.
En este marco se consideran los siguientes tributos: Impuesto al cheque, Ganancias, Impuestos internos, Ingresos brutos, Tasa de Inspección Seguridad e Higiene y por último, es el impuesto IVA (Impuesto al Valor Añadido) que es el de mayor porcentaje en el producto final y lo paga en forma diferencial y directa el trabajador.
En este sentido, si la compra de un trabajador en un supermercado es de $50.000, se le gravará casi $22.000.
Con respecto a los controles en la industria de la alimentación y las cadenas de supermercados, el informe fue elaborado por los técnicos de la Fundación Cauces y Naturaleza de Derechos que difundieron el relevamiento desde el 2020 hasta el 2024.
En el mismo, analiza los residuos de 54 alimentos vegetales y frutas comercializados en Argentina donde hubo 6200 detecciones de agroquímicos, el mayor grado de toxicidad es la pera, luego la manzana, la lechuga, la naranja, la banana, el tomate, la uva, la palta, la mandarina, el limón y el pimiento.
La pera con 17 químicos diferentes, luego la mandarina con 14 y el pimiento con 8.
Se encontraron 83 principios activos tales como el herbicida 2.4D, el insecticida Acetamiprid, el herbicida Glifosato (el más utilizado con 423 fórmulas que integran la dosis venenosa) o el fungicida Benomil.
Los mismos están prohibidos en EEUU y la Comunidad Europea porque son cancerígenos y/o alteradores hormonales, o inhibidores colinesterasas que impiden el correcto funcionamiento del sistema nervioso, por lo tanto son pesticidas altamente peligrosos y son cancerígenos para los trabajadores y sus hijos.
En el relevamiento se halló 46% insecticidas, 42% fungicidas, 10% herbicidas, y 5% coadyuvantes.
El lavado con agua de las frutas y verduras es inocuo para el veneno y la vista gorda del actual gobierno ante está matanza silenciosa está en la lógica de satisfacer la sed de ganancias de los capitalistas.
En el área de salud, una reciente información es que ha aumentado el número de consultas en el área de Gastroenterología y se argumenta con desconocimiento de esta información por síntomas y signos del estrés en que vive la sociedad argentina.
En este sentido, la descomposición actual de la sociedad capitalista y el gobierno de Milei es porque se extiende la jornada de explotación laboral de los trabajadores por migajas y se destruye la naturaleza, bajo un régimen social que pone sus garras y reduce el salario de subsistencia, y las jubilaciones, y ya, en su decadencia total, extiende un negocio lucrativo con el alimento por medio del veneno descontrolado que se introduce en los cuerpos de los trabajadores y sus hijos.
Por una Comisión Independiente de Trabajadores por el Control de Alimentos
Abajo el IVA y los impuestos a los trabajadores
Impuestos y control por los trabajadores al gran capital y cadenas de supermercados asociados con la especulación financiera.
Salario de $1.200.000 para los trabajadores en los supermercados y fábricas. Jornada de 6h de trabajo y creación de otro turno de trabajo.
Ningún veneno cancerígeno en la comida. Por la defensa de la Alimentación y la Salud.
Fuera Milei
Por el Socialismo