El abogado ambientalista Darío Ávila habló acerca de la problemática que, año tras año, vuelve a tener la provincia. En diálogo con el programa radial Tengo una Idea, Ávila contó cómo actúa el Estado para frenar el fuego y qué negociados existen.
Entrevista: Graciela Carballo / Carlos Morchio / Nicolás Rosales. Redacción: Nicolás Rosales. Edición: Pedro Ramírez Otero. Foto: Medio Infovirtual
Los incendios en Córdoba son una figurita repetida año tras año. Si bien el clima y la sequía no juegan a favor en esta parte del año, la mayoría de los incendios que se producen son intencionales. Los medios tradicionales reproducen las imágenes desde la espectacularización. Sin embargo, los análisis profundos de los hechos no abundan. Solo se habla de los daños ocasionados y la batalla contra el fuego.
―¿Cómo está la situación de los incendios?
―Todos los años, desde el mes de agosto, pasando por septiembre y octubre tenemos que hablar de la catástrofe que significa perder hectáreas de bosque nativo como consecuencia de los incendios. Ya nadie duda de que son todos absolutamente provocados. Desde las organizaciones territoriales y asambleas socioambientales principalmente en defensa del bosque nativos hace muchos años que venimos denunciando esto, la utilización sistemática del incendio como herramienta de destrucción y eliminación del bosque para avanzar con los proyectos productivistas que impulsa el gobierno provincial y el gobierno nacional también. Tiene que ver con el avance de la frontera agropecuaria, el desarrollismo inmobiliario y la explotación de canteras en Córdoba.
No es casual que después de los incendios en los sectores afectados aparezcan los emprendimientos inmobiliarios. En la zona de la Calera por ejemplo, está ubicada la reserva natural militar “La Defensa” que pertenece al Estado nacional. Durante el gobierno de (Mauricio) Macri, (Oscar) Aguad había desafectado esa reserva y la había colocado dentro de los bienes destinados a la venta para de alguna forma obtener financiamiento para el Estado nacional. Y como ese proyecto no prosperó, a partir de allí sistemáticamente hacia esta época se vienen dando de forma recurrente los incendios. La Calera ha sido la zona donde más se han evidenciado los emprendimientos inmobiliarios en estos últimos años.
―¿Con que contaba antes la provincia para afrontar el problema de los incendios?
―Hay que mencionar el total desmantelamiento a partir de 2017 del sistema de prevención que existía en Córdoba. Esto fue por una decisión exclusivamente política por quien fuera el gobernador de esa época Juan Schiaretti. Antes se tenía una ley provincial, la 8751 de 1999. Fue una de las primeras provincias que tenía un plan regulaba la lucha contra los incendios. Funcionó muy bien y tenía la particularidad de contar con un fondo propio para la prevención y lucha contra el fuego. Ese fondo tenía una vigencia por 20 años, y consistía en que todos los cordobeses aportaban cada vez que se pagaban las boletas de energía. En la misma ley se establecía que lo recaudado tenía que ser para la compra de aviones hidrantes, y para la prevención. Se había creado un sistema de alerta temprana, que se conoció como el “sistema vigía”. Consistía en que seis bomberos de cada uno de los 62 cuarteles que estaban ubicados en zonas de alto riesgo de incendios estaban destinados a este sistema de vigilancia. Estaban apostados en torres de elevación y a través de observaciones permanentes apenas se detectaban los inicios de los fuegos, automáticamente el bombero daba la voz de alerta, se comunicaba con el cuartel más próximo se asistía al lugar y se sofocaba el incendio. En 2010, último registro oficial estadístico mientras estuvo vigente este plan preventivo, se dieron 210 incidentes de incendios, en ese año se perdieron 10.800 hectáreas, uno de los últimos incendios actuales se llevó más de 12.600 hectáreas en tres días. Hoy el sistema es un fracaso, no hay prevención. Hay un sistema de ataques al fuego. Se trata del ETAC (Equipos Técnicos de Acción ante Catástrofes), una institución creada en el 2015, vino a reemplazar a los bomberos voluntarios. Se apostó a la tecnología y modernos equipos de monitoreo, casi como con un fetichismo hacia lo moderno, pero que no ha funcionado.
―¿Quiénes ejercen lobby a favor de los incendios?
―El más conocido y más poderoso económicamente tiene que ver con La Sociedad Rural de Jesús María, La Federación Agraria, CARTEZ (Confederación de Asociaciones Rurales de la Tercera Zona). Los tres organismos están ubicados en el área noroeste de la provincia, precisamente donde quedan los últimos bosques nativos. Estos grupos son los que vienen pujando desde 2010 para modificar la “Ley Provincial de Reordenamiento de Bosques Nativos” para reducir la categoría roja de protección de bosques y transformarla en amarilla y así poder desarrollar la ganadería intensiva. Los otros son los grupos desarrollistas inmobiliarios.
Fuente: https://laretaguardia.com.ar/2024/10/que-hay-detras-de-los-incendios-en-cordoba.html