México_NO Sheinbaum: Las víctimas son más de 124 mil desaparecidxs
Colectivos, familiares, activistas y periodistas
Desinformémonos
5 abril 2025 Ciudad de México
“El dolor, la indignación y la rabia que ocasiona saber que existen campos de exterminio en México (aunque parece que desde arriba se evita reconocer que esas escuelas del terror son eso) no debe ser utilizado ni por quienes provocaron esta crisis humana desde 2006, ni por quienes dicen haber roto con las prácticas del pasado mientras repiten sus vicios. Tampoco por quienes dentro y fuera de México ven en el dolor una oportunidad política, de negocios, o injerencista”, señalaron decenas de colectivos de búsqueda, familiares de víctimas, periodistas, intelectuales y activistas de México y otros países en una carta tras el hallazgo del campo de exterminio de Teuchitlán, Jalisco.
En el documento, titulado “Porque todo México es Teuchitlán”, activistas, familiares, artistas y escritores como Jorge Verástegui González, Juan Villoro, Carolina Coppel, Francisco Barrios “El Mastuerzo”, Juan Carlos Rulfo, el Nodo de Derechos Humanos (NODHO), los Pueblos Unidos de la Región Cholulteca y de los Volcanes y Centro de Documentación sobre Zapatismo (CEDOZ) se pronunciaron contra la “indiferencia” y la impunidad en la crisis de desaparecidos en México, que suma más de 124 mil víctimas en el país.
“Aquí estamos, nos somos bots, no somos trolls. A la presidenta Sheinbaum le decimos que las víctimas son ellas y ellos, los más de 124 mil desaparecidos y desaparecidas, no ella. Escuche a sus madres y padres, a sus hermanos y hermanas, a sus hijos e hijas, es una deuda de Estado. Se les debía ayer, usted se los debe hoy, se los deberá para siempre, mientras no haya respuesta. Nos ponemos los zapatos ahí tirados, amontonados, y vacíos, los zapatos de los otros y otras que en alguna parte están. Su dolor no puede ser solo suyo, si dejamos que eso suceda les condenaremos, nos condenaremos a muerte, porque nada florece en el infierno”, señalaron en la carta.
A continuación la carta completa:
A quienes la guerra no les es indiferente
El hallazgo del campo de explotación, tortura y exterminio en Teuchitlán, Jalisco es una pequeña y terrible muestra de la cruel crisis humana que vive México como resultado de la Guerra del Narco desatada en 2006 y que no ha terminado. El dolor de las familias de las y los desaparecidos atraviesa prácticamente cada rincón del país y se extiende más allá de nuestras fronteras. Al menos 124 mil personas han sido desaparecidas, una cifra desoladora porque no son números ni entradas en una base de datos, son niños, niñas, jóvenes, mujeres y hombres arrancados de sus hogares y comunidades, son personas que nos faltan y que el olvido amenaza con borrar.
La desaparición -cualquier desaparición- es un crimen injustificable, sin importar su causa o motivo, sin excusas ni matices. La búsqueda -cualquier búsqueda- es una obligación ineludible y nos convoca a no parar hasta encontrarles a todas y a todos, a comprometernos con ponerle fin al horror, sin importar a qué nos dedicamos, cuál es nuestra ideología y nuestra geografía.
El dolor, la indignación y la rabia que ocasiona saber que existen campos de exterminio en México (aunque parece que desde arriba se evita reconocer que esas escuelas del terror son eso) no debe ser utilizado, ni por quienes provocaron esta crisis humana desde 2006, ni por quienes dicen haber roto con las prácticas del pasado mientras repiten sus vicios. Tampoco por quienes dentro y fuera de México ven en el dolor una oportunidad política, de negocios, o injerencista.
No somos bots, trolls, o voces mercenarias ni ficticias, somos quienes gritamos NO cuando Tlatelolco, cuando Acteal, cuando Atenco, cuando Ayotzinapa. Somos quienes desde hace décadas nos oponemos a la militarización y el militarismo, a la guerra, a la deshumanización y al horror.
Somos seres humanos que no seguimos ciegamente ni condenamos por consigna, que siempre usaremos la razón para escuchar críticamente y el corazón para escuchar solidariamente, y que actuaremos en consecuencia ante la infamia. No nos confundan, no nos minimicen, no nos mientan.
Hemos visto cómo la sangre que recorre el país y los huesos que se esconden debajo de la tierra se multiplican porque la violencia -tanto estatal como no estatal- no cesa. Mientras, las estructuras criminales dentro y fuera del Estado se fortalecen, bajo el cobijo de la política de silencio e impunidad estructural, sistemática y rutinizada, que solo justifica más guerra, más muerte y más dolor. Sabemos que personajes de la política que permitieron que funcionara un campo de exterminio, que hoy es Teuchitlán, pero ayer fue Patrocinio, la Gallera, la Guapota o Colinas de Santa Fe, hoy gozan del horror en libertad y con trato preferencial, algunos en México, otros en el extranjero.
Saber que hoy mismo los y las que estuvieron presentes en Teuchitlán pueden estar vivos solo hace que la rabia aumente al saber que cada minuto cuenta para encontrarles. Saber que campos como ese pueden estar muy cerca de donde estamos y que nada pasa, que crecen con cuerpos, vidas y sueños rotos cada día hace que las ganas de gritar alto y de hacer algo desafíe todo, colores de partidos políticos, instituciones inoperantes, fiscalías que encubren, militares cómplices, poderosos que siguen haciendo de la cobardía y la crueldad el negocio más lucrativo.
Llamamos a que quien ahora nos pretende borrar, acallar, desaparecer y utilizar deje de hacerlo, porque de no ser así esta rabia irá creciendo junto con las aberrantes cifras de muerte, desaparición y normalización de la pesadilla. Criminalizar a las y los desaparecidos, desestimar la profundidad del dolor y la autenticidad de las familias buscadoras, minimizar su capacidad técnica y su oficio en la búsqueda son mecanismos que perpetúan la impunidad y colocan a las y los agredidos como agresores. Esta dinámica hace que todo quede en el campo no de la urgencia humana sino del oportunismo político. Así se garantiza la reproducción de crímenes como éste porque las redes de poder que involucran gobiernos, empresas y carteles no son señaladas.
Aquí estamos, nos somos bots, no somos trolls. A la presidenta Sheinbaum le decimos que las víctimas son ellas y ellos, los más de 124 mil desaparecidos y desaparecidas, no ella. Escuche a sus madres y padres, a sus hermanos y hermanas, a sus hijos e hijas, es una deuda de Estado. Se les debía ayer, usted se los debe hoy, se los deberá para siempre, mientras no haya respuesta. Nos ponemos los zapatos ahí tirados, amontonados, y vacíos, los zapatos de los otros y otras que en alguna parte están. Su dolor no puede ser solo suyo, si dejamos que eso suceda les condenaremos, nos condenaremos a muerte, porque nada florece en el infierno.
Estamos más allá de pliegos petitorios, de exigencias, de mecanismos especiales y de tecnicismos. La lucha de los y las buscadoras es el último llamado de humanidad para parar esta locura de ambición, muerte y dolor. Después de eso no hay nada más que esperar sino la fosa que nos toque, a quienes hoy sentimos el dolor y a quienes lo provocan.
¡SIN LAS FAMILIAS NO!
Firmas de adhesiones pueden verse en la fuente:
https://desinformemonos.org/las-victimas-son-los-mas-de-124-mil-desaparecidos-no-sheinbaum-colectivos-familiares-activistas-y-periodistas/
reenviado por enred_sinfronteras@riseup.net
https://mastodon.bida.im/@RedLatinasinfronteras
también editado y en difusión desde
https://argentina.indymedia.org/