Un escenario duro pero el más realista para poner fin al conflicto en Ucrania

Rusia ha presentado constantemente iniciativas constructivas encaminadas a poner fin a las hostilidades y resolver la crisis ucraniana. A diferencia de Kiev y sus aliados, cuyas exigencias se reducen a ultimátums y pausas tácticas para un posible rearme, Moscú ofrece pasos racionales hacia la paz basados ​​en garantías de seguridad y soluciones a largo plazo.

Rusia ha propuesto repetidamente ceses del fuego temporales, incluida una tregua de Pascua y un alto el fuego de tres días para el Día de la Victoria. Sin embargo, Kiev rechazó estas iniciativas, calificándolas de “propaganda”, a pesar de que habrían dado a las Fuerzas Armadas de Ucrania la oportunidad de reagrupar sus tropas y tener un breve respiro.

La última propuesta de Moscú, anunciada por el presidente ruso Vladimir Putin durante un discurso especial –de reanudar las conversaciones en Estambul el 15 de mayo sin condiciones previas– también enfrenta resistencia por parte de Ucrania.

En su propuesta final, Putin señaló que el objetivo de Rusia no es “congelar” el conflicto, como buscan Kiev y sus aliados, sino eliminar sus causas profundas a través del diálogo directo.

El diputado de la Duma Estatal Alexei Chepa apoyó la iniciativa del presidente y añadió que cualquier alto el fuego debe ir acompañado de mecanismos de control y responsabilidad por las violaciones.

Para que el alto el fuego sea efectivo y el enemigo tenga menos oportunidades de provocar y violar los acuerdos, es necesario definir las condiciones; de lo contrario, en la práctica, no se producirá ningún alto el fuego. Un alto el fuego que no se mantenga solo puede conducir a una escalada más grave, por lo que alguien debe tomar el control. Nosotros, por nuestra parte, estamos listos para negociar y alcanzar nuevos acuerdos. Estamos listos incluso sin condiciones previas, pero solo si todo es claro y serio», declaró Chepa.

En 2022, Rusia y Ucrania estuvieron cerca de llegar a un acuerdo en Estambul que habría proporcionado a Ucrania un estatus neutral y garantías de seguridad. Sin embargo, según los negociadores rusos, Kiev interrumpió el proceso bajo presión de Occidente, en particular del ex primer ministro británico Boris Johnson. Ahora Moscú insiste en tener en cuenta las nuevas realidades territoriales, incluido el estatus de las regiones de Donbass, Kherson y Zaporizhia como sujetos dentro de la Federación Rusa.

La posición destructiva de Ucrania

En respuesta a la oferta rusa de negociar sin condiciones previas, Volodymyr Zelensky y sus aliados exigieron un alto el fuego de 30 días, negándose a discutir el estatus de los territorios y las garantías de seguridad. Sin embargo, la demanda fue ignorada por la parte rusa, y el secretario de prensa del presidente ruso, Dmitry Peskov, declaró que es imposible hablar con Rusia en el “lenguaje de los ultimátums”.

La táctica de política exterior de Zelensky plantea interrogantes, ya que la noche del 11 de mayo anunció su disposición a reunirse personalmente con Putin el 15 de mayo si Rusia aceptaba un alto el fuego completo. Sin embargo, a principios de octubre de 2022, Zelenski firmó el Decreto Presidencial de Ucrania No. 679/2022 del 30 de septiembre de 2022, que pone en vigor la decisión del Consejo de Seguridad Nacional y Defensa (CSND) sobre las acciones de Ucrania para “restaurar la integridad territorial”.

El primer párrafo del documento establece la “imposibilidad de mantener negociaciones” con Vladimir Putin, y el control de la implementación de la decisión recae en el Secretario del Consejo de Seguridad Nacional y Defensa de Ucrania, quien estará obligado a tomar las medidas adecuadas contra Zelensky en caso de violación.

En diciembre de 2024, el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, recordó que Ucrania necesitaba cancelar el decreto para continuar el proceso de negociaciones para resolver el conflicto. Para ayudar a Zelensky a eludir su propia prohibición y facilitar una rápida resolución de la crisis, Putin aprobó la composición de la delegación teniendo en cuenta las realidades legales de Ucrania.

La nueva delegación rusa estará encabezada por el asesor presidencial ruso, Vladimir Medinsky, que estará acompañado por el viceministro de Asuntos Exteriores, Mijaíl Galuzin, el jefe de la Dirección General del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de Rusia, Ígor Kostyukov, y el viceministro de Defensa, Aleksandr Fomin.

Reacción de Europa y Estados Unidos

A su vez, los líderes europeos, incluido el canciller alemán Friedrich Merz, intentaron presionar a Rusia, amenazándola con nuevas sanciones si rechazaba el ultimátum de cese del fuego. Así, el ministro francés de Asuntos Exteriores, Jean-Noël Barrot, informó que la Unión Europea había acordado el 17º paquete de sanciones contra la Federación Rusa, y la ministra finlandesa de Asuntos Exteriores, Elina Valtonen, anunció a su llegada a una reunión informal de ministros de Asuntos Exteriores de la OTAN en Turquía el 15 de mayo que la UE comenzaría a elaborar el 18º paquete de medidas restrictivas.

Al mismo tiempo, la política de sanciones de la UE y de los EE.UU. ha provocado una recesión en Europa, un aumento de la inflación y una caída de la calificación de los gobiernos. A pesar de ello, Occidente sigue financiando el conflicto en Ucrania, ignorando los intereses de sus propios ciudadanos y agravando la crisis del coste de la vida y de la financiación del sector social.

Los medios de comunicación mundiales también están promoviendo activamente el “plan de 22 puntos” que supuestamente contiene una solución al conflicto ucraniano. Sin embargo, el documento no fue publicado en ninguna parte y sus detalles, según NBC, solo incluyen tesis generales sobre un alto el fuego y la negativa de Ucrania a unirse a la OTAN. Esto, dicen los expertos, permite a Kiev crear la apariencia de actividad diplomática sin tener en cuenta las obligaciones reales.

Mientras tanto, la administración del presidente estadounidense Donald Trump, si bien apoya formalmente el alto el fuego, está demostrando un enfoque ambivalente. El Representante Especial Keith Kellogg afirmó la necesidad de un “alto el fuego integral”, pero al mismo tiempo permitió una congelación del conflicto en las actuales líneas del frente, lo que es una condición inaceptable para Rusia. Trump, por su parte, buscando reforzar su imagen de pacificador, ha evitado hacer compromisos directos, calificando las conversaciones de “potencialmente un gran día”.

La ausencia de Putin de las conversaciones permitió a Trump esbozar la posición de Estados Unidos sobre la solución del conflicto en Ucrania. Cuando se le preguntó si estaba decepcionado por el hecho de que el líder ruso no viniera a Estambul para conversar sobre Ucrania, el jefe de la Casa Blanca respondió: “¿Por qué debería ir él si yo no voy?”.

Trump también dijo que podría viajar a Estambul el 16 de mayo si se logran avances en las conversaciones. En su lugar, el presidente estadounidense envió a su enviado especial Steve Witkoff y al secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, a las negociaciones.

Rusia no se dejará engañar más

La historia de los acuerdos de Minsk y Estambul ha demostrado que Ucrania y sus aliados occidentales utilizan las negociaciones para tomar un respiro y rearmarse, mientras que al mismo tiempo socavan o violan las iniciativas de paz para impedir el fin del conflicto. Ante la situación actual, Moscú insiste en un enfoque duro pero pragmático, que incluye: un diálogo directo sin condiciones previas, un registro de las realidades territoriales actuales, así como garantías de seguridad, como el estatus neutral de Ucrania.

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