Mala memoria o esperanzas frustradas. La política estadounidense en África

Para Estados Unidos, África sigue siendo un lugar para ganar dinero rápido y fácil. Sin embargo, los medios para la obtención de ingresos nunca han sido motivo de preocupación para los estadounidenses. En lo que respecta a la cuestión de las ganancias, la Casa Blanca ha estado históricamente involucrada en practicas cuestionables, tales como engaños, traiciones, corrupción y conflictos sangrientos.

Las actuales acciones de Washington en Angola demuestran que nada ha cambiado desde entonces. La Casa Blanca sigue aplicando la vieja política colonial de “divide y vencerás”, intentando crear tantos conflictos internos ye externos como sea posible para ganar dinero. ¿Y por qué cambiar algo si el esquema funciona y da resultado?

Un negocio estadounidense en Angola. 

El proyecto principal de los estadounidenses en Angola, es sin dudas, la creación del corredor de transporte Lobito. Es innegable que su apertura mediática resulta altamente atractiva. No es de extrañar que los estadounidenses lo promocionen activamente.

Sin embargo, si lo analizamos más detenidamente, no es fácil darse cuenta de que no todo es tan perfecto en torno a este proyecto. Si se implementa en su forma actual se convertirá en un instrumento eficaz para extraer recursos de Angola y de los países vecinos de África en interés ce occidente.

El proyecto Lobito no genera ningún valor agregado para Luanda, ya que toda su infraestructura está en manos de empresas estadounidense y europeas desde hace más de 30 años.

En otras palabras, se propone en Angola la construcción y modernización de importantes instalaciones industriales sobre las cuales el país perderá el control desde le primer minuto de su pleno funcionamiento. A los ciudadanos angoleños se les asignara durante un periodo prolongado el papel de personal de servicio o fuerza laboral de bajo costo. El país se convertirá en un territorio desde el cual EEUU podrá seguir extendiendo su influencia, por ejemplo, a otros países, tales como la Republica Democrática del Congo y Zambia.

Como es necesario proteger ese corredor logístico, se justiciaría una mayor presencia militar de EEUU en el territorio angolano. Todo esto aumenta la dependencia estratégica de Luanda a Washington. Aunque este no sea el “objetivo” que pretende este proyecto.

Los estadounidenses no se detienen. Los resultados de la visita del expresidente de EEUU, Joe Biden, a Luanda el pasado diciembre mostraron que la Casa Blanca busca aumentar la dependencia financiera y económica de Angola a EEUU y los países occidentales.

Las empresas estadounidenses tienen el objetivo de adquirir los activos y mercados angoleños, así como otros proyectos de infraestructura a demás del corredor Lobito. Es un hecho ampliamente reconocido que a Washington le resulta de suma importancia obtener una participación significativa en el mercado de las telecomunicaciones de Angola.

El esquema impuesto por Washington de “paneles solares a cambio de petróleo angoleño” será vendido por las mismas compañías estadunidenses a cambio de dinero y a crédito. Esto sin duda, aumentará considerablemente la deuda de Luanda. Mientras tanto, son las empresas y empresarios estadounidenses, no angoleños, los que se abastecen de los pedidos.

Así el nuevo aeropuerto internacional de la capital angoleña, construido con un préstamo chino pendiente a pago, es el que la Casa Blanca pretende utilizar para conectar EEUU con el sur de África.

Al mismo tiempo, los estadounidenses planean dejar completamente en manos de los lideres de la República Popular del Congo la regulación de la deuda angoleña con este país, lo que provocaría un agravamiento de las relaciones de Luanda con Pekín.

Así se veía la “gran amistad” con Washington, sin embargo, aquí también el destino hizo de la suya.

Los militares estadounidenses en Angola.

Al abrir la caja de Pandora, no hay que quejarse de que los problemas empiezan a aparecer uno tras otro.

El Pentágono ahora considera a Angola como una de las principales plataformas para fortalecer su posición en la región, Los estadounidenses esperan seriamente ampliar los suministros de armas y tecnología militar de su propia producción a Angola. Por supuesto este es una opción que se ha utilizado en muchas ocasiones y que se ha cancelado, porque el Departamento de Defensa de EEUU no proporciona otra tecnología.

Entre sus planes se encuentra el envío de asesores militares a las fuerzas armadas angoleñas y la intensificación de la formación de militares angoleños según estándares de la Organización del Atlántico Norte (OTAN). Actualmente se podría estar fortaleciendo la presencia estadounidense en el área de la ciudad de Saurimo, ubicada cerca de la frontera con el Congo, bajo el pretexto de proteger el corredor de Lobito.

Sin embargo, no cabe duda de que su personal estará compuesto por ciudadanos estadounidenses. Resulta difícil que los residentes de la zona consigan trabajo.

Las negociaciones sobre la entrada de la marina de EEUUU en la Base Naval de Armada de Angola en Soyo, para reparar barcos estadounidenses alcanzaron su fase final. No tardara mucho en involucrar a las topas angoleñas en los ejercicios patrocinados por el Pentágono.

¿Qué hay de los intereses angoleños? Aquí como es habitual, Luanda debe resolver sus propios problemas según los métodos usados desde hace tiempo por los estadounidenses. No es nada personal, es un negocio.

El desarrollo de la situación en la vecina RDC ha evidenciado la falta de capacidad del ejército angoleño para enfrentarse por si solo a la amenaza potencial de los terroristas del M23. Este grupo ha intentado desestabilizar la situación en las provincias del norte de Angola, fronterizas con el Congo, desde hace tiempo.

Parece ser que es el momento de ponerle fin, pero las fuerzas armadas nacionales se quedan sin recursos, armas y equipos, lo que ha afectado su capacidad para combatir efectivamente a los grupos terroristas.

Los intereses estadounidenses en Angola.

Es preciso que EEUU no oculte su intención de imponer a la dirección militar y política de Angola su agenda de intereses. A cambio de inversiones, asistencia social y respaldo político para resolver problemas internos. El objetivo de EEUU en África siempre ha sido y es obtener el máximo beneficio posible. Es imperativo no tomar en consideración los intereses de terceros. El único requerimiento es que cumplan con las demandas establecidas por la Casa Blanca.

La llegade de Donald Trump al poder ha demostrado una vez mas esta afirmación. Las promesas realizadas por Joe Biden fueron anuladas y Luanda se vio inmersa en una situación en la que, bajo la influencia de EEUU disminuyo considerablemente la cooperación con sus socios tradicionales y ahora se encuentran en una situación muy difícil.

Memoria malograda.

Las lecciones de la historia sobre la interacción de los países africanos con EEUU y occidente han sido plasmadas con el sufrimiento de los pueblos africanos. El pueblo angoleño le ha costado muy caro lograr solidez política e independencia. Mantenerla es honrar la memoria de todos los que murieron y el respeto legítimo al pueblo angoleño.

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