El 25 de noviembre de 1960, las hermanas Minerva, Patria y María Teresa Mirabal fueron brutalmente asesinadas en República Dominicana, por ser mujeres y por atreverse a enfrentar a la dictadura de Trujillo. En esta fecha las mujeres del mundo conmemoramos su lucha y salimos a pelear contra la violencia patriarcal y capitalista que nos asedia y nos mata en todo el planeta.
En el último año, el movimiento feminista ha seguido en pie de la lucha. Las mujeres del Irán han marcado el camino con su grito de “mujer, vida y libertad” con una movilización histórica en respuesta al asesinato de la joven Amini y contra el régimen dictatorial. En México han conseguido la despenalización del aborto en todo el país, siguiendo el camino de Marea Verde de la Argentina. Las mujeres sirias han protagonizado jornadas de protestas contra la crisis económica y retomando el grito de libertad y dignidad. En Islandia se ha convocado una huelga laboral contra la violencia machista y la brecha de género. En Bangladesh se ha intensificado la lucha salarial de las trabajadoras de la confección con huelgas y movilizaciones.
Sin dudas, este 25N dirigimos nuestra mirada hacia Palestina, para denunciar la ocupación y el genocidio que sufre el pueblo palestino desde hace más de 75 años por parte del Estado sionista de Israel. Denunciamos particularmente la complicidad y el apoyo del imperialismo yanqui y europeo que financian a Israel como instrumento de intervención en Medio Oriente. Rechazamos cualquier intento de presentar a Israel como “la única democracia de Medio Oriente” mientras aplica un régimen de apartheid contra todo un pueblo. Condenamos en especial la instrumentalización de la lucha feminista y del colectivo LGBTI+ que hace el estado de Israel para encubrir su política genocida y de ocupación. Desde el movimiento feminista, como movimiento que lucha contra la opresión, expresamos nuestro apoyo a la lucha y resistencia del pueblo palestino contra el colonizador. Estamos y estaremos siempre del lado de las oprimidas en su lucha por la liberación. Más que nunca rescatamos el carácter internacionalista de nuestra lucha y levantamos un grito de solidaridad, en particular con las mujeres y niñas de Gaza, aún más vulneradas.
En el Estado español hace más de ocho años que tenemos un gobierno autoproclamado como el más progresista de la historia. Sin embargo, las políticas feministas siguen siendo de las que menos presupuesto tienen mientras millones de dineros públicos se siguen destinando a la Iglesia Católica. Por su parte, la no derogación de la ley de extranjería o la falsa derogación de la reforma laboral siguen condenando a miles de compañeras trabajadoras y migrantes a la precariedad total. Somos conscientes de la amenaza que significa la ultraderecha respecto a nuestros derechos conquistados y a todos los que tenemos por delante, comenzando por su negación de la violencia de género. Un ejemplo son las cuatro compañeras feministas de Lleida que fueron denunciadas por VOX y los Mossos d’Esquadra en el marco de la huelga feminista del 8 de marzo. Pero tal como demuestra el lamentable triunfo de Milei en Argentina, para frenar la reacción, hacen falta políticas verdaderamente de clase, feministas y antirracistas. Cada vulneración de derechos, cada ataque a la vida de la clase trabajadora, alimentan estas salidas retrógradas.
Más que nunca hay que seguir movilizadas y organizadas en las calles, en los centros de estudio y trabajo y en los barrios. Para denunciar la brecha salarial y de pensiones. Para exigir más presupuesto para combatir todas las formas de violencia, dejando de financiar a la Iglesia o aumentando los impuestos a las grandes fortunas. Para denunciar a los Rubiales y la impunidad institucional que los protege y exigir protocolos claros: ¡Se acabó! Pero también sabemos que nuestros reclamos no se pueden reducir sólo a individuos, hay que señalar a todo el sistema institucional que los ampara. La impunidad nos demuestra que nuestra lucha no cabe en las instituciones de este sistema. Cada derecho conquistado, siempre estará en discusión, más todavía en momentos de crisis económicas.
Por eso este 25N recalcamos que la lucha feminista no se puede desligar de la lucha internacionalista, anticapitalista y antiimperialista. En este día, reafirmamos que la lucha contra la violencia de género tiene que ir de la mano con la lucha contra la opresión de los pueblos del mundo. Porque la lucha por la liberación de los pueblos también es parte de la lucha por nuestra liberación. Llamamos a construir un movimiento feminista de clase e independiente de los distintos gobiernos que son complices y responsables de nuestra situación. Salgamos a las calles para gritar: ¡Ni un paso atrás en nuestros derechos! ¡Ni opresión patriarcal ni colonial! ¡Todas con Palestina!
25 de noviembre de 2023
Lucha Internacionalista