Chile_Valparaiso:
Tenemos más rabia que vida: la negligencia en el proceso de reconstrucción
Organización Reconstruyendo Pueblo (V Región)
30 enero 2025
El 2024 fue devastador para los pobladores de Viña del Mar, Quilpué y sus alrededores. El megaincendio del 2 de febrero y el tardío manejo de las instituciones, le arrebató la vida a cientos de vecinos y vecinas, junto con ello miles vieron como el fuego arrasaba con sus viviendas y recuerdos, dejando un duelo irreparable hasta el día de hoy.
Las instituciones y políticos de todas las tendencias promocionaron y promovieron el “Plan de Reconstrucción” como la solución que enfrentaría las nuevas necesidades y carencias que dejó esta tragedia. Un plan que, a pesar del tiempo transcurrido y los miles de millones de recursos comprometidos, ha tenido un nulo avance en la mayoría de las zonas afectadas. Uno de los casos más representativos de esta negligencia e indolencia es lo que han tenido que vivir los vecinos y vecinas de Lomas Latorre, donde las promesas de pavimentación y reconstrucción no se han concretado.
La negligencia del proceso y la pésima gestión gubernamental han dejado en evidencia la inoperancia de las instituciones y la desconexión total con las necesidades reales de los pobladores. Mientras las autoridades insisten en que se está trabajando en soluciones, la realidad es que cientos de familias continúan viviendo en condiciones de extrema precariedad, expuestas a los embates del clima, a nuevos incendios y sin certeza alguna sobre su futuro.
El caso de Lomas Latorre y los sectores altos de Viña del Mar, no es aislado ni accidental. La precariedad urbanística y habitacional ha sido un problema estructural en la Región de Valparaíso, donde más de 280 campamentos albergan a cerca de 31.000 familias, obligadas a asentarse en zonas de alto riesgo debido a que están imposibilitadas de acceder a suelos de mejor calidad, dada la fuerte especulación inmobiliaria en la zona y la falta de acceso a vivienda digna. La tragedia del 2024 sólo exacerbó esta situación, dejando en claro que la falta de planificación urbana y la negligencia de las autoridades, políticos e instituciones gubernamentales, han sido los verdaderos combustibles de estos incendios.
Las condiciones en las que viven muchas de estas familias son deplorables: viviendas construidas con materiales inflamables, calles sin pavimentar, ausencia de cortafuegos y una urbanización deficiente que impide una rápida respuesta ante emergencias. A pesar de que estos factores de riesgo han sido identificados desde hace años, la respuesta gubernamental ha sido insuficiente y tardía, perpetuando un círculo vicioso de pobreza y desigualdad social.
La farsa del “Plan de Reconstrucción”
El gobierno anunció con bombos y platillos el denominado “Plan de Reconstrucción”, una estrategia que, según sus impulsores, permitiría reubicar a las familias en condiciones seguras y mejorar su calidad de vida o en palabras del mismo Presidente Boric “las familias vivirán mejor”. Sin embargo, este plan ha sido no más que una estrategia mediática. La mayor parte de las soluciones propuestas se basan en programas preexistentes que han demostrado ser ineficaces para resolver el problema habitacional de la región y el país, y que ya en condiciones normales son burocráticos e insuficientes, siendo predecible que contexto de emergencia no podrán estar a la altura.
A pesar de los terribles acontecimientos y de los reclamos, propuestas e intenciones de participación de las diversas organizaciones de los diferentes sectores afectados, las autoridades han mantenido una sordera y burocracia permanente, con procesos de asignación entrampados e interminables, mesas de trabajo cuyo único fin es la firma de planillas de asistencia. Los subsidios entregados en los últimos meses sin mayor información y orientación del proceso en general (plazos, fechas, montos, etc) han resultado irrelevantes para concretar una solución efectiva y real a las necesidades y situación de cada hogar, sobre todo de las miles de familias que tuvieron que recurrir tras los primeros meses de la tragedia a reconstruir con sus propios medios, endeudándose para financiar los materiales necesarios y lograr construir un lugar donde vivir y pasar el invierno, tras el desorden y lentitud de las “ayudas tempranas” y las viviendas de emergencia.
En Reconstruyendo Pueblo hemos denunciado esta situación, destacando que la reconstrucción debe centrarse en criterios de dignidad y justicia para los afectados, junto con que debe ser un proceso urgente considerando lo importante que es para las familias tener un lugar para vivir. La solidaridad entre los vecinos ha sido fundamental para sobrellevar la crisis, pero no puede ser la única solución a un problema que requiere una respuesta estructural desde el Estado.
La autoconstrucción: única vía para muchos
La fuerza y valentía del Pueblo para ponerse de pie frente a los peores escenarios, no fue la excepción en Lomas Latorre y los diferentes sectores afectados. Con voluntad y endeudamiento las familias rápidamente comenzaron a levantar sus viviendas, sobre todo viendo el despropósito que significaba esperar una vivienda de emergencia que presentaba un sin fin de problemas técnicos y no contempló características geográficas y topográficas de los sectores altos de las ciudades, y donde además no hubo ningún tipo de planificación y fiscalización para su instalación.
Como si fuera la mejor y única solución, el gobierno ha promovido el peor de los programas ya existentes, la “Autoconstrucción Asistida”, que en la práctica la asistencia ha sido inexistente y se encuentra con gran número de requisitos y recursos que no son previstos por SERVIU y la Municipalidades, dejando en el vacío cuestiones básicas como la habilitación de suelos, construcción de muros de contención, pavimentación de acceso para trasladar materiales, delimitación de deslindes para la recepción de obras, cansando al más optimista de los vecinos y empresas de asistencia por la burocracia y escasa planificación de las instituciones y el Gobierno.
No es novedad plantear que en este sistema cada vez se acrecienta más la injusticia y desigualdad. Es inaceptable que las autoridades dilaten la entrega de reparaciones económicas frente al sin número de necesidades que una familia tiene que enfrentar después de perder todo lo que ha conseguido con años de esfuerzo.
Resulta poco ético que partidos del oficialismo y oposición se aprovechen de la necesidad de los pobladores y disfracen sus mezquinas disputas en campañas y/o manifestaciones vacías, cuando juntos han perpetuado este año las carencias de cientos de familias afectadas. La reconstrucción para los sectores afectados no puede seguir siendo una promesa vacía. Es hora de que las autoridades asuman su responsabilidad y actúen con la urgencia que la situación amerita.
Frente a este escenario desfavorable e incierto como Reconstruyendo Pueblo, vecinas y vecinos de Lomas Latorre mantenemos firme la confianza en la solidaridad, fuerza y organización de la población, para proponer, exigir y luchar por aquello que esta tragedia arrebató y que hoy a casi un año de ese fatídico día, nos genera más rabia que vida, porque hasta que no logremos vivir mejor que antes, no podremos decir que tenemos una vida digna y dejar atrás, sin duda, uno de los peores días de nuestras vidas.
Organización Reconstruyendo Pueblo
enviado por guillermo.correa.c@gmail.com
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