(Tomado de Observatorio Astronómico de Córdoba.)
Los eclipses son configuraciones geométricas periódicas. Cada año se producen por lo menos cuatro eclipses: dos de Sol y dos de Luna. Estas configuraciones no tienen ningún efecto sobre la Tierra ni sobre sus habitantes. De hecho, un eclipse de Luna no presenta configuraciones gravitacionales diferentes a las que se producen en cualquier luna llena, que ocurre cada 28 días. Por lo que, si cada mes durante la luna llena no se observan efectos sobre la humanidad, no hay ninguna razón para esperar que durante los eclipses de Luna algo vaya a ser diferente.
Si bien en algunos medios hablan de “sensaciones en el cuerpo” u “oportunidad para pedir deseos”, tales premisas buscan solo perpetuar la idea precientífica por la cual se creía que la Tierra y el ser humano eran el centro del universo y que cualquier cosa que sucediera en el universo era por y para nosotros. Lamentamos informarles a esos medios que solo vivimos en una pequeña bola azul pálida que gira alrededor de una mediocre estrella amarilla en una galaxia del tipo más frecuente del universo…
Sin embargo, nosotros, o como diría Hawking, esta “especie avanzada de monos”, logramos mirar al cielo y no solo maravillarnos con su belleza, sino también comprender los fenómenos observables. Tales como un simple eclipse.