Con un recorrido de casi 130 kilómetros por el norte bonaerense, el Río Luján nace en la unión de los arroyos El Durazno y Los Leones, en Suipacha, y atraviesa los partidos de Mercedes, Luján, Pilar, Exaltación de la Cruz, Campana, Escobar, Tigre, San Fernando y San Isidro, hasta desembocar en las aguas del estuario del Río de la Plata. Durante la última década han proliferado los desarrollos inmobiliarios sobre la costa ribereña aumentando la frecuencia de inundaciones. En diálogo con ANDAR, la coordinadora de la Red de Asociaciones y Vecinos de la Cuenca del Río Luján, Adriana Anzolín, afirmó que “el negocio inmobiliario es una gran estafa incluso para las familias que compran esos terrenos para edificar sus casas”.
(Agencia) Entre abril y mayo de 2018 se produjo la última gran inundación en la ciudad de Luján, con un desborde del río que llegó a superar la cota de 3 metros de altura. Hubo centenares de evacuados, costosas pérdidas materiales y renovados anuncios de obras hidráulicas a cargo de la Provincia como reemplazo de las ineludibles decisiones políticas con las que se empezaría a controlar el problema del agua: la prohibición de nuevos desarrollos inmobiliarios (y la relocalización de los existentes) sobre la costa ribereña de la Cuenca Luján.
Un caso paradigmático es el barrio privado San Sebastián, en el distrito de Pilar (cuenca baja del Luján), construido sobre una planicie de inundación que antes absorbía naturalmente una gran parte del agua de desborde del río.
Con muros de hasta 8 metros de altura, el San Sebastián queda a resguardo de las inundaciones a costa del desvío de la masa de agua hacia campos y barrios aledaños que, sin la nueva urbanización, ya padecían el fenómeno de las recurrentes inundaciones. Se trata de un problema preexistente que, con cada nuevo desarrollo inmobiliario, se agrava aún más.
Según estudios privados, hasta 2014 existían más de 60 urbanizaciones en la costa del Luján con decenas de hectáreas de humedales que fueron rellenadas con escombros y tierra, impermeabilizando el suelo y generando nuevos destinos aleatorios en los flujos de agua por la región.
La mayor parte de esa urbanización, a pesar de haber sido permitida por los municipios, no ha recibido aún la regularización de dominio y, en algunos casos, las empresas concesionarias de servicios públicos no habilitan sus prestaciones a los nuevos inquilinos. Ahora no tienen a quién recurrir para obtener la escritura definitiva.
En diálogo con ANDAR, Adriana Anzolín, coordinadora de la Red de Asociaciones y Vecinos de la Cuenca del Río Luján, explicó que “en su recorrido, el río tiene zonas de expansión que pueden ser desde 100 metros hasta más de 4 kilómetros. Allí se acumulaba naturalmente el desborde del agua, además de filtrarse adecuadamente por las características de los humedales. Sin embargo, la especulación inmobiliaria hizo que se compraran esas tierras ribereñas a muy bajo precio y se rellenaran con técnicas especiales”.
En este sentido, cabe destacar que hay otros factores de intervención artificial que provocan el paulatino deterioro de los mecanismos naturales de filtrado de agua. Especialmente en la zona de la Cuenca alta (en los distritos de Suipacha y mercedes) los dueños de campos improvisan canales clandestinos para desagotar sus campos, desviando el agua rápida y directamente al curso principal del Río Luján.
La expansión de la siembra de soja compacta el suelo y obstaculiza la absorción natural del agua en los campos, constituyéndose en otro factor de sobrecarga del río, el cual asimismo recibe cada año mayores y más intensas lluvias producto de los efectos del cambio climático.
“Todos estos motivos combinados provocan que, cuando el río viene cargado, no pueda expandirse debido a los muros de los barrios privados. Tampoco la zona ribereña puede absorber una parte del agua y el canal Santa María –construido hace muchos años para ayudar al Luján- no llega a cumplir con su objetivo”, detalla Anzolín.
Precisamente una obra hidráulica que pronto comenzará a ejecutarse a cargo de la Provincia –y que las organizaciones ambientalistas rechazan por ineficaz y contraproducente- consiste en la creación de un segundo canal artificial que irá paralelo al Santa María. Es decir, en vez de ensanchar el ya existente se construirá uno nuevo y con la tierra y barro que se saque se rellenará el espacio entre ambos canales.
“El Ministerio de Infraestructura dice que eso es lo mejor porque es muy caro sacar el barro y llevarlo a otro sitio. Pero en la región ya se habla de que entre los canales se va a construir un nuevo desarrollo inmobiliario”, agregó Adriana Anzolín, quien anunció que en las próximas semanas la Red de Asociaciones y Vecinos de la Cuenca del Río Luján tendrá una reunión con el director de la Cuenca Baja del Río Luján e Intendente de Pilar, Nicolás Ducoté.
Otro de los problemas que denuncian las organizaciones ambientales es el de los puentes que se construirán a lo largo del Luján. Desde hace tiempo están anunciados más de 35 puentes que serán construidos íntegramente o ensanchados y refaccionados en los ya operativos. Sin embargo, con el anuncio de los recortes a las obras públicas en Nación y Provincia, las autoridades bonaerenses ya proyectan reducir el número de puentes a menos de 10: “Nos dicen que son muy caros”.
“Desde la Red estamos por sacar un documento público sobre la problemática de los barrios cerrados porque queremos alertar incluso a la gente que va a comprar esos terrenos sobre humedales. Estas familias también son estafadas y engañadas porque los desarrollos no están habilitados: en realidad, se forman fideicomisos y cuando terminan las obras se van los empresarios, dejando el fideicomiso a cargo de la gente. El municipio de Pilar, por ejemplo, luego de permitir el relleno de humedales y la construcción de viviendas, le exigió a uno de esos barrios que se hiciera cargo de una obra hidráulica porque inundaba a los vecinos”, describió Anzolín.
Hay una causa penal que se inició y avanzó a instancias del juzgado Federal de Sandra Arroyo Salgado, quien llegó a ordenar la suspensión de todos los desarrollos inmobiliarios y obras hidráulicas en toda la Cuenca del Luján hasta tanto se realizaran los estudios pertinentes. Esa causa había sido iniciada por una asociación ambiental de Escobar. Sin embargo, la causa fue sacada de la competencia federal y aún no se ha resuelto si seguirá tramitando en la justicia bonaerense. Mientras tanto, en Escobar siguen realizándose tareas de relleno de humedales, al igual que en Luján y otros distritos por los que atraviesa el río.
http://www.hidroensc.com.ar/incorte262.html una buena noticia de un trámite de más de 2 años que le ahorra a la Provincia unos cuantos cientos de millones y a Madre Natura seguir alimentando el infierno de Newton. Francisco Javier de Amorrortu