No se ustedes, pero no tengo dudas de que no soy la única bautizada sin consentimiento. Tenía meses. No me preguntaron en qué creía: me bautizaron. Me mojaron con agua bendita y me perdonaron por un pecado que no cometí, al tiempo que me unieron a una religión de la cual nada sabía. No lo hicieron con la intención de faltarme el respeto, fue una mezcla de tradición y buena fe. Me convirtieron en “cordero” de una institución que, con el paso de los años, entendí que nada tiene que ver conmigo. Para ser sincera: creo fervientemente que nada tiene que ver, tampoco, con el siglo en el que vivimos. ¿Apostasía general? Un lindo y necesario paso para la lucha que ya empezó: la separación definitiva de la Iglesia del Estado.
No es mi intención filosofar en torno a qué es la fe. Tampoco tengo la intención de cuestionar la fe de nadie. La fe, al igual que la esperanza, es algo inherente al ser humano. Forma parte de nuestra especie, por así decirlo. Cada cual cree en quién desea, ya sea en Dios, Jehová, la naturaleza o Spiderman. Lo mismo da a quien le rindamos culto. Más allá de eso, es bueno saber que renunciar a una religión heredada es posible y que eso no equivale renunciar, valga la redundancia, a la fe.
La Iglesia Católica parece ser inmune al paso del tiempo y a la conquista de Derechos. De hecho, si por la Iglesia fuera, no se hubiera abolido la esclavitud en 1853; no se hubiera promulgado la Ley de Educación Pública en 1884; no se hubiera establecido el Matrimonio Civil en 1888; las mujeres no hubiesen empezado a votar en 1951 gracias a la ley de 1947; el divorcio no hubiera sido legal a partir de 1987; la Ley Educación Sexual Integral establecida en 2006 seguiría siendo legalmente un tema tabú y el Derecho al Matrimonio Igualitario, conquistado en 2010, seguiría siendo ilegal. Hoy, es en gran parte gracias a la Iglesia Católica, que el aborto clandestino, con sus consecuencias, sigue siendo la condena de ciento de miles de mujeres que padecen una legislación que está a poco de cumplir cien años. Por todo esto y porque no todes queremos que el Estado le siga dando millones de pesos, es que la Apostasía se ha convertido en un tema de completa vigencia.
Si no hay plata para el pueblo ¿Por qué hay millones para la Iglesia? Si no saben qué es el amor de pareja ¿Por qué nos dicen a quién amar? Si jamás formaron una familia ¿Por qué nos dicen cómo debemos hacerlo? Si no saben lo que es traer un hijo o hija al mundo ¿Por qué nos dan cátedra de cómo debemos criarlos? Si el Mundo avanza ¿Por qué tenemos que seguir manteniendo a una Institución que no quiere salir del pasado?
Según la Iglesia, no hay manera de renunciar al bautizo porque es una suerte de contrato irrevocable pero lo cierto es que si podemos renunciar a la Institución (más allá de que en la práctica, está más que claro que cada cual puede cambiar de fe cuantas veces quiera).
¿Cómo se hace el trámite? Tal como señala la página Apostasia.com.ar: “se hace enviando una carta informando la decisión de dejar de pertenecer a la Iglesia Católica y por lo tanto exigiendo que se modifiquen los registros donde figuramos como católicas o católicos. La carta no debería tener demasiadas justificaciones dado que la decisión de dejar de pertenecer a la institución es íntima y no es necesario dar explicaciones de ello. De todas maneras de aquí se puede descargar la carta modelo que proponemos, a la que por supuesto se pueden hacer todas las modificaciones que consideren necesarias. Es importante que la carta contenga datos del bautismo (parroquia y fecha aproximada, al menos el año)”.
La Apostasía general está tomando notoriedad porque el revés sufrido el pasado 8 de agosto no fue mas que un impulso a seguir luchando por un país en el que las mujeres puedan ser soberanas de sus cuerpos y en el que todes podamos avanzar en la conquista de más Derechos.
¿Cómo no caminar hacía la separación de la Iglesia del Estado cuando quieren legislar nuestras vidas con un Rosario en la mano y la Constitución en el tacho?
Toda la información necesaria para realizar el trámite, encontrala en: www.apostasia.com.ar
Fuente: http://corriendolavoz.com.ar/que-es-la-apostasia-y-como-se-realiza/
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