11 de septiembre de 2018
En junio del año pasado Cecilia Califano realizó una peregrinación religiosa a un importante templo budista de Japón.
Ese viaje de ensueños se convirtió en una pesadilla a manos del Reverendo Nakayama, un importante referente religioso del barrio de Flores, quien abusó de ella y actualmente está siendo investigado por la justicia federal por el delito trata.
A mediados de 2017, Cecilia Califano participó de una peregrinación religiosa en Japón, junto a un contingente de personas que concurren a un conocido templo budista de flores, de nombre Nichiren Shoshu. Quien la invitó a participar fue el máximo referente de ese templo, el reverendo Daisuke Nakayama.
El sacerdote, en quien Cecilia confiaba más que nadie, constituía un guía y referente espiritual para su vida dede hacía mas de diez años. Valiéndose de esa posición, Nakayama la manipuló, y abusó sexualmente de ella, para luego expulsarla de la orden religiosa, tildándola de loca y confabuladora.
La historia se remonta a la noche del 29 de julio de 2017, cuando ya culminando la peregrinación, el sacerdote se ofreció a acompañar a Cecilia a hacer unas compras. Luego de recorrer algunos comercios, el reverendo la invitó a cenar.
Frente a la negativa de ella, Nakayama le insitió, amenazándola con tono jocoso de retirarse y dejarla sola en medio de Tokio en caso de que ella no quisiera acompañarlo. Según cuenta la víctima, una vez que ingresaron al restaurante, el Reverendo ordenó unas bebidas alcohólicas, que consumió durante la cena. Al salir, Nakayama la paseó por la zona roja del barrio, y aparentemente la ofreció a distintos caballeros. Finalmente, a partir del enojo de Cecilia, terminaron nuevamente en el hotel.
Sin embargo, al llegar al lobby, el sacerdote se las arregló para seguir manipulando la situación, y terminó en la puerta de la habitación de Cecilia.
Según relata Cecilia, Nakayama ingresó intempestivamente y se acostó en su cama, manifestándole que se sentía mal por el alcohol, tras lo cual se quedó aparentemente dormido. Luego, Nakayama se abalanzó sobre ella, y agarrándola del cuello le manoseó un pecho, para luego levantarle el vestido y tocar sus partes íntimas. Cecilia empezó a gritarle y a intentar correrlo mientras el Reverendo abusaba de ella.
A su regreso a la Argentina, después de verse obligada a comenzar un tratamiento para enfrentar la traumática situación vivida, Cecilia se animó a contar su verdad ante los creyentes, e incluso decidió enfrentar a Nakayama. Según nos cuenta, la respuesta no sólo fue la exclusión, la humillación a ella y su familia, sino las amenazas y el hostigamiento de parte de Nakayama y algunos de sus seguidores. En particular, cuando Cecilia decidió hacer público en las redes el abuso del que fue víctima, en el popular sitio: “ya no nos callamos más”.
Finalmente, luego de más de 11 años de concurrir al templo de Nichiren Shoshu, ella y su familia, quienes también eran creyentes, fueron expulsadas de la orden religiosa.
Actualmente, existe una denuncia radicada en el juzgado criminal y correccional Nº 15 y también se inició una investigación por trata en contra de Nakayama en el juzgado federal Nº 1 a cargo de la jueza Servini de Cubría.