BRASIL, ELECCIONES y URUGUAY
BRASIL, ELECCIONES y URUGUAY
Sirio López Velasco
lopesirio@hotmail.com
19/10/2018
enviado por pmarrero2010@gmail.com
Amig@s de Uruguay: Relean la primera línea del breve texto que les envié en enero de 2018 (fue publicado en Aporrea, en Venezuela), y que les reitero más abajo. Lula, el PT y el lulismo no hicieron la autocrítica de su parte de responsabilidad en la corrupción sistémica imperante en Brasil (ni siquiera la palabra “corrupción” figuró en sus pronunciamientos), y perderán la elección presidencial contra el fascista Bolsonaro, declaradamente pro-yanqui.
Éste basó toda su campaña en dos puntos: por un lado asoció la corrupción exclusivamente al PT, para erigirse como abanderado del antipetismo (que la red Globo y la gran prensa en general habían sembrado profusamente y llevó al impeachment de Dilma Rousseff), y, paralelamente, reivindicó el lema “el bandido bueno es el bandido muerto”, para dar respuesta al miedo a la inseguridad ciudadana reinante en casi toda la sociedad brasileña.
Dos hechos marcaron esta elección.
1) Por un lado, el carácter decisivo de las redes sociales (donde cundieron profusamente las “fake news”, noticias falsas, pero el 80% de los encuestados dijo que se informaba a través de tales redes) en detrimento de la otrora decisiva gran prensa (que sólo tuvo importancia cuando transmitió entrevistas o debates con los principales candidatos; el candidato presidencial que contaba con el 60% del tiempo del horario gratuito en radio y TV cosechó sólo el 5% de los votos), y, 2) por otro lado, la búsqueda de “lo (supuestamente) nuevo” (aunque Bolsonaro lleva casi tres décadas de presencia ininterrupta totalmente mediocre en la Cámara de Diputados, se presentó como el candidato anti-sistema opuesto a la partidocracia reinante); esa última postura llevó a que a la Cámara de Diputados ingresaran casi la mitad (47%) de nuevos miembros en comparación con la legislatura precedente.
Todo ello me lleva a preguntar(les) si en Uruguay, en vez de cederle el paso a la derecha pero/y usando la estrategia bolsoranista anti-sistema y las novedades ocurridas en Brasil, no puede surgir de cara a las elecciones de 2019 y siguientes una alternativa de izquierda poscapitalista que usando permanente y profusamente las redes sociales, defienda:
a) la mayor democracia directa posible (usando todo el potencial de internet) y una amplia renovación de la clase política en los cargos de representación que se revelen indispensables, sometiendo toda la gestión pública a permanentes controles populares, para evitar la corrupción (muy sonada en el caso Raulito y otros) y aumentar la eficiencia
b) una política de seguridad ciudadana (tema que al igual que en Brasil preocupa mucho a los uruguayos y está siendo diariamente explotado por la derecha, que puede ganar la elección de 2019 con Lacalle) basada en la auto-organización popular de los barrios y las localidades, sostenida por permanente apoyo estatal,
c) defensa y ampliación de todos los derechos sociales (incluyendo el acceso universal y gratuito a la educación y la salud) y del cuidado del medio ambiente (el agua, la tierra, el aire y todos los seres vivos), usando para tanto los recursos provenientes de un no pago selectivo de la deuda pública, y tratando de aplicar, según la disponibilidad del fondo social de producción que proviene del trabajo de todos los ciudadanos, el principio que reza “de cada uno según sus capacidades y a cada uno según sus necesidades, respetando los equilibrios ecológicos”),
d) reforma agraria basada en la expropiación de las extensiones que superen las 2.500 hectáreas, y que devuelva al campo, en empresas estatales sometidas a control popular, y en cooperativas socialistas, a la mayoría de los actuales presos y sus familias, así como a voluntarios, debidamente capacitados y apoyados financiera y técnicamente, para producir abundante alimentación orgánica, sin agrotóxicos ni transgénicos,
e) una permanente apertura hacia el futuro, acogiendo diariamente la agenda de la juventud en su diversidad de preocupaciones e innovaciones (como en la sexualidad, la educación, los usos y la cultura), y que incluye el área de nueva tecnología sostenible adecuada al país, y,
f) una integración solidaria con A. Latina, para que el país y la región asuman una postura cooperativa, soberana e independiente en el escenario mundial.
Para presentarse a las próximas elecciones esa alternativa debe, u ocupar de inmediato un Lema ya existente (como el del MRO, si aún está vigente), o iniciar ya ahora el difícil camino del registro legal de un nuevo Lema.
Aguardo sus respuestas. Un abrazo: Sirio
NOTAS SOBRE EL CASO LULA Y LA NUEVA DEMOCRACIA
Prof. Dr. Sirio López Velasco
(Universidade Federal do Rio Grande – lopesirio@hotmail.com)
27/01/2018
El ex-Pte. Lula y el lulismo le deben al país y a la izquierda de A. Latina y mundial una autocrítica sobre su parte de culpa en la corrupción institucional reinante en Brasil (que, se sabe, ya venía desde antes, como lo prueban los casos ocurridos en los gobiernos de Collor y de Fernando Henrique Cardoso); eso es un hecho. Al mismo tiempo, el ex-Pte. Lula, el lulismo y muchos analistas consideran que tanto el impeachment de la Pte. Dilma Rousseff como la condena judicial de Lula son fruto de una conspiración neoliberal de grandes empresarios, banqueros, agentes financieros (el Primer Poder, económico, “el Mercado”, no sometido al alcance de las decisiones resultantes de la voluntad democrático-popular), las cúpulas partidarias de la derecha y del falso centro-izquierda, la gran prensa (en especial la Globo, erigida en Cuarto Poder, a veces con peso de Primer Poder), sectores de los Poderes ejecutivo, legislativo y judicial, y factores externos (vinculados al imperio yanqui-OTAN, deseoso de controlar los recursos naturales brasileños y de subordinar a sus intereses la política internacional de Brasil).
Algunos comentaristas consideran que el ataque a la Pte. Dilma y al ex-Pte. Lula fue decidido cuando bajaron los precios internacionales de las commodities y que en Brasil la torta había disminuído de tamaño, lo que llevó a los super-ricos a no querer más compartir con los pobres ni siquiera las migajas que habían concedido a éstos los Gobiernos del PT (a través, en especial, del Programa Beca Família, que retiró a millones de la pobreza extrema, sin, no obstante, proporcionarles las condiciones para una subsistencia autónoma que les permitiese renunciar a aquella ayuda dentro del capitalismo, y, mucho menos, enrumbarse hacia el poscapitalismo, que concebimos como un socialismo en perspectiva ecomunitarista). También puede pensarse que cerca de la mitad del segundo mandato de la Pte. Dilma, aquellos sectores decidieron actuar porque percibieron que la Pte. lograría hacer elegir un sucesor, alejándolos otra vez de la conducción del país por la vía de la voluntad de las urnas.
Sea como sea, la conducta efectiva de los sectores antes mencionados obligan a Lula, al lulismo y a todos quienes luchan por el socialismo a cuestionar hasta su raíz al Estado y a la Seudodemocracia actuales, con sus bases económicas y prolongamientos (como lo es una gran prensa al servicio de los intereses de los poderosos). No hacerlo seria condenarse a tropezar una y otra vez con la misma piedra, viendo a Lula o a quien venga a substituirlo, o imposibilitado de llegar a la Presidencia, o ser retirado de la misma por la vía del impeachment (por la acción combinada de los sectores antes citados), bajo cualquier pretexto (como lo fue, por ejemplo, el de las supuestas “bicicletas fiscales”, supuestamente usadas por la Pte. Dilma, y de las que hoy nadie más habla pues los especialistas dicen que inmediatamente después del impeachment fueron legalizadas por y para Temer, para facilitar su tarea de acabar con diversos derechos de los brasileños, rematar el país en beneficio de las multinacionales y en detrimento de la orientación público-estatal de sectores estratégicos, y someter al Brasil a la política internacional de los EEUU).
Hacer esa reconsideración a fondo debería llevar a Lula y a la izquierda a proponer al país una refundación completa de la democracia, que incluya la democratización de la economía (hoy en Brasil, según Oxfam, cinco billonarios tienen la misma riqueza que la mitad de la población más pobre del país), de la gran prensa (aprobando una “ley de los tres tercios iguales” entre prensa pública/estatal, comunitaria y privada, que impida que esta última erija monopolios u oligopolios nacionales o regionales que crean-controlan una falsa “opinión pública” manipulada), que promueva la educación ambiental ecomunitarista en todo un sólido sistema educativo público, gratuito, de calidad y al servicio de los más necesitados (como también habrá de serlo un nuevo Sistema Único de Salud), potencie el ejercicio de la democracia directa (o por lo menos participativa) por el pueblo (en especial mediante repetidos plebiscitos y referendos de alcance municipal, estadal y nacional, para decidir sobre cuestiones que afectan la vida de la ciudadanía muy significativamente, como es el caso de las diretrices macroeconómicas y de política externa, leyes laborales, cuestiones ambientales, y sistemas de salarios, jubilaciones/pensiones, seguridad y defesa, entre otros temas que hace mucho tiempo en Suiza son sometidos a la decisión popular), e incluya activamente al ciudadano en las tareas de seguridad y defensa de su comunidad y del país; tal democracia debe limitar el número de los mandatos (incluso en el poder judicial, cuyos miembros también deberán surgir de la elección popular y estar bajo control popular, como ocurría en la Grecia antigua), promover la rotación de los ciudadanos en el ejercicio de las funciones públicas (para evitar la perpetuación de la actual clase política corrupta), y cortar de raíz la corrupción mediante un efectivo y continuado control popular sobre los actos de todos los funcionarios.
El conjunto de estos cambios debe orientarse rumbo al socialismo de perfil ecomunitarista, donde el pueblo podrá vivir una vida digna (aunque frugal, como lo imponen los imperativos ecológicos). Esa nueva democracia brasileña velará de manera permanente por la soberanía nacional, y habrá de articularse con una A. Latina integrada solidariamente y con postura/ación soberana e independiente en el escenario mundial.
Bibliografía mínima
López Velasco, Sirio. Ideas y experiencias de la democracia. Una mirada ecomunitarista, Ed. Fi, Porto Alegre, 2017, disponible gratuitamente en https://www.editorafi.org/180sirio
Lopez Velasco, Sirio. Contribuição à Teoria da Democracia: uma perspectiva ecomunitarista, Ed. Fi, Porto Alegre, 2017; disponible gratuitamente en https://www.editorafi.org/196sirio
SIRIO LOPEZ VELASCO
Uruguayo-brasileño (1951). Dr. en Filosofía por la Université Catolhique de Louvain (Bélgica). Desde 1989 es professor titular de Filosofía en la Fundação Universidade Federal de Rio Grande (FURG, en Rio Grande, Brasil) donde ayudó a crear la Maestría y luego el Doctorado en Educación Ambiental (los primeros del Brasil). Desde 1996 ha encontrado el fundamento último de la ética y desarrolla la ética argumentativa ecomunitarista. Libros: “Reflexões sobre a Filosofia da Libertação” (1991), “Ética de la Producción” (1994), “Ética de la Liberación” Vol. I [“Oiko-nomia”] (1996), ” Ética de la Liberación” Vol. II [Erótica, Pedagogía, Individuología] (1997), “Ética de la Liberación” Vol. III [Política socioambiental ecomunitarista] (2000), “Fundamentos lógico-lingüísticos da ética argumentativa” (2003), “Ética para o século XXI. Rumo ao ecomunitarismo” (2003), “Ética para mis hijos y no-iniciados” (2003), “Alias Roberto – Diario ideológico de una generación” (2007) e “Introdução à Educação Ambiental Ecomunitarista” (2008).
fuente: https://redlatinasinfronteras.wordpress.com/2018/10/24/brasil-elecciones-y-uruguay/