El centro comunitario “Villa Hidalgo Se Levanta” ubicado en el Partido de Gral. San Martín, Buenos Aires, cumplió diez años. Hubo reencuentros, proyección de viejos videos y fotos, comilona y cumbia de la buena. Acá un poquito de la historia del lugar.
Fue allá por el 2005 cuando el hartazgo de todo Villa Hidalgo por las inundaciones causadas por los desbordes del Zanjón Madero, la ausencia del Estado y la pobreza, llegó a su punto más alto.
Tiempos de asambleas en las esquinas a la intemperie, de meriendas improvisadas en la calle porque el cura no abría las puertas de la capilla de Cisneros y Villalba, de piquetes en el Camino del Buen Ayre cuando el barrio pasaba semanas enteras sin luz, de punteros de Ricardo Ivoskus disputándose la miseria.
Hasta que a finales del 2008, el referente barrial y vecino Esteban Pogonza, intercedió para conseguir un terreno para construir el merendero. La casilla de madera fue el primer espacio que albergó a los pibes para tomar una taza de leche, hacer la tarea y comenzar con las primeras asambleas de vecinas. Sí, vecinas. Porque las primeras que dieron un paso al frente para organizar una cooperativa de trabajo, un ropero comunitario, espacios de alfabetización, jornadas de trabajo y talleres contra las violencias fueron las mujeres del barrio: Bibiana, Marcela, Patricia, Yani, Mariana, Estela, las Jésicas, Isabel, Andrea, Susana y muchas otras. Ese espacio coordinado por ellas como Organización Popular y Rebelde, comienza a construirse como una organización de trabajadores y trabajadoras precarizadas.
Luego vino la conformación de la Cooperativa La Luchadora, el Bachillerato Hermanas Mirabal donde, nuevamente, todas las mujeres consiguieron su título secundario, los viajes al Encuentro Nacional de Mujeres, lucharle al Estado por el entubado del Zanjón Madero y la falta de servicios y viviendas en el barrio, las Jornadas solidarias de construcción del Centro Comunitario, los talleres para niñxs, etc.
Con el correr de la lucha y con afán de unidad, se empieza a caminar en los piquetes junto a otras organizaciones hermanas hasta confluir en 2014 en un movimiento más grande y clasista: el Frente de Organizaciones en Lucha.
Hoy se celebran diez años de esfuerzo y constancia. Con un taller de costura terminado y en marcha, con un espacio para jóvenes consolidado, con un secundario para lxs trabajadores y con un grupo humano organizado y convencido de este proyecto en beneficio del barrio y de lxs laburantes.
Como dice la arenga popular: “Unidad de lxs trabajadores y al que no le gusta, se jode.”