En las últimas horas estalló la bronca vecinal contra el emprendimiento Santa Ana, otro barrio privado de la empresa EIDICO que forma parte del “Complejo Villa Nueva”, debido a que taparon la zanja y redujeron al mínimo el espacio para caminar en la peligrosa curva del ACA en Villa La Ñata.
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Muchos vecinos y vecinas tienen presente que en el interior del ex campo, que ahora es un terreno rellenado, se encuentra un “cementerio indio”. Más concretamente, se trata de tres sitios arqueológicos conocidos como “La Bellaca”, dos de los cuales está comprobado tienen entierros humanos de tiempos previos a la conquista europea.
¿Qué pasó con estos yacimientos protegidos por la ley de patrimonio arqueológico y considerados sagrados por los pueblos originarios? La propuesta “superadora” de EIDICO fue alambrar tres pequeñas áreas y destruir todo lo demás, una “solución” que no fue consultada con las comunidades indígenas de la zona ni tampoco con los habitantes de los parajes cercanos, pero que en el 2015 tuvo el visto bueno de la Dirección de Patrimonio Cultural de la Provincia de Buenos Aires y del Municipio de Tigre.
El resultado de esa política nefasta se ve en estas fotos. Tres sitios arqueológicos sin ningún tipo de respeto oficial, sin posibilidad de acceder a ellos y en total abandono.
Es oportuno destacar que la Comunidad Indígena Punta Querandí ha solicitado copia de los estudios de impacto arqueológico financiados por EIDICO en La Bellaca, así como “los protocolos de manejo” de los tres sitios arqueológicos que avalarían el estado actual. Sin embargo, el responsable de Patrimonio Arqueológico provincial, Fernando Oliva, se ha negado a brindar esta información.
Para entender este accionar cómplice del organismo bonaerense, hay que explicar que la violación a los lugares sagrados de los Pueblos Originarios en Tigre lleva veinte años, así se destruyeron varios cementerios como por ejemplo el sitio Sarandí (arrasado por Nordelta) y el sitio Garín (desaparecido por EIDICO en frente de Punta Querandí), siendo el mismo funcionario el que estaba a cargo: Fernando Oliva.
Han cambiado varios gobiernos en la Provincia pero la política arqueológica sigue intacta: avalando negociados inmobiliarios y violando los derechos de las comunidades indígenas.
