Herme Juárez, el ahorrativo
Hace años —ya le diré cuántos— un sindicalista era un tipo que hacía doble jornada: para el patrón y para el sindicato.
Se cortaba la mano antes de robar los dineros sindicales (y, si no, se la cortaban los compañeros).
Era un tipo que sacrificaba su carrera laboral y su tiempo, porque tenía vocación por accionar en favor de las mejoras colectivas.
Después vino el peronismo.
Hace 75 años.
Aquel sindicalismo se acabó.
Viva Perón.
Es verdad, sólo en Argentina hay sindicalistas corruptos. En ningún otro país del mundo.
Y es todo culpa del peronismo, se nota porque no hay ni un solo corrupto de ningún otro partido.
70 años de peronismo como bien dicen intelectuales de la talla de Macri, Marcos Peña y Lanata
La tenés clarísima