“Esta vez no le voy a hablar al Gobierno ni al Estado; quiero hablarles a ustedes, hermanos y hermanas argentinas”.
Foto: Rodrigo Ruiz
11/10/2019
“Hoy, 11 de octubre de 2019, en una fecha tan emblemática para el dolor, para los pueblos indígenas y también para todos nuestros hermanos y hermanas afrodescendientes y negras, el genocidio que cada día nos sigue atravesando nos remueve nuevamente en nuestro corazón, en nuestra piel y en nuestro cuerpo. Por eso hoy, más que nunca, las mujeres indígenas aquí presentes autoconvocadas, podemos decir que reafirmamos la ‘Rebelión de las Flores’. Y si corre sangre, si hay heridas, si hay detenidas, y si hay muertas, esa sangre también va a manchar tus manos y tu corazón, hermana y hermano. Tu indolencia, tu indiferencia, la de organizaciones sociales, partidos políticos, organismos de Derechos Humanos, actores y actrices, actores sociales de todos los espectros, a todos y cada uno de ellos, les decimos que si hay sangre derramada -hoy, 11 de octubre- en esta parte de Argentina, también ustedes van a ser cómplices de nuestras muertes, de nuestras heridas y de nuestro encarcelamiento. Sepan que todavía, y a pesar del dolor, creemos en la posibilidad de una unidad. Creemos en ustedes. Más que nunca, hoy declaramos la Rebelión de las Flores nativas. Tendrán que arrancarnos como se arrancan a las hierbas. Pero ¿saben qué? Vamos a volver a crecer, vamos a volver a florecer, y vamos a llenar de perfume una nueva vida y una nueva tierra. No nos vamos a ir. No tenemos miedo. Venga Gendarmería, venga el Ejército, venga la Policía o venga quien venga. No nos vamos a ir. Creen que nos vamos a ir con falsas promesas, pero esto que sucedió hoy en Casa Rosada fue un desprecio hacia toda la comunidad indígena, y a ese desprecio le decimos: ¡basta! ¡Marichiweu!”.
Así se expresó esta mañana en la puerta del Ministerio del Interior Moira Millán, una de las mujeres indígenas de territorios en conflicto autoconvocadas. Luego de más de 48 horas de vigilia por la toma pacífica, las mujeres indígenas lograron reunirse con el ministro Rogelio Frigerio, pero las respuestas que recibieron por sus reclamos fueron insuficientes: ni el ministro ni el Gobierno están dispuestos a colaborar con ellas, y la decisión de continuar con la toma resultó unánime.
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