«El Gobierno no contempla a las cooperativas de trabajo»

Noticias recuperadas (II)
«El Gobierno no contempla a las cooperativas de trabajo»
Mario Hernandez

Así lo sostuvo Federico Tonarelli, vice presidente de la cooperativa del Hotel Bauen. Aseguró que el sector no puede hacer frente “al anticipo mensual de excedentes”.

En su cuenta de Twitter, Tonarelli manifestó que «no fuimos incluidos en el decreto 376/2020. “A través del mismo se brinda asistencia de manera directa con préstamos a tasa 0 (cero) a los monotributistas. Del mismo modo se brinda asistencia a los empleadores que así lo soliciten a través de un salario complementario para cada trabajador que tengan en relación de dependencia», remarcó.
Y en este sentido añadió que «no se incluye en este punto a las empresas cooperativas para que puedan hacer frente al anticipo mensual de excedentes, dinero equivalente a los salarios en las entidades dónde la relación entre trabajadores es asociativa».
«Sólo podemos paliar la situación solicitando los préstamos de manera individual apelando a nuestra condición de monotribuistas, para ponerlos a disposición de nuestras cooperativas. Un verdadero disparate en cooperativas de 50, 100 o más asociados como muchas de las nuestras. ¿Por qué no se contempla a las cooperativas de trabajo como entidades productivas?», se preguntó.
Además: «No lo sabemos pero comienza a molestarnos mucho. Se está discriminando abiertamente a un sector de la producción de bienes y servicios que como todos los demás sectores, ¡se encuentra al borde del cierre generalizado por la falta de actividad!».
«El cooperativismo de trabajo es parte de la producción nacional y garantiza el trabajo de por lo menos 15.000 trabajadores asociados en las 400 empresas recuperadas que hay en el país. Tanto lxs compañerxs asalariados, como lxs monotribuistas son trabajadorxs. ¡Lxs cooperativistas de trabajo también!», concluyó.

DECLARACIÓN DE FACTA y FEDECABA ANTE LAS NUEVAS MEDIDAS ANUNCIADAS POR EL GOBIERNO

«Desde la Federación Argentina de Cooperativas de Trabajadores Autogestionados (FACTA) y la Federación de Cooperativas Autogestionadas de Buenos Aires (FEDECABA) saludamos con agrado los anuncios realizados por el Ministro de Producción, Matías Kulfas, que dispuso una serie de ayudas económicas estatales a trabajadores y trabajadoras en relación de dependencia a través de las pymes, monotributistas y autónomos.
Pero también debemos decir que vemos con preocupación que nuevamente se está dejando fuera de la normativa a las empresas cooperativas, dado que las ayudas están enfocadas en dos planos, uno directo y uno indirecto: el directo es mediante un crédito sin interés para personas físicas (monotributistas y autónomos); y el indirecto es a través de un Salario Complementario en forma de asignación para personas físicas que sean trabajadores en relación de dependencia gestionado por su empleador (pymes comerciales) ante el Estado.
Nuevamente la forma empresaria cooperativa y el fenómeno del trabajador cooperativo autogestionado desaparece de la atención estatal, dado que en el caso de que alguno de ellos llegue a obtener un beneficio lo hace en su faceta de monotrobutista, con lo cual lo debe devolver pasada la emergencia. No vemos razón para que el Estado considere que una empresa comercial es mejor que una empresa cooperativa; no debiera el Estado desconocer la existencia de la figura jurídica de las cooperativas de trabajo como otro modo de organización del trabajo, desatendiendo a los trabajadores cooperativistas por sobre los trabajadores asalariados.
Las cooperativas de trabajo somos guardianas genuinas de las fuentes de trabajo y hemos soportado las crisis económicas de gobiernos neoliberales sin perder nuestro objetivo, porque el carácter asociativo y no autónomo de nuestros trabajadores, nos ha permitido soportar las embestidas de políticas depredadoras. Sin embargo hoy, tenemos que salir con urgencia a reclamar que se nos incluya en forma expresa en las políticas económicas diseñadas para hacer frente a la emergencia.
Una empresa cooperativa formada por la voluntad asociativa de sus trabajadores es tan empresa productora de trabajo genuino como una empresa pyme formada como sociedad comercial por sus accionistas. La emergencia económica nos toca a todos: a los que trabajan para un empleador y también para los que decidimos trabajar sin patrón. Un trabajador cooperativista trabaja tanto como un trabajador bajo relación de dependencia. El trabajo es trabajo aunque sea Autogestionado y en ambos casos debe ser protegido desde el Estado».

El 80% de las empresas y fábricas recuperadas están paralizadas

Las empresas y las fábricas recuperadas por sus trabajadores en medio del derrumbe económico de 2001 se encaminan hacia las dos décadas de autogestión en medio de una crisis desatada inicialmente por las políticas de los últimos cuatro años -tarifazos, apertura de importaciones y devaluación-, que se agrava en la actualidad con la parálisis total de más del 80% de estas unidades productivas por las medidas de aislamiento social obligatorio.
«Las gastronómicas han caído en un 90%, las gráficas en un 70-80%, y lo que está pasando es que se está rompiendo la cadena de pagos y los proveedores no te quieren vender si no ponés plata», explicó el presidente de la Federación de Trabajadores de la Economía Social (Fetraes), Eduardo Montes.
Montes dijo que «nosotros no somos sujetos de crédito, por diferentes cuestiones que tienen que ver con la cuestión patrimonial, y esperamos que el gobierno nacional pueda establecer una línea de créditos a una tasa razonable, para el sector de empresas recuperadas».
Respecto a las distintas líneas de asistencia financiera que dispuso el gobierno nacional para enfrentar la crisis, Carlos Cisneros, de la cooperativa de trabajo TRIA Ltda. ubicada en Villa Luzuriaga, en el partido de La Matanza, expresó que «todo lo que tiene que ver con ayudas a las pequeñas industrias, nos dejó afuera, porque está dirigido a las empresas y nosotros, al ser cooperativas, entramos en otro rubro».
En las políticas del gobierno «las cooperativas no están consideradas como pymes. Se habla de pymes, de micro emprendimientos, pero a las cooperativas en sí no se las nombra. Y si nos remontamos al 2001 o 2002, las cooperativas fueron un motor de impulso para la economía del país, en aquel entonces surgieron una cantidad de cooperativas que pudieron seguir trabajando sin sus dueños», señaló Ivana Agüero de la cooperativa Grisinópolis, que si bien está encuadrada dentro del rubro alimenticio no es considerado un alimento esencial y hoy se encuentran parados.
Otro de los problemas que enfrenta este sector es el de las tarifas de servicios públicos.
Al respecto, Iván Toloza, de la Cooperativa de Trabajo San Justo Ltda., que se dedica a la fabricación de cristales para la industria automotriz, dijo que «el precio no se duplicó, se quintuplicó. Nosotros pagábamos boletas de gas de 400.000 pesos más o menos, hoy por hoy, entre consumo y transporte, estamos rondando los 2 millones y medio o 3 millones de pesos mensuales, sin contar el consumo de luz que se fue por las nubes. Son números que no manejamos».
Ana María Galarza, de la Cooperativa Utrasa, dedicada a la fabricación de zapatillas y zapatos de seguridad, ubicada en San Luis del Palmar (Corrientes), de la cual es la principal fuente de empleo del pueblo, afirmó que «con respecto al tema de los créditos, la realidad es que no sé cuándo se va a reactivar todo esto y no me puedo meter en un crédito si no tengo certeza de que voy a poder trabajar para poder pagar después».
En este marco, Montes -de la Fetraes- manifestó la necesidad de «una mesa de políticas públicas del Estado nacional que atienda estas cuestiones de emergencia por la propia complejidad de nuestro sector» y detalló que «vamos a llevarle una propuesta a la Comisión Nacional de Microcréditos (Conami) para que pueda otorgarnos microcréditos con una tasa razonable».
«Desde la Fetraes creemos que la Conami es uno de los ámbitos para atender esta emergencia laboral que tienen las empresas recuperadas a través del otorgamiento de créditos para pequeños productores y para empresas recuperadas», agregó Montes.

Tiempo Argentino cumplió 4 años

Integra la Red Nacional de Diarios Recuperados que también reclama “respuestas tan urgentes como las que han recibido las empresas tradicionales, así como las pymes”. Se trata de experiencias de organización colectiva que garantizan cientos de puestos de trabajo, cumpliendo un rol clave en el derecho a la información, porque muchas pertenecen a pequeñas ciudades a las que llegan muy pocas voces.
“Sin perder de vista el rol que desempeñamos frente a la pandemia y la grave situación en la que está el sector, pedimos ser considerados con los mismos beneficios, alivios y medidas que abarcan a las demás empresas”, reclama el comunicado que sumó el apoyo del Sindicato de Prensa de Buenos Aires (SiPreBA), FATPREN, FETRACCOM y también su Mesa nacional.

Acaba: la cadena de mensajería autogestionada

El jueves 23, en el marco del paro Internacional de Repartidores de apps como Rappi, Glovo, Pedidos Ya, Uber Eats y Deliveroo, se comenzó a organizar en la Ciudad de Buenos Aires y zona sur del Conurbano el servicio de “bicimensajerxs autogestionadxs” llamado Acaba. “Confiamos en que es una alternativa viable, sobre todo en los tiempos que corren. Los precios de las aplicaciones de reparto son bajos porque los recortes los hacen del sueldo de sus trabajadores, ya sea teniéndolos sin seguro, con contratos informales o sin los insumos sanitarios necesarios para afrontar la situación de crisis que estamos viviendo”.
“Somos un grupo de personas que dadas las circunstancias actuales nos quedamos sin ingresos y decidimos salir a las calles a hacer mensajería. Pedaleamos hace mucho, nos conocimos cuando fuimos parte de “Pedalea como una piba”, creemos en la bici como una herramienta empoderadora y volvemos a ella en esta situación de crisis. Circulamos con permiso y con cuidado por toda CABA y zonas cercanas al tren Roca en GBA Sur”, se presentaban en su cuenta de Facebook. El servicio puede contratarse a través de sus redes sociales.
En relación a la situación de repartidores asociados a las App que realizaron un paro internacional para visibilizar la precarización laboral que sufren, integrantes de Acaba opinaron “hay un poco de confusión respecto al servicio que ofrecemos que quisiéramos aclarar. Que sea autogestivo no quiere decir que sea barato, sostener algo con esta dinámica es de hecho más trabajoso no sólo para nosotras y nosotros sino también para quienes nos contratan. Aún así, confiamos en que es una alternativa viable, sobre todo en los tiempos que corren. Los precios de las aplicaciones de reparto son bajos porque los recortes los hacen del sueldo de sus trabajadores, ya sea teniéndolos sin seguro, con contratos informales o sin los insumos sanitarios necesarios para afrontar la situación de crisis que estamos viviendo. En este sentido, queremos manifestar nuestro apoyo y acompañar el paro de repartidores de las apps de delivery; bancamos sus demandas por aumento salarial y la regularización de las condiciones laborales”.

El boom de ventas de los bolsones de frutas y verduras

La periodista Laura Vales escribió en Página12 que: “Los pedidos a los productores de la economía popular aumentaron entre el 40 y el 80 %, dependiendo de la organización. El producto más vendido de Mercado Territorial, una comercializadora alternativa aliada a la Universidad de Quilmes, que llega a 18 partidos del Conurbano y la CABA, es un bolsón de verduras agroecológicas: una bolsa de 7 kilos que va de las quintas al consumidor. Con la cuarentena, los pedidos de estos bolsones crecieron un 50 %. En volumen de comercialización el estirón es notable: pasaron de 30.000 kilos de verduras y frutas a 45.000 en menos de un mes”.
Mercado Territorial muestra cuánto se puede hacer para construir un buen precio desde otros circuitos de comercialización: está vendiendo a 380 pesos su bolsón de 7 kilos de verduras agroecológicas, es decir, alrededor de 54 pesos el kilo. El aumento del precio de este bolsón en estos tiempos difíciles fue de 50 pesos desde noviembre a hoy.
Esta comercializadora popular tiene una práctica: acuerda entre sus integrantes, incluidos los consumidores, el precio final de sus productos y cuánto corresponde a cada tramo de la cadena. Del bolsón de 380 pesos, por caso, al quintero le llegan 251, al fletero 49, a los que fraccionan la mercadería 51, a los nodos que organizan los pedidos y los distribuyen, 31 pesos. Finalmente, hay 9 pesos por cada bolsa destinado a pagar el sueldo de un ingeniero agrónomo que acompaña a los productores a hacer la transición hacia el cultivo sin tóxicos.
La Universidad de Quilmes creó esta comercializadora popular en 2015. La red está formada por quinteros del sur del Conurbano, técnicos del INTA, estudiantes, encargados de la logística y consumidores, estos últimos organizados en nodos o grupos de consumo. En este momento tienen 95 nodos; en la otra punta hay tres asociaciones de productores agrícolas del cinturón hortícola sur.
En cierto sentido, Mercado Territorial es un laboratorio donde los alumnos de la UnQui aprenden economía, mercados y finanzas para la Economía popular. En la red hacen sus prácticas estudiantes de la Tecnicatura de Economía Social, una carrera que está lanzada a formar especialistas con otro molde.
Rodolfo Pastore es economista especializado en agroalimentación y decano del Departamento de Economía y Administración de la UnQui y cuenta que: “En este momento, tenemos 500 estudiantes en carreras relacionadas con la Economía popular”.
Martín Garo, trabajador social y también docente en la Universidad, cuenta que, con la pandemia, los nodos decidieron llevar a domicilio las compras de las personas que están en grupos de riesgo. Algunos nodos ampliaron esta medida y los acercan también a cualquier consumidor, con el pago de un pequeño extra. Otro elemento –que según su criterio tuvo mucho impacto– es que el Estado hizo un listado de comercializadoras alternativas en el conurbano sur, oeste y norte. Les dio difusión con avisos gráficos, por las redes sociales. «Nos empezó a llamar gente que ni siquiera sabe qué es la economía social. Nunca hasta ahora se habían interesado en comprar de otra manera”, apunta Garo.
Para fijar el precio del bolsón, los productores de Mercado Territorial se juntan cada tres meses en una asamblea abierta a los consumidores. Obviamente, no van todos los que compran, pero siempre hay interesados. Allí analizan qué costos subieron y se charla sobre las necesidades de cada parte.
Mercado Territorial comercializa 60 variedades de alimentos cooperativos además de las verduras agroecológicas. En la organización señalan que todos los alimentos con los que trabajan vienen aumentando sus ventas, traccionados por el bolsón.

Ansabo: la gestión obrera realizó una olla popular para la población

Los trabajadores y la Comisión de Mujeres de la papelera Ansabo del barrio Villa La Florida, en la zona sur del Conurbano, realizaron una olla popular en la planta (Av. San Martín 1257-San Fco. Solano) para brindar alimentos a las familias del barrio. “Bajo las medidas de la cuarentena y ante la crisis económica que se avecina creemos en la solidaridad entre lxs trabajadorxs para poder llevar la comida a casa”, explican en un comunicado. Será los sábados a las 12:00 a partir del 18 de abril.
De la actividad participan organizaciones sociales y políticas como el Frente de Organizaciones en Lucha (FOL), el Partido de Trabajadores Socialistas (PTS), docentes de la Secretaría de la Salud del SUTEBA Quilmes, trabajadores de distintos sectores como el frigorífico Penta, y organizaciones estudiantiles.
La iniciativa se da en el marco de la emergencia social y económica desatada por la pandemia del COVID-19, frente a la que el gobierno toma medidas totalmente insuficientes para evitar el sufrimiento de las familias obreras, mientras destinó ya 250 millones de dólares al pago de la deuda desde que empezó la pandemia, y continúan los despidos, las suspensiones y las rebajas salariales por los empresarios con la complicidad de los dirigentes sindicales burocráticos y el accionar de las fuerzas de seguridad sobre las y los trabajadores que pelean por sus salarios y contra los cierres ilegales, como ocurrió en el frigorífico Penta, donde la Policía de la provincia de Buenos Aires reprimió duramente a los trabajadores.
El rol que vienen cumpliendo las fábricas bajo control obrero junto a profesionales y estudiantes, en el marco de la pandemia, y la emergencia social y económica que está sufriendo la población es fundamental. El ejemplo de las familias de Ansabo se suma al de Madygraf, en la zona norte del Conurbano, donde las y los trabajadores readecuaron la planta para poder producir alcohol en gel y mascarillas, que ya comenzaron a entregar a hospitales y barrios de la zona. En este sentido, también lo hicieron Textil Traful Neuquén y Zanón, demostrando cómo el control obrero de la producción puede orientarse para ponerse al servicio de enfrentar la pandemia.
Los trabajadores de Ansabo y la Comisión de Mujeres ya han expresado en un comunicado su predisposición para readecuar la producción de la planta para producir materiales necesarios para ponerse a disposición de las necesidades de la población en el marco de la pandemia: “Los trabajadores podemos producir elementos esenciales como alcohol en gel para la población como así también los insumos básicos para producir cajas que pueden ser utilizadas para el embalaje de alimentos, medicamentos y elementos sanitarios. También ponemos a disposición el predio de la fábrica dónde podemos ayudar con alimentos a todo nuestro barrio que, al igual que nosotros y gran parte de la población, está pasando hambre”, y exigieron al gobierno que garantice los elementos y presupuesto necesarios para poder llevar estas propuestas adelante: “Solicitamos al gobierno nacional y provincial la ayuda necesaria para poder llevar adelante estás iniciativas y aportar de forma solidaria. Los trabajadores de las fábricas recuperadas estamos mostrando en todo el país la potencialidad que tenemos para poder ayudar en esta dura situación”.

Francisco “Manteca” Martínez se hará cargo de un nuevo espacio para las empresas recuperadas en el INAES

En el marco de una reciente reunión virtual con legisladores nacionales, el presidente del Instituto Nacional de Economía Social y Asociativismo (INAES), Mario Cafiero, confirmó la incorporación al organismo de un referente muy reconocido en el ámbito de las empresas recuperadas y el trabajo autogestionado, Francisco Martínez, de la fábrica cooperativa Textiles Pigüé, que perteneciera a la empresa Gatic y fuera ocupada y reactivada por sus trabajadoras y trabajadores a partir del año 2004.
“Vamos a crear un área específica para las empresas recuperadas porque las consideramos muy importantes, y quien va a estar cargo proviene de una fábrica recuperada emblemática”, dijo Cafiero ante diputadas y diputados al informarles de la función a asumir por Martínez.

Textiles Pigüé

Emplazada sobre la ruta nacional 33, a unos 120 kilómetros al noroeste de Bahía Blanca, la fábrica que perteneciera a Gatic mide 25.000 metros cuadrados cubiertos sobre un predio de casi 5 hectáreas. Y con el más de un centenar de asociadas y asociados de la cooperativa que la hacen producir cotidianamente, significa la mayor fuente de ocupación por fuera del Estado en la localidad de aproximadamente 20.000 habitantes.
El desarrollo de la fábrica siempre estuvo, por decisión de sus trabajadores, ligado a la comunidad. Por un lado convocó a jóvenes profesionales a sumarse a la organización para fortalecer la gestión productiva y económica, en busca de la calidad y eficiencia necesarias para competir en el mercado. Por el otro, se proyectó a través de convenios para creación de empleo y de inserción social con entidades de personas con discapacidad, patronatos de liberados y programas de incorporación de jóvenes a la vida laboral.
Ahora, incluso, buena parte de los clubes deportivos de Pigüé y localidades aledañas se visten con ropa de Fibra, la marca propia que la cooperativa lanzó hace unos años desde esa misma fábrica que en otras décadas producía para la marca Adidas, la que se presentaba como la de “las tres tiras”. La tríada identitaria que se comenzó a honrar es ocupar, resistir, producir, el lema histórico del movimiento de empresas recuperadas de la Argentina, al que Francisco Martínez comenzó a sumar el “compartir”.
La planta de Pigüé estaba apuntada a la producción y teñido industrial de telas, no a la confección, área que se apostó a revitalizar para sostener la ocupación de decenas de asociados y asociadas en un momento en el que el grueso de los ingresos comenzó a provenir de las otras tareas.
“Hoy el 40 % de los trabajadores se desempeña en secciones que aportan sólo el 6 % de la facturación de la empresa. En una empresa puramente lucrativa, eso se resolvería con despidos en los sectores no rentables. En Pigüé, en cambio, resolvimos lanzar nuevas líneas de producción para reubicar a los compañeros que en otras empresas considerarían sobrantes”.
En definitiva, “jamás el mercado definirá la suerte de un trabajador de Textiles Pigüé”, definió Martínez; y la consigna se imprimió en remeras con las que los trabajadores de la fábrica recuperada participaron en distintos congresos, jornadas y encuentros en el país y en el mundo.
Uno de los espacios en los que la cooperativa asumió un rol protagónico fue en los Encuentros Internacionales de la Economía de los Trabajadoras y Trabajadores, surgido a mediados de los 2000 por iniciativa del Programa Facultad Abierta de la Facultad de FF y LL de la UBA, coordinado por Andrés Ruggeri.

A la textil Mafissa habría que ponerla a producir bajo control obrero

“Poner en marcha este laboratorio con capacidad de producir el alcohol en gel tan negado por el gobierno, de tan solo imaginar la gran cantidad de barbijos, camisolines y demás insumos necesarios que podríamos elaborar con semejante monstruo que en su pleno funcionamiento abastecía al 85% del mercado interno en el país”, propone un ex trabajador participante de la toma en abril de 2008. Diez años después cerraba definitivamente.

Exigen reapertura de Kimberly Clark

Los papeleros de la planta de Bernal, que ocuparon la fábrica tras su cierre en septiembre pasado hasta que en diciembre fueron desalojados violentamente, reiteran que con su trabajo podrían abastecer hospitales, centros de salud y a la población ante la actual pandemia.
Los papeleros informaron que recibieron llamados de hospitales y salas de salud pidiéndoles los productos que elaboraban, frente a la falta de estos elementos esenciales: “En su momento hicimos donaciones de rollos de papel higiénico y toallas durante la ocupación de la planta a fines del 2019, demostrando el rol social de la producción, reclamando la reapertura de la planta y la defensa de nuestros puestos de trabajo. La crisis sanitaria actual pone aún más en evidencia la utilidad pública de la producción que podemos realizar los papeleros de Kimberly e incluso la posibilidad de desarrollar productos nuevos de acuerdo a las necesidades que surjan en la población, con la ayuda de las universidades y del INTI”, explicaron y recordaron que la planta ocupa seis hectáreas con edificaciones totalmente equipadas de tecnología y servicios.
En la actualidad, las máquinas de Kimberly están paradas y sus papeleros sin trabajo: “Antes del desalojo realizamos un inventario verificando un stock de más de 60 bobinas de diferentes clases de papel (3 toneladas cada una), estas toneladas de insumos al igual que sus máquinas están listas para producir. Justamente estos productos son los que nos están pidiendo los hospitales, centros de salud y comedores a los trabajadores de Kimberly Clark. Una decisión política elemental y racional es su reapertura inmediata para abastecer el sistema de salud y a la población en general”, explicaron.
Respecto a la multinacional Kimberly Clark, los trabajadores advirtieron que sus dueños siguen con su decisión de mantener paralizadas las máquinas de la planta de Bernal donde se producen elementos de higiene personal: “Para cuidar su imagen hace unos días anunció una donación de dinero y productos a la Cruz Roja internacional dirigida a distintos países; a nadie se le escapa que en este contexto sus ventas se han disparado en todo el planeta”.
Por su parte, los papeleros afirmaron que hace semanas le han presentado un proyecto productivo con los requerimientos técnicos y las necesidades de materias primas a Eduardo Murúa, director de Empresas Recuperadas que depende del Ministerio de Desarrollo Social, pero que aún no han obtenido respuesta por parte de los funcionarios.

Ceramistas quieren autorización para poner a producir las fábricas

Integrantes de las cooperativas junto al Sindicato Ceramista, entregaron el lunes 20 una carta al gobernador de Neuquén, Omar Gutiérrez, en Casa de Gobierno. Solicitan se los exima del aislamiento social, preventivo y obligatorio para reiniciar el proceso productivo y garantizar la continuidad de las fuentes de trabajo. Para esto, presentaron una propuesta de trabajo y protocolo con las medidas sanitarias que adoptarán.
En la carta elevada al gobernador explican que la emergencia sanitaria llevó a “la paralización de la economía” y a “una grave situación social en todo el país” que afecta “a las familias y sectores más empobrecidos”.
En este sentido, señalan que los ceramistas fueron afectados al igual que el conjunto de la clase trabajadora pero multiplicada porque ya venían “atravesando una crisis productiva derivada de la parálisis previa de la economía”.
“Esta situación es muy crítica, lo venía siendo pero ahora se ha empeorado todo. Presentamos una nota al gobernador para que interceda ante el ministerio de Producción a nivel nacional y que nos permita empezar a mover la fábrica, empezar a vender en internet porque dependemos de la fábrica”, señaló Alejandro López.
Las cooperativas ceramistas solicitaron hace tres semanas un complemento salarial al gobierno provincial de $ 20.000 y no recibieron respuesta. Tampoco sobre su propuesta de poner las fábricas al servicio de la producción de bienes que permitan colaborar en la crisis sanitaria (alcohol en gel, jabón sanitizante, etc.). Y “desde el inicio de la cuarentena nos encontramos sin percibir ingresos y por eso reiteramos e insistimos en los pedidos ya realizados”, alertan en su carta al gobernador.
Por su parte, el obrero de Zanón y diputado provincial, Andrés Blanco, afirmó que “ni los trabajadores y trabajadoras ni las gestiones obreras fueron incluidas en ninguna de las medidas adoptadas por el Gobierno nacional”.
Explicó que los ceramistas presentaron notas desde el primer día que se inició la cuarentena al gobernador y al Comité de Emergencia Provincial. “Desde el principio dijimos la fábrica está a disposición. Que podemos dar una mano, pero no nos dan respuesta”.
“No podemos estar más así, es insostenible”, advirtió Blanco. Y señaló que “la emergencia laboral de las cerámicas es hoy. Nos tenemos que poner a producir, a comercializar con todas las medidas necesarias”.
Para finalizar, Blanco explicó que las cooperativas pueden producir “ladrillos cerámicos, pisos y revestimientos necesarios para la remodelación o construcción de hospitales e instalaciones sanitarias necesarias para hacer frente a la pandemia”. Y que esto además “permitiría garantizar trabajo para las más de 300 familias ceramistas”.

Preocupa el agotamiento del Fondo de Lucha de La Toma (Rosario)

Solicitan aportes voluntarios a la Cta. Nº 68817-8 CBU: 1910288555028806881782 del Banco Credicoop.
La acumulación de servicios, impuestos y gastos fijos (luz, $100.000 mensuales, gas $30.000 mensuales y agua 100.000 bimensuales). La ausencia absoluta de actividades económicas y sociales. La utilización solidaria con otras organizaciones en esta emergencia. Todos estos son elementos que han vaciado totalmente el FONDO DE LUCHA del cual dependen lxs compañexs y el pago de los servicios.
Los acompañan en el pedido la Asociación de detenidos desaparecidos por razones políticas, la Asociación Argentina de Actores, APDH (Rosario), CTA-T (Rosario) y AMSAFE, entre otras.
Asimismo, informan que la extraordinaria y prestigiosa experiencia nacional e internacional de desmanicomialización e inserción laboral desarrollada a partir de la COOPERATIVA DE TRABAJO DE USUARIOS DE LA SALUD MENTAL “EL HORNO ESTÁ PARA BOLLOS” se incorpora como una organización más a las que ya funcionan en el establecimiento en manos obreras.

Campaña de VIOME-Grecia

Querid@s compañer@s,
Solicitamos la ayuda del movimiento global para reconectar la electricidad o adquirir un generador, para que podamos continuar la producción sin obstáculos y que nos ayudará en nuestra independencia.
La página de nuestra campaña: https://power.viomecoop.com
Por lo tanto, solicitamos a los sindicatos, colectivos, compañeras y compañeros de Grecia, de Europa y de todo el mundo que ayuden a reconectar la electricidad u obtener un generador capaz de operar con biodiesel.
¡La solidaridad es nuestra arma!
L@s trabajador@s de SE VIOME

Fuentes: Redacción Canal Abierto, Redacción Marcha, Resumen Latinoamericano, Anred, La Izquierda Diario, Télam, Página12, Tiempo Argentino

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