El 9 de mayo de 2017 el Secretario Adjunto del Sindicato Luz y Fuerza de Zárate, Damián Straschenco, fue envenenado con agua pesada contaminada del reactor nuclear, colocada en su botella de agua personal, en un hecho sin precedentes en la historia del país que tuvo trascendencia internacional. Tres años más tarde desde la organización gremial continúan reclamando justicia y el esclarecimiento de los hechos.
Compartimos el comunicado del sindicato:
A tres años del atentado contra Straschenco
Víctima de persecución sindical, de envenenamiento en su lugar de trabajo y posteriormente de un proceso judicial totalmente irregular, nuestro Secretario Adjunto Damián Straschenco continúa sin respuestas por su despido de NASA.
El 9 de mayo de 2017 Damián Straschenco fue envenenado con agua pesada contaminada del reactor nuclear, colocada en su botella de agua personal, en un hecho sin precedentes en la historia del país que tuvo trascendencia internacional. Hoy queremos levantar la voz para pedir justicia y exigir el total y rápido esclarecimiento de los hechos que, a tres años, lo tienen inexplicablemente como único sospechoso de su propio envenenamiento.
Nuestro dirigente no sólo fue víctima de tan cobarde hecho, sino de una persecución inhumana llevada adelante por el poder político de turno, judicial, mediático y con la complicidad de los camaleónicos funcionarios de Nucleoeléctrica Argentina S.A. Más allá de que algunos personajes hoy ya no están en la empresa o en los puestos de poder que ostentaban, no podrán escapar a sus responsabilidades y deberán en su momento responder por sus delitos ante la justicia. La aberrante situación se inscribió en el marco de persecución política, mediática y judicial implementada por el macrismo que hoy tiene a varios funcionarios y actores de la vida pública en la mira del poder judicial.
Damián fue perseguido, envenenado y despedido. El Poder Judicial personalizado en la figura de un controvertido juez como González Charvay, lo culpó del atentado contra su propia vida y lo procesó y junto con él a otro dirigente del sindicato, Ramón Almirón, como cómplice necesario para poder concretarlo. Es necesario de recordar que el compañero ingirió en una sola toma y sin conocer el contenido de lo colocado en su botella personal de agua, casi siete veces la radiación anual ‘tolerada’ por los cánones internacionales para un trabajador.
La imputación de Straschenco y Almirón solo se basó en los informes y datos brindados por una comisión investigadora Ad Hoc conformada únicamente por los funcionarios de Nucleoeléctrica Argentina SA donde inventaron, falsificaron y ocultaron pruebas esenciales para cerrar una fábula insólita, sólo utilizable como material probatorio por un Juez que no persigue justicia como fin.
A la fecha, la Cámara Federal desechó casi todos los argumentos provistos por los funcionarios, desestimó las pruebas y dictó falta de mérito a Almirón. Pero con una lógica de cofradía y sin sustento científico, legal ni lógico, mantuvo la imputación contra Damián Straschenco con la sola suposición de que el nombrado sabía lo que estaba ingiriendo, pero sin más rigor probatorio que sostenga esa ridícula teoría. Vale preguntarse entonces, cómo, de dónde y quién o quiénes tenían el poder o la impunidad para extraer el agua pesada contaminada del reactor.
Interrogantes que hoy siguen sin respuestas, después de la mañosa e interesada pseudo investigación del Juez González Charvay, el cual tampoco resolvió un amparo sindical tras más de 30 meses que impide que parte de la Comisión Directiva del Sindicato esté impedida de ingresar a la CNAI/II para realizar tareas sindicales ni laborales.
Desde nuestra organización seguiremos alzando la voz en defensa de la clase trabajadora, como también de sus dirigentes, no permitiremos atropellos como el que fuimos y seguimos siendo víctimas. Si bien cambiaron las autoridades políticas y empresariales, al momento los nuevos funcionarios no se han manifestado respecto de este grave hecho. Es necesario que se tomen urgentemente cartas en el asunto. Lo que se presenta evidente, es que el daño que buscaron provocar y provocaron, hoy continúa. Es por eso que seguiremos en esta lucha hasta conseguir no tan sólo el esclarecimiento del atentado, sino la reincorporación de nuestro Secretario Adjunto.
Hoy otros son los rumbos de nuestro país y otro es el aire que se respira, de esperanza y reivindicaciones de nuestra clase, aún en los tristes momentos por los que atravesamos a raíz del COVID-19. Albergamos la confianza y apelamos a que, con voluntad política y vocación democrática, los nuevos funcionarios puedan dar luz a la verdad documentada y no dejar impune tan aberrante hecho.
Sindicato de Luz y Fuerza de Zárate