El pasado 24/4 se cumplió un nuevo aniversario de “La Revolución de los Claveles”
Entrevistamos a Aldo Casas del Consejo de Redacción de la Revista Herramienta
Fue la última gran revolución que se inscribe plenamente en el horizonte de sentido que había abierto la Revolución Rusa en 1917
Mario Hernandez
M.H.: Escuchando Grândola, Vila Morena de José Afonso.
A.C.: Esa fue la canción que actuó como contraseña o disparador del movimiento militar que derrocó a la dictadura fascista de Portugal en la madrugada del 24 de abril.
M.H.: Si bien no estabas en ese momento, fuiste partícipe directo de ese proceso.
A.C.: Yo llegué a fines de julio de 1974, fui como enviado del periódico Avanzada Socialista que editaba el Partido Socialista de los Trabajadores (PST) para cubrir precisamente el desarrollo de la revolución portuguesa que era el acontecimiento político más relevante de ese momento al menos a nuestro juicio.
M.H.: ¿Qué nos podés comentar al respecto?
A.C.: El primer hecho que fue un movimiento revolucionario que puso fin a la dictadura fascista más vieja de Europa, que tenía 48 años, anterior inclusive al régimen franquista por varios años. El salazarismo.
M.H.: Gobernaba desde 1928.
A.C.: Salazar había muerto y lo había sucedido Caetano. El movimiento inicialmente fue concebido por un grupo no demasiado numeroso de oficiales medios del Ejército portugués como reacción contra una dictadura que no podía conducir los destinos del país; pero además porque Portugal estaba hacía 12 años sumergido en una guerra colonial en África y estaba perdiendo. Doce años que implicaban una responsabilidad económica y un sacrificio político y humano indescriptibles. Cuando yo llegué, por ejemplo, todavía había, aunque las acciones bélicas estaban suspendidas, servicio militar y duraba 4 años.
M.H.: Estamos hablando de Angola, Mozambique y Guinea Bissau.
A.C.: Y Cabo Verde y Santo Tomé y Príncipe, pero las fundamentales eran esas y el conflicto más sangriento era el que se estaba desarrollando en Angola. El pronunciamiento militar tenía un objetivo limitado que era terminar con la dictadura y entablar un proceso de negociación con las colonias.
La cabeza visible, aunque no fue quien organizó el movimiento, de la Junta de salvación nacional que se proclama ese 24 de abril, pone a su frente un General que había sido retirado hacía pocos meses, el General Spínola que conducía la guerra colonial y que había llegado a la conclusión de que no podían ganarla y que lo mejor para los intereses del imperio era llegar a un acuerdo, formar una especie de Commonwealth con las colonias. Se hizo entonces el golpe militar muy bien coordinado, prácticamente no hay bajas.
M.H.: ¿Por qué se la llama “La revolución de los claveles”?
A.C.: El golpe militar se organizó de tal manera que sorprendió a las fuerzas oficialistas, ocupó completamente la ciudad y distribuyó tropas en posición de combate en todo el centro de Lisboa. Sistemáticamente por la radio tomada por los rebeldes, se llamaba a que la gente permaneciera en sus casas. Ocurrió lo opuesto, decenas de miles salieron a la calle, chicos, mujeres, estudiantes, gente de todas las edades salió a festejar que se había terminado la dictadura. Uno de los soldados que estaba en el centro de la ciudad, le pide a una vendedora de flores un cigarrillo y la muchacha le dice que no tiene, pero le regala un clavel y se lo coloca en el cañón de la ametralladora. Otro soldado que estaba con él le pidió uno y así todos los que estaban cerca. La gente agarró todos los claveles que encontró y los colocaron en las ametralladoras de los soldados. De ahí viene el nombre.
Y de ahí viene también el hecho de lo que comenzó como un movimiento militar se transformó en una revolución, en cuestión de horas. Lo primero que hizo la multitud luego de gritar y descargar la alegría, fue marchar a la sede de la policía política, muy odiada en Portugal, se llamaba PIDE para exigir la liberación de los presos políticos; había varias decenas. Es un edificio que hoy funciona como museo en Lisboa. Va la gente allí, rodean el lugar, es el único punto en el que hubo bajas porque los agentes de la policía política dispararon, las tropas del Ejército ocuparon el lugar y efectivamente la gente liberó a los presos políticos.
En un principio el gobierno había decidido liberar a unos pocos, pero los presos políticos se pusieron de acuerdo en que o salían todos o no salía ninguno, así que salieron todos. Este movimiento fue el 24 de abril, pocos días después se conmemoró el 1º de mayo, día internacional de las luchas obreras y se realizó un gran acto de masas en el que pudieron participar los partidos de izquierda que hasta entonces estaban proscriptos.
Reapareció el Partido Comunista que era la organización más fuerte que había resistido. La única en realidad. Regresó Alvaro Cunhal que su dirigente principal en el exilio. Aparece públicamente el Partido Socialista fundado pocos meses antes por un grupo de abogados entre los que descollaba la figura de Mario Soares y se hace un acto, que fue el más grande de la historia moderna de Portugal, se calcula que en un país que tenía aproximadamente 6 millones de habitantes, se movilizó un millón de personas. Y el impacto fue tal que efectivamente se produce inmediatamente un cambio de gobierno, se reemplaza al Primer Ministro inicial que era un político conservador que se llamaba Adelino da Palma Carlos y se constituye el segundo gobierno provisional que anuncia que se ha puesto en marcha un proceso revolucionario, se compromete a llamar a elecciones constituyentes relativamente pronto y a terminar con los abusos y restricciones herencia de la dictadura.
Más allá de las declaraciones lo significativo es que se puso en marcha un movimiento reivindicativo de masas descomunal. Ya el día 30 de abril previo a ese 1º de mayo comenzó un movimiento de ocupación de casas abandonadas que se llamó “comités de moradores”. Ocupaban las casas y las destinaban a gente sin casa o a locales comunitarios barriales.
M.H.: Es el proceso que abre el gobierno Vasco Gonçalves.
A.C.: Sí, hubo 5 gobiernos provisionales que se sucedieron hasta fines de 1976 y Vasco Gonçalves era el ala más radical, un General relativamente próximo al PC, que tenía trabajo en las FF AA desde antes, había oficiales afiliados secretos y otros muy relacionados con el partido.
En el primer gobierno que se forma después del 1º de mayo, en el que está Vasco Gonçalves como Primer Ministro, la figura institucional era un poco complicada, porque estaba el Presidente que era Spínola, un gobierno presidido por Gonçalves, un Consejo de Estado con personalidades y además estaba, no se sabía bien con qué funciones, los que verdaderamente controlaban el poder que era el llamado “Movimiento de las FF AA” (MFA). Un grupo de oficiales intermedios que había organizado la acción y que tenía el poder militar.
Después del 1º de mayo reorganizan toda la jerarquía militar, echan a muchos de los oficiales complicados con el Salazarismo y constituyen un comando operacional, que dirigía las guarniciones con efectiva capacidad militar por otro General , el mítico Otelo Saraiva de Carbalho. Así como Vasco Gonçalves estaba ligado al PC, Carbalho tenía más simpatías por algunos grupos de extrema izquierda.
El primer gobierno incluye representantes del PC, del PS y de un partido conservador que se conforma también en esa época, pero que en lugar de llamarse Partido Conservador se llamó Partido Social Demócrata, todos querían parecer una organizaciones de izquierda. Y un partido de extrema derecha.
Había representantes de todos los partidos, el del PC fue designado ministro de Trabajo. Y desde el ministerio de Trabajo se tuvo que enfrentar con una situación de intensa movilización porque después del 1º de mayo hubo un doble movimiento entre los trabajadores, por un lado todas las empresas formaron comités para llevar adelante el “saneamiento de las empresas” que consistía en identificar a todos los que habían sido colaboradores de la dictadura, soplones, agentes policiales, etc. y echarlos. Ese fue un movimiento que el gobierno tuvo que aceptar porque se hacían asambleas, se identificaba a los soplones y los iban echando. Les exigían a los directores de las fábricas que diesen la nómina de los colaboradores. Ese movimiento fue muy importante y junto con eso comenzó un movimiento huelguístico reclamando aumentos de salarios.
El más importante fue de los trabajadores de correos y los movimientos de la empresa de aeronavegación portuguesa que tenía a su frente a uno de los dirigentes sindicales más importantes de Portugal que se llamaba Santos Júnior, una especie de Tosco portugués. Un dirigente muy capaz, a la izquierda del PC, que había dirigido una gran huelga que incluyó ocupación de la fábrica y resistencia a la desocupación por parte de la policía un año antes del 24 de abril. Él había logrado escapar de Portugal, estaba en el exilio, regresó para el 1º de mayo y se reincorporó a la empresa.
M.H.: Un proceso que recuerdo estudiamos mucho antes de nuestra dictadura militar, mencionaste al Partido Socialista de los Trabajadores. Tengo una anécdota, porque las escuelas de cuadros de 1976 que se desarrollaron en el mes de marzo, tuvieron como eje principal la revolución de Portugal. Una de las compañeras que estaba encargada de los cursos era Nancy Espasandín, uruguaya, y un día volviendo de una esas escuelas en una quinta, unos diez días antes del golpe, nos agarró una pinza en la Gral. Paz y Nancy traía los materiales de la escuela de cuadros, seguramente incluyendo alguno de tus escritos y amagó ponerlos abajo del asiento y le dije que no, que los dejara sobre el asiento. Nos paran, veníamos con otro compañero de la Facultad de Derecho que manejaba. Los soldados nos preguntan de dónde veníamos, respondemos que de San Miguel, que habíamos ido a pasear con la compañera uruguaya, etc. Y nos preguntan ‘¿qué tienen debajo del asiento?’, y yo les respondo ‘nada’, ‘levántelo por favor’. Lo levantamos y efectivamente no había nada. ‘¿Y eso que tiene arriba del asiento?’. ‘Son papeles’, le contesto. Y se retiró. La dejamos a Nancy en Santa Fe y Oro, nos compramos una botella de whiskey y nos pusimos en pedo con el compañero porque nos salvamos 10 días antes del golpe de estar presos.
Qué años aquellos, recuerdo un 30 de abril de 1975 con los helicópteros partiendo de Saigón.
A.C.: Coincidió la derrota ignominiosa de los yanquis en Vietnam con un momento de radicalización de la revolución en Portugal. Casi al mismo tiempo. Saigón es tomada por el Vietcong en Abril de 1975 y poquito antes, en marzo, había habido un intento golpista de la derecha militar, concretamente de Spínola, que había sido desplazado del gobierno. Ese golpe es derrotado por la reacción del movimiento de masas que sale a la calle y por el dispositivo militar del MFA.
Inmediatamente después de este episodio que es casi en el mismo momento de la victoria del Vietcong en Vietnam del Sur, el MFA realiza una asamblea por primera vez más o menos pública y define oficialmente y formalmente que el MFA se compromete a dirigir el proceso revolucionario en un sentido socialista. Se define a favor del socialismo y poco después se firma un pacto del MFA con el Partido Socialista y con el Partido Comunista, no recuerdo si también el Social Demócrata y comienza el proceso que adoptó el nombre a partir de ese momento, ya no solo de revolución de los claveles, sino que pasó a denominarse “proceso revolucionario en curso” (PEC).
A partir de ahí hay un desarrollo de organismos de poder popular muy importantes, con la resistencia continua del PC que tenía más organización por abajo, pero era la barrera más inmediata. El PC puso todas sus fuerzas en la transformación de un organismo de coordinación que existía de antes de la revolución de abril, que se llamaba intersindical y transformarla en una central obrera única. Comienza a haber una lucha para definir si hay pluralidad o unicidad sindical.
El PC logra que el gobierno se pronuncie a favor de una central única, el Partido Socialista casi se retira del gobierno por causa de eso, pero lo que escapó al control del PC por abajo, fue un proceso irrefrenable de organización de comisiones de trabajadores que actuaban con mucha independencia y con reivindicaciones más radicales, que a su vez coinciden con el ala más de izquierda del MFA.
Empieza a haber un proceso de cada vez mayor radicalización, hay algunos momentos claves, uno de los decisivos fue que el gobierno había aceptado que se hiciesen maniobras en la costa de Portugal con participación de las fuerzas de la NATO incluyendo fuerzas americanas. Comienza a haber por parte de la extrema izquierda un movimiento reclamando que se anulasen esas maniobras militares que se consideraban una presión contra la radicalización de la revolución, el gobierno insiste en mantener esas maniobras y entonces intervienen los obreros de una de las concentraciones proletarias más grandes que había en la costa.
Había un inmenso astillero que era una de las industrias más grandes de Portugal en esa época. Tenía una marina mercante muy fuerte y había un astillero inmenso que ocupaba unos 10.000 trabajadores, la fábrica más numerosa de Portugal. Con una comisión muy radicalizada de trabajadores de izquierda. Desde allí se organiza una marcha hacia Lisboa para exigir que se cancelaran las maniobras militares. El gobierno prohíbe la manifestación y envía tropas para pararla y que no llegue a Lisboa. Se forma el cordón militar, la movilización insiste en avanzar, los oficiales dan orden de posición de tiro, los manifestantes comienzan a gritar “Los soldados son hijos del pueblo” y los soldados de ponen a llorar, bajan las armas y los oficiales deciden retirar la tropa y dejar que la movilización llegue a Lisboa con la participación activa de los soldados que supuestamente debían frenarla.
Lo cuento con bastante entusiasmo porque fue la última gran revolución que se inscribe plenamente en el horizonte de sentido que había abierto la Revolución Rusa en 1917, con organismos de poder dual, comisión de trabajadores, poco después empezó un proceso de reforma agraria muy importante en el centro y sur de Portugal.
Un proceso muy radical que finalmente fue detenido, porque en lo que se llamó el “verano caliente” de 1975, la extrema derecha vio que perdía el control de la situación, el PS se retira del gobierno e inició una campaña terrorista, hubo varios atentados destruyendo locales del PC, en el norte del país, donde la derecha era más fuerte hubo acciones anticomunistas muy violentas mientras que en el centro y sur del país el proceso era cada vez más radicalizado. En ese momento se especulaba con que la derecha se jugaría a un golpe militar, pero coincidentemente hubo un cambio en la embajada norteamericana, se designa como embajador a un viejo y tristemente conocido embajador que se llamaba Carlucci que había sido embajador en Chile durante el golpe de Pinochet.
Carlucci llega como embajador a Lisboa pero en cuanto toma contacto con la realidad hace un informe, que hoy es público y notorio, diciendo que en Portugal no hay condiciones para intentar un golpe de derecha porque no hay fuerzas militares que aseguren resultados, entonces hay que probar de otra manera. Y de hecho comienza un trabajo perfectamente concertado entre la embajada estadounidense, la socialdemocracia alemana que sostenía directamente al equipo del PS, a Mario Soares y Salgado Zenha. Sostenían material e ideológicamente al PS y actúan en consonancia con la embajada estadounidense para preparar lo que después en Latinoamérica definimos como “contrarrevolución democrática”, es decir, asfixiar la revolución, no con un golpe militar directamente sino contraponiéndole las instituciones democráticas formales para ir desmovilizando y generar las condiciones para crear una contraofensiva en el terreno económico social.
Eso fue lo que ocurrió a fines de 1975 después de varias provocaciones de la derecha y una vez que esta acción concertada de Carlucci y la socialdemocracia alemana y el sector moderado o de derecha del MFA, se constituye un grupo dentro del MFA que se denomina “La comisión de los 9” que formalmente se continuaba definiendo favorable al socialismo pero que era favorable a un socialismo democrático y en concertación con el PS comienzan a preparar el desplazamiento de Vasco Gonçalves y la liquidación del MFA.