Bogotá, 21 oct (Prensa Latina) Miles de indígenas de los pueblos originarios de Colombia decidieron retornar hoy a sus territorios en el Valle del Cauca, tras manifestarse durante varios días contra la gestión del presidente Iván Duque.
La minga, como se le conoce a la protesta masiva de los pueblos autóctonos, reclamó el fin de la violencia, la intensificación de la lucha contra la pobreza y el cumplimiento de los Acuerdos de Paz de 2016, suscritos por el Estado y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP).
Además, exigieron un trabajo mucho más efectivo en la lucha contra la pandemia de la Covid-19 (actualmente Colombia es el séptimo país con más casos positivos confirmados de SARS-CoV-2 en el planeta).
Estas manifestaciones, que tuvieron un carácter político y reivindicativo, centraron sus denuncias en la figura del presidente Duque, a quien culpan de mantener una actitud débil ante las masacres y los asesinatos de líderes y lideresas indígenas.
De hecho, los dirigentes de la minga exigieron infructuosamente un encuentro cara a cara con Duque, para expresarle sus reclamos de manera directa, sin intermediarios.
Ayer, durante las protestas, se le realizó un juicio político simbólico al presidente de la nación en la Plaza de Bolívar de esta capital.
Según relató la revista Semana, en principio, los integrantes de la minga decidieron salir desde Santander de Quilichao hasta Cali, capital del Valle del Cauca, un punto de encuentro con otros indígenas, con el propósito de encontrarse con Duque.
Dicho encuentro se vino abajo cuando el mandatario decidió enviar en su representación a la ministra del Interior, Alicia Arango.
Acto seguido, la minga rechazó ese encuentro y se desplazó rumbo a Bogotá, donde permaneció hasta hoy sin que Duque hiciera ni el menor intento por acercarse a los líderes del movimiento indígena.
De esa manera, la minga regresa a sus territorios, desde donde seguirá realizando sus reclamos por el cumplimiento de los Acuerdos de Paz y el cese de la violencia en sus territorios.
La minga fue pacífica y libre de vandalismo durante todo su recorrido, como se constató durante la cobertura del suceso, e incluso prefirió desligarse del paro nacional que estalló este miércoles para conservar su legado de no beligerancia.