Por Alejandro Bodart
Esta vez habrá internas en el Frente de Izquierda Unidad. En todo el país, vamos a competir dos listas. En mi caso, encabezo la lista a diputados nacionales por la Provincia, junto con Vilma Ripoll, versus la lista de Del Caño. En Capital va a primera diputada nacional nuestra joven dirigente feminista Cele Fierro y a primera legisladora la enfermera Carolina Cáceres, versus la lista de Bregman.
Desde ya, todo el FIT Unidad tenemos un programa en común, anticapitalista y socialista. Pero este debate no es de candidaturas: hay divergencias sobre qué proyecto de izquierda construir. Por ejemplo, la compañera que secunda a Del Caño rechazó públicamente la idea de sumar al frente a otros sectores de izquierda…
No, el sectarismo no va más. Desde el MST hicimos propuestas integradoras para las listas porque apostamos a trabajar por más unidad, no por menos. En nuestro frente y en toda la izquierda hace falta un cambio grande, una re-evolución para abrir un rumbo superador. Tampoco va más el hegemonismo de imponer pisos proscriptivos y que encabecen los mismos partidos, con sus mismas figuras, siempre, en todos lados. Es muy malo a dos puntas: impide sumar a otras fuerzas de izquierda e invisibiliza a integrantes del frente. Necesitamos una nueva cultura de izquierda, para que en un mismo marco podamos convivir los distintos matices y diferencias.
La izquierda tiene que modernizarse y ser capaz de integrar a referentes independientes, a los luchadores sindicales antiburocráticos y al activismo social, feminista y disidente, ambiental, de derechos humanos, que comparta nuestro programa de izquierda. Para que sean protagonistas, opinen y decidan. Incluso animarse a pensar en un movimiento político amplio, con libertad de tendencias. Es decir, superar el rol de izquierda testimonial y no conformarse sólo con un par de bancas, lo cual es valioso pero no alcanza si queremos una izquierda fuerte para intervenir en cada lucha social y para que crezca como una opción de peso.
América Latina nos marca que vamos a tiempos de más conflictividad y polarización social y política. Y nuestro país no es una isla. Ya en la reciente elección en Jujuy superamos al PJ en la capital y ganamos en ciudades obreras como Palpalá. Hay que prepararse entonces para más crisis, cambios bruscos e incluso nuevos 2001, porque vendrán. Por eso es preciso debatir qué proyecto de izquierda hace falta, como única fuerza política dispuesta a tocar los privilegios del capital.
Nuestro proyecto es el de una izquierda no sectaria ni dogmática, más firme, más audaz frente a las dos fuerzas del sistema, que avance como alternativa y se postule para gobernar. La crisis nos pone ante un doble desafío: proponer medidas anticapitalistas y, a la vez, convocar a los millones de trabajadores, mujeres y jóvenes que día a día se decepcionan ante este gobierno, que amaga pero siempre termina arrugando frente a los poderosos.
Ante las internas del FIT Unidad, estas son las opciones en debate.
Alejandro Bodart es dirigente del MST en el FIT Unidad