Un escrito presentado por el abogado Fernando Sicilia apeló la confirmación de los procesamientos de los ex espías Leandro Araque y Facundo Melo.
Por Néstor Espósito @nestoresposito
El abogado de dos de los agentes de inteligencia contratados por la AFI de Cambiemos a quienes ahora dos camaristas de Comodoro Py consideraron “cuentapropistas” ratificó que –lejos de esa hipótesis- actuaron por órdenes de la conducción de la central de espías, Gustavo Arribas y Silvia Majdalani.
“Pareciera que los Jueces (se refiere a los camaristas federales Mariano Llorens y Pablo Bertuzzi) no han tomado ni valorado todas estas circunstancias en su conjunto, siendo que existe, en apariencia un plan sistemático planificado desde las más altas esferas del gobierno de Mauricio Macri”, sostiene el escrito con el que el abogado Fernando Sicilia apeló la confirmación de los procesamientos de los ex espías Leandro Araque y Facundo Melo.
Sicilia insistió con que la causa en la que se investiga el espionaje ilegal durante el gobierno de Cambiemos es “de dudosa legalidad” desde su origen. Mas, en ese contexto, la decisión de la Cámara Federal porteña, que desprocesó a Arribas y Majdalani, “resultó totalmente auto contradictoria, ya que en momentos utiliza las palabras ‘acuerdo, voluntad’, para a renglón seguido decir que los agentes ‘recibían órdenes, que las maniobras eran ordenadas’”.
“El fallo atacado resulta totalmente arbitrario, al tratar de ‘cuentapropistas’ a mis asistidos. Podemos observar cómo se acumulan las causas en cabeza de quienes fueron los superiores jerárquicos de la AFI, sino que hasta se han publicado videos en donde se ve a funcionarios de alto rango de la mencionada agencia, junto a dirigentes políticos y empresarios con el fin de ‘armar’ causas, utilizando para ello a los más bajos escalafones de dicha institución”.
La defensa de Melo y Araque identificó a los responsables del espionaje ilegal: “los directores de la AFI, como así también los responsables del área de Jurídicos de la misma Agencia, que a la postre, eran los que tenían el verdadero poder de toma de decisiones”.
“Sostener que un pequeño grupo de agentes, del más bajo escalafón, actuaron por causa propia, resulta un tanto complejo de comprender”, insistió la apelación, de medio centenar de páginas.
“La prueba en un proceso penal debe tener una existencia objetiva y un correlato en las constancias procesales documentadas en la causa, haber sido válidamente incorporadas de conformidad con las normas que la regulan, excluyéndose la practicada sin las garantías procesales esenciales, y abastecer suficiente y lógicamente el discurso jurisdiccional. Nada de esto ocurre en la causa de marras, en donde la Sala hace caso omiso a las pretensiones de las partes y también pasa por alto las serias falencias que tiene”.
El abogado Sicilia recordó que “todas las otras causas relativas al espionaje, que hoy tramitan en esta Capital Federal, tienen a los que tomaban las decisiones sobre la política de inteligencia nacional procesados, incluso al ex presidente de la Nación, Mauricio Macri”. El ex jefe de Estado fue procesado por el juez federal de Dolores, Martín Bava, quien la semana pasada se desprendió del expediente y lo envió también a Comodoro Py 2002.
“No se entiende cómo Melo y Araque también querrían ‘influir’ en la vida de los familiares de las víctimas del Submarino San Juan o en la causa del Proyecto AMBA”, se planteó el abogado defensor.
“Está claro que mis defendidos, como lo expliqué más de veinte veces, cumplieron órdenes funcionales de su superior jerárquico, que a su vez indicaba que las órdenes provenían de las más altas esferas de la Agencia. Pretenden decirnos los jueces que ‘…primaba un desorden que era aprovechado para llevar adelante planes delictivos puntuales…’. Y ello, a medida que avanza el tiempo, aparece como hilarante, siendo que existe un video (que vimos en todos los canales del país) donde se ve al cuñado de la vice directora, al Director de Jurídicos y otras cabezas más, sentados en una institución pública como el Banco Provincia, junto con empresarios y ministros, haciendo que la historia de los ‘cuentapropistas’, sea un mal chiste”.
Sicilia aseguró: “de ninguna manera mis asistidos tenían conocimiento (ni siquiera se lo pudieron representar) de que las actividades de inteligencia que les ordenaban eran ilegales”.