Los días 5, 6 y 7 de agosto se llevó a cabo una nueva edición de la Feria de Editores (FED) en el complejo Art Media, en el barrio porteño de Chacarita. Santiago Kahn, editor y responsable de la editorial La Parte Maldita pasó por el programa radial Hora Libre de La Retaguardia. Allí habló acerca de la historia de la feria, el hábito de la lectura y el universo editorial independiente.
Entrevista: Natacha Bianchi / Rodrigo Ferreiro. Redacción: Gabriela Suárez López. Edición: Diego Adur / Pedro Ramírez Otero. Foto de portada: Gabriela Suárez López / La Retaguardia.
Como parte de un movimiento que presenta características particulares, podríamos pensar que en la Feria de Editores (FED) se ven cumplidos algunos sueños colectivos como el acceso a la lectura plural y diversa y, al mismo tiempo, el desarrollo de las editoriales comunitarias, alternativas e independientes. Por un lado, el fomento a la actividad editorial autogestiva que propone otra organización, articulación y financiamiento de las editoriales, desde sus economías hasta sus catálogos. Por otro lado, un abanico temático y artístico abierto, vinculado a las posibilidades, demandas e interrogantes que surgen conforme va cambiando el mundo y también la sociedad, en este caso, argentina.
En la 11ª edición de la FED, el editor Santiago Khan reflexionó: “Este es un evento que fue creciendo año a año. Había comenzado en lo que era el bar de La Tribu hace más de 10 años y fue creciendo de a poquito. Después, por medio del boca a boca, se fueron sumando más editores y más público que venía. También se diferencia de la Feria del Libro de Buenos Aires, que suele ser un evento en el que hay stands más tradicionales y están las editoriales multinacionales; acá quienes atienden en el puesto son los mismos editores, son editoriales independientes. Nos conocemos las caras los que estamos detrás de los libros y también se da el contacto con autores o autoras que quieren publicar”.
Justamente la distancia con respecto a la Feria del Libro de Buenos Aires está marcada desde el inicio. Lo dejó en claro, por ejemplo, el discurso de apertura de Guillermo Saccomanno en la última edición del evento, quién realizó una dura crítica a la organización, las grandes editoriales, el mercado del papel, el rol y honorario del escritor, entre otros temas. En la Feria de Editores el clima es otro, el modo de creación en el mundo editorial independiente propone una organización alternativa a las grandes empresas editoriales. Fiesta, comunidad, cooperación, conexión, federalización, son algunas de las palabras que emergen para describir a este movimiento que se fue forjando de a poco y en esta edición tuvo un nuevo récord: “Este año participan más de 250 editoriales, que es un montón, y muchas veces a las editoriales independientes las caracteriza que son a una pequeña escala, que tienen menos cantidad de títulos que publican por año y que muchas veces es el tema, el recorte y el acercamiento que hacen a las obras. Tenés editoriales que publican poesía, editoriales que publican teatro, editoriales que publican historieta y si pensamos en la lógica más industrial mainstream, ahí tenés Random o Planeta que publican todo eso junto. Bueno, acá hay pequeñas editoriales que son de distintos temas, de distintos intereses y de distintas provincias y ciudades. Eso es otra cosa muy interesante que se da acá. También hay muchas editoriales de las provincias y este año hubo un programa del Ministerio de Cultura por el cual se podían presentar editoriales que estuvieran a más de 300 km de Buenos Aires para conseguir un subsidio y poder participar , agregó Khan.
Respecto a la historia de la FED, que tiene entrada libre y gratuita, Santiago Khan recordó: “Acá la promovieron y desarrollaron desde Ediciones Godot, que es una editorial independiente, y a partir de ahí se fue armando un grupo de gente. Tienen mucho feedback de las distintas editoriales que participamos y hay constantemente encuentros y formas de intercambio para pensar qué cosas estuvieron buenas y qué cosas no. Muchos lectores y lectoras que ya tienen incorporado el hábito de la lectura se van interesando en estas editoriales que quizás no leerían, De repente vienen, se interesan y siguen buscando. Además, los libreros y las libreras del país no ven una competencia desleal con lo que venden día a día y vienen a comprar libros acá, con descuentos especiales para las librerías y también para ser parte de este mismo movimiento que se arma. Al mismo momento, si nos va bien a las editoriales y a las librerías nos favorece a todes, que sea como una cosa colectiva”.
En la Feria del Libro de Buenos Aires pueden ver que, por ejemplo, se vende muchísimo, pero también hay un montón de cosas que no son libros. Hay stands de cosas que no tienen nada que ver, en un lugar bastante polémico como es La Rural, y tienen otros objetivos que no son solamente vender libros o al menos no de la manera en que habitualmente pasa en este tipo de eventos“.
El editor de La Parte Maldita también se refirió a la relación entre la pandemia, el hábito de la lectura y el mundo editorial independiente: “La pandemia fue horrible desde lo social, económico y humano, pero a nivel de la difusión y la venta de libros fue muy buena. Todas las restricciones para la circulación jugaron a favor de que mucha gente se quedara en su casa, que laburara desde su casa. Quienes tuvieron el privilegio de seguir cobrando un sueldo y poder laburar desde su casa modificaron sus consumos y muchos y muchas los derivaron al libro y algo de eso quedó, ese hábito recuperado de la lectura y pensar en una alternativa para los consumos culturales de leer. Quedó y eso generó una ola muy importante, a las librerías les fue bien”.
Sin romantizar la situación de las editoriales independientes y con una mirada desde la economía sobre la gestión editorial, Khan agregó: “Lo que nos suele ocurrir es que hay cuestiones que a veces van en contramano, como que haya más gente leyendo o gente que volvió a retomar el hábito de lectura o volvió a comprar libros, con variables macroeconómicas que te hacen pelota como el dólar. Tenemos una economía que es bastante precarizadora en general, pero que estornuda el dólar y todos los costos nuestros para imprimir un libro se van al cielo y muchas veces no está estrictamente conectado con las variables como por ejemplo el papel, ya que el precio del papel está en precio dólar porque se exporta”.
Sobre el libro como objeto, los precios y los deseos de lectura: “La gente que consume libros, quienes leemos libros y consumimos libros, no dejamos de leer nunca, pero capaz hacemos una sustitución de lectura. Invertir en libros siempre es una buena opción, hay de todos los precios, de todos los colores y ojalá que se copen y encuentren lo que buscan,” concluyó Khan.
Fuente: https://laretaguardia.com.ar/2022/08/fed-2022-crear-otro-mundo-posible-a-traves-del-libro.html