Lo que ha demostrado la derecha peruana en el primer año de gobierno de Pedro Castillo es que su fin es asaltar el poder por las buenas o por las malas, que no cree en la democracia ni en los consensos y menos aún en la concertación con otras expresiones políticas.
Por Mariana Álvarez Orellana.
La derecha peruana persiste en desconocer al presidente electo democráticamente. Castillo denunció que “hay plan mediático” que apunta a tomar el poder ilegal e inconstitucionalmente, tras denunciar el “allanamiento ilegal” en Palacio de gobierno el martes último, avalado por un juez cuando coincidentemente se solicitaba su inhabilitación por cinco años en el Congreso.
Si algo resulta relevante de los resultados de la última votación en el Congreso es la absoluta imposibilidad de alcanzar los 87 votos que necesitan para vacar al presidente Pedro Castillo: solo alcanzaron 55 votos en el segundo intento de vacancia y recientemente sumaron 67 votos para impedir que Castillo viajara a Colombia a la transmisión de mando del presidente Gustavo Petro.
Castillo indicó que ha buscado el diálogo, pero ha recibido como respuesta la vacancia, destitución, inhabilitación y renuncia. Añadió que los que buscan eso son los mismos que desconocieron el proceso electoral y que acudieron a organismos internacionales. Es evidente que hay una “confabulación entre una parte del Congreso, la fiscalía y la prensa”, señaló el mandatario.
“Se hacen muchas fintas, shows mediáticos para decir que en Palacio de Gobierno hay una familia enlodada con la corrupción. Ha pasado más de un año y no lo pueden demostrar, ese es su agenda, que continúen. Nosotros seguiremos trabajando por el Perú”, sentenció, tras anunciar que habrá marchas de organizaciones sociales de diversas regiones del país hacia la ciudad de Lima y pidió a los organizadores de dichas movilizaciones mantener el orden,
Mientras, los embajadores Manuel Rodríguez Cuadros y Harold Forsyth renunciaron a sus cargos –ante el presidente y no ante la Cancillería- como representantes permanentes ante Naciones Unidas y la Organización de los Estados Americanos (OEA), respectivamente, por el nombramiento de Miguel Rodríguez Mackay como canciller. La 52 Asamblea General de la OEA se realizará en Lima del 5 al 7 de octubre.
Asalto a la Casa de Gobierno
La Fiscalía y la División de Investigación de delitos de Alta Complejidad (Diviac) de la Policía Nacional no encontraron en Palacio de Gobierno lo que supuestamente buscaban, a la cuñada del presidente Pedro Castillo, Yenifer Paredes, quien tenía una orden de detención.
Yenifer Paredes es investigada por la fiscalía luego de que el programa televisivo dominical Cuarto Poder difundiera un video en el que supuestamente se le observa ofreciendo una obra de saneamiento a los pobladores de la comunidad de la Succha.
Lo curioso es que Paredes, acudió el pasado 19 de julio a la sede del Ministerio Público para ser interrogada en el marco de la investigación que se le sigue por un presunto tráfico de influencias en agravio del Estado. Finalmente, Yenifer Paredes, se entregó a la Fiscalía de la Nación luego de pasar más de doce horas en condición de prófuga de la justicia.
Los inalcanzables 87
Castillo indicó que han buscado el diálogo, sin embargo ha recibido como respuesta la vacancia, destitución, inhabilitación y renuncia. Añadió que los que buscan eso son los mismos que desconocieron el proceso electoral y que acudieron a los organismos internacionales, e hizo un llamado a las fuerzas democráticas a unirse en defensa del estado de derecho, el orden democrático y la voluntad popular.
Si algo resulta relevante de los resultados de la última votación en el Congreso de la República es la absoluta imposibilidad de alcanzar los 87 votos que necesitan para vacar al presidente Pedro Castillo, solo alcanzaron 55 votos en el segundo intento de vacancia; y, recientemente han obtenido 67 votos para impedir que Castillo viaje a Colombia a la transmisión de mando del presidente Gustavo Petro.
Antes, todas las bancadas de las derechas solo alcanzaron 73 votos para elegir la Mesa Directiva del Congreso. Los 87 votos de mayoría absoluta aparecen como algo lejano. Insisten en los medios hegemónicos que Castillo está a punto de caer, pero se equivocan.
En la explicación del fracaso de la derecha en destituir a Castillo, las respuestas son varias y coinciden solo en responsabilizan a otros y al propio mandatario. También acusan a los caviares (miembros de izquierda política, de posición socioeconómica acomodada), y a la cobardía de los parlamentarios que no votan por la destitución.
La ultraderecha fujimorista ya no confía en nadie. “La derecha – dice el sicólogo derechista y columnista Ricardo Vásquez Kunze – son como un zapato desamarrado con el peligro constante de enredarse en los cordones y darse un traspiés… son incapaces de llegar a un consenso”. Ante tanto fracaso, no han abandonado la tesis del golpe militar.
Pero la realidad es que carecen de fuerza y de capacidad para ello, entonces están apelando a otros mecanismos, cada cual más alucinante. Desde las filas de la derecha moderada ven tres peligros de caer Castillo: que los caviares se hagan del poder; que el Congreso finalmente destituya a Castillo pero que su reemplazo sea la presidenta del Legislativo Lady Camones y que la izquierda se haga del poder mediante la algarada de las movilizaciones.
Desde los medios, los moderados insisten que la mejor opción sigue siendo dejar a Castillo donde está hasta que se pueda ver más claro y sofocar todo intento de violencia en las calles. Hay otros soñadores que conservan la esperanza de que Castillo se vaya por las buenas, porque hasta ahora las malas fracasaron.
Toda la derecha conservadora y recalcitrante (dentro y fuera del Congreso) sigue sin comprender que está totalmente aislada y desconectada de la realidad política y social, y por eso sigue soñando en el golpe de Estado y hasta propone ocho puntos básicos que debiera cumplir un “gobierno de transición”, con el único fin de eliminar ocho enemigos.
Todo estas elucubraciones y planes de la derecha es mera constatación del poco apego y respeto que tienen por la democracia y por los procedimientos democráticos para llegar al gobierno.
Lo vienen intentando desde la caída del dictador Alberto Fujimori. Intentaron vacar a Alejandro Toledo, a Ollanta Humala, por las mismas razones que hoy quieren vacar a Castillo; lo hicieron con Pedro Pablo Kuczinsky primero y luego con Vizcarra, en ambos casos lograron su cometido, pero no triunfaron, recuerda Víctor Caballero.
Mariana Álvarez Orellana es antropóloga, docente e investigadora peruana, analista asociada al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)