Datos del Sistema de Alerta de Deforestación (SAD) del Instituto del Hombre y del Medio Ambiente de la Amazonía (Imazon) indican que la selva amazónica brasileña perdió 10 mil km² de bosque entre enero y octubre de 2022, el equivalente a seis veces la ciudad de São Paulo.
Esta es la segunda peor marca que registra Imazon en 15 años, solo un 0,5% inferior al acumulado en el mismo periodo de 2021, cuando se batió el récord histórico.
El estado brasileño campeón en términos de destrucción fue Pará, que deforestó 351 km² en octubre. Imazon advierte que la deforestación invadió áreas protegidas en el estado, donde se encuentran siete de las diez unidades de conservación y cuatro de los diez territorios indígenas más deforestados en octubre.
Casi la mitad de la deforestación registrada en Tierras Indígenas (TI) en la Amazonía ocurrió en la TI Apyterewa (Pará), habitada por 800 indígenas Parakanã. El pueblo es víctima de los acaparadores de tierras y de la expansión de la ganadería ilegal.
Además, la devastación se acerca al norte de Pará, donde se encuentra el bloque de áreas protegidas más grande del mundo. Entre ellas, la Selva Estadual de Paru, que ocupó el 5º lugar en el ranking de las unidades de conservación más deforestadas de la Amazonía brasileña.
“Estamos viendo avanzar el acaparamiento de tierras y la minería ilegal en el territorio, poniendo en riesgo el extractivismo de la castaña de Brasil y el manejo forestal, prácticas sostenibles. Además del árbol más grande de la Amazonía, la Selva de Paru también tiene varias especies endémicas, como se llaman las que solo existen en una determinada región”, afirmó Jakeline Pereira, investigadora de Imazon y asesora en la Selva de Paru.
Fuente: Murilo Pajolla – Brasil de Fato