El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, defendió este viernes, dos días antes de dejar el poder, las protestas de sus seguidores que piden al Ejército un golpe de Estado para evitar la asunción del mandatario electo, Luiz Inácio Lula da Silva, aunque aseguró que no es el líder de estos movimientos.
Con información de Télam y Metrópoles. “La protesta es pacífica, siguiendo la ley, tiene que ser respetada. Siempre estaré actuando dentro de la Constitución”, aseguró Bolsonaro durante un discurso en las redes sociales, en el cual volvió a acusar de “parcial” a la justicia electoral por su rol durante la campaña que culminó con la victoria de Lula en el balotaje del 30 de octubre por 50,9% a 49,1%.
Después de dos meses sin realizar sus transmisiones semanales en vivo, Bolsonaro hizo un streaming para hacer un balance de su gestión. Desde que fue derrotado en las elecciones de este año, adoptó una agenda recluida, con pocos compromisos oficiales y escasas apariciones públicas.
Este viernes, en el último streaming directo de su mandato, Bolsonaro dijo que la elección de permanecer en silencio tenía la intención de “no molestar”. Sin embargo, negó haber alentado los actos que, según él, “no había nadie coordinando”.
“Una masa de gente en la calle, protestando desde el día siguiente al resultado electoral. Y esa masa fue al cuartel. Yo no participé en ese movimiento. Me retiré. Creía y sigo creyendo que hice lo correcto al no hablar de ello para no alborotarlo más”, declaró.
“La prensa siempre está deseando sacar una palabra mía equivocada o una frase fuera de contexto para criticarme. Lo que ocurrió en todo Brasil fue una manifestación del pueblo, que no tenía liderazgo. No había nadie coordinando y diciendo que es el líder del movimiento. Protesta pacífica y ordenada, y respetando la ley”, añadió Bolsonaro.
Enojo con militares por no dar un golpe de Estado
Más allá de sus últimas declaraciones, el portal Metrópoles reportó que el aún presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, estaría decepcionado y dolido con los máximos responsables de las Fuerzas Armadas por no haber apoyado públicamente a quienes desde su derrota en las urnas se apelotonan a las puertas de los cuarteles exigiendo un intervención militar de las instituciones.
Con quien estaría más enfadado, según Metrópoles, es con el general Walter Braga Netto, quien en estas elecciones partía como su candidato a vicepresidente, ya que le habría prometido que lograría convencer a las Fuerzas Armadas para invocar el Artículo 142 y dar un golpe de Estado.
En ese sentido, Braga Netto habría estado incluso dando posibles plazos a Bolsonaro de cuándo los militares cumplirían con los deseos de los miles de personas que han estado protagonizando bloqueos y violentas protestas desde que Luiz Inácio Lula da Silva venció el pasado 30 de octubre.
Si bien esas movilizaciones aún continúan, las últimas que tuvieron lugar en Brasilia hace una semana con motivo de la entrega de las credenciales a Lula por parte del Tribunal Superior Electoral (TSE), dejaron varios vehículos y mobiliario incendiado e incluso intentos de tomar una sede de la Policía Federal.
Como consecuencia de aquello, el Tribunal Supremo ordenó llevar a cabo un centenar de operativos contra los sospechosos de instigar y participar en aquellas movilizaciones antidemocráticas, llegando incluso a requisar varias armas de fuego. Entre los objetivos estaban algunos políticos cercanos a Bolsonaro.