EE UU: se suman más trabajadores a la huelga automotriz

EE UU: se suman más trabajadores a la huelga automotriz

United Auto Workers (UAW) members strike at a General Motors assembly plant that builds the U.S. automaker’s full-size sport utility vehicles, in another expansion of the strike in Arlington, Texas, U.S. October 24, 2023. REUTERS/James Breeden

Mario Hernandez

Primero fue Ford, luego Stellantis, y ahora una fábrica de General Motors se ha sumado a la creciente lista de plantas sumamente rentables en las que el sindicato United Auto Workers se ha declarado en huelga.

 

El martes, unos 5.000 trabajadores se declararon en huelga en la planta de GM en Arlington, Texas, en donde se fabrican las grandes camionetas SUV de alto margen como la Chevrolet Tahoe y la Cadillac Escalade.

Las huelgas en Texas, así como en la planta más grande de Ford a nivel mundial ubicada en Louisville, Kentucky, y una planta de Stellantis que fabrica las lucrativas camionetas Ram en Michigan, tienen el objetivo de que hacer que las compañías se dobleguen ante las demandas del sindicato de otorgar mejores salarios y prestaciones de lo que las compañías han ofrecido hasta ahora.

Pero al juzgar por los comunicados que han salido de Detroit, las compañías se encuentran en el límite, o cerca de él, en torno a qué tanto están dispuestas a ceder para poner fin a una serie de huelgas que ahora involucran a 46.000 trabajadores y que empezaron el 15 de septiembre. Alrededor del 32% de los 146.000 miembros del sindicato de las compañías están en huelga, y las automotrices estás despidiendo a trabajadores de otras plantas a medida que la escasez de piezas se extiende en cascada por sus sistemas.

Al dar a conocer la huelga en Arlington, el presidente del UAW, Shawn Fain, señaló que a pesar de que GM reportó sólidas ganancias el martes, su oferta al sindicato era inferior a la de Ford, manteniendo una estructura salarial de dos niveles con la oferta de contribución al plan de jubilación 401(k) más baja entre las tres automotrices.

“Es momento de que los trabajadores de GM, y toda la clase trabajadora, reciban lo que les corresponde”, afirmó Fain.

Pero la directora general de GM, Mary Barra, comentó a los inversionistas durante la llamada de ingresos de la compañía que la automotriz ha presentado una oferta récord y no firmará ningún contrato que ponga en peligro el futuro de la empresa.

“No aceptaremos un contrato que no sea responsable para nuestros empleados y accionistas”, dijo. “Tenemos que asegurarnos de tener un contrato que nos va a permitir competir y ganar en lo que es un mercado desafiante para los vehículos eléctricos y también nos permita apoyar el negocio que tenemos con fuertes márgenes en nuestro sector (de motores de combustión interna)”.

Sindicato automotriz de EEUU añade otra fábrica a su huelga

 

El sindicato de las grandes empresas automotrices de Estados Unidos intensificó el lunes su huelga contra las compañías, al añadir otra fábrica a su medida de protesta.

El sindicato United Auto Workers agregó a la huelga una fábrica de camiones pickup Ram, de la compañía Stellantis.

Unos 6.800 trabajadores sindicalizados abandonaron sus puestos el lunes en la fábrica ubicada en Sterling Heights, Michigan, indicó el sindicato.

La medida ocurre apenas tres días después de que el líder sindical Shawn Fain reportó progreso en las negociaciones con General Motors y Stellantis, aunque añadió que las compañías deben hacer ofertas mejores. No se reportaron avances con Ford, que la semana pasada dijo haber presentado la mejor oferta de las tres.

El sindicato se fue a la huelga el 15 de septiembre, inicialmente en una fábrica de cada compañía. Actualmente hay unos 40.000 trabajadores, de las tres compañías, en huelga. Los paros, que ya van por su sexta semana, afectan a siete plantas de montaje y 38 almacenes de repuestos.

En su comunicado, el sindicato dijo que las ofertas de Stellantis —formada en la fusión de 2021 de Fiat Chrysler y el grupo francés PSA— van por detrás de Ford y GM a pesar de que el fabricante de automóviles tiene la mayor cantidad de ingresos y ganancias de los tres.

Stellantis tiene la peor oferta en cuanto a aumentos de salarios, pago a empleados temporales, conversión de trabajadores temporales a tiempo completo y otras cuestiones, dijo el sindicato.

El viernes, Fain dijo que Stellantis y GM habían hecho ofertas salariales que igualaban el 23% de Ford durante la vigencia de un contrato de cuatro años. Pero el presidente del sindicato, con su característico tono brusco, insistió en que las empresas pueden ir más allá.

“A nosotros nos quedan cartas por jugar y a ellos les queda dinero para gastar”, dijo Fain.

La huelga empieza a pasar factura a General Motors

 

La huelga del motor de Estados Unidos contra los Tres Grandes de Detroit ya pasa factura a los fabricantes de automóviles. Aunque el paro comenzó a mitad de septiembre y lo hizo de forma escalonada, las cuentas que ha presentado este martes General Motors (GM) reflejan el primer impacto del conflicto. Tras un espectacular segundo trimestre, el crecimiento de las ventas se ha frenado y el beneficio cae por diversos factores, entre ellos la huelga, que en ese periodo le supuso un coste extra de 200 millones de dólares y que ya deja una factura acumulada de 800 millones de dólares en seis semanas. Y el conflicto no amaina. Este mismo martes, el sindicato ha llamado a la huelga a otra fábrica de GM en Texas.

La compañía ha anunciado que ganó 3.064 millones de dólares (unos 2.880 millones de euros al tipo de cambio actual) en el tercer trimestre del año, un 7,3% menos que en el mismo periodo del año pasado, según ha comunicado la empresa. Ese beneficio, que equivale a 2,28 dólares por acción, supera las expectativas de Wall Street, donde las previsiones eran de una caída mayor, hasta 1,84 euros por título. Las ventas, por su parte, crecieron un 5,4%, hasta 44.131 millones de dólares, por encima también de las previsiones. En el acumulado de nueve meses, el beneficio aún crece un 1,1%, hasta 8.026 millones, mientras que las ventas aumentan un 13,4%, hasta 128.863 millones de dólares.

General Motors se está beneficiando de la fortaleza de la demanda y la subida de los precios de los coches. Aunque la huelga ha comenzado a tener efecto, la compañía contaba con remanentes que le han permitido cerrar el trimestre sin problemas de existencias.

La incertidumbre que supone la evolución de la huelga ha provocado que el grupo haya retirado su previsión de resultados para el conjunto del año, que apuntaban a un beneficio bruto operativo de 12.000 a 14.000 millones en el conjunto del año. La empresa actualizará sus previsiones una vez que haya acuerdo sobre el convenio colectivo. Su director financiero, Paul Jacobson, ha señalado que el coste acumulado en las seis semanas de conflicto es ya de 800 millones de dólares y que en la actualidad, al haberse extendido a más fábricas, tiene un impacto de 200 millones semanales.

La consejera delegada, Mary Barra, ha señalado en una carta a los accionistas que GM necesita un acuerdo que permita a la empresa mantener unos objetivos de margen de beneficio ajustado del 8-10% en Norteamérica. “Aceptar unos costes insosteniblemente elevados pondría en peligro nuestro futuro y los puestos de trabajo de los miembros del equipo de GM, y poner en peligro nuestro futuro es algo que no voy a hacer”, ha afirmado. “La oferta actual es la más importante que GM ha propuesto nunca a la UAW, y la mayoría de nuestros trabajadores ganarán 40,39 dólares por hora, es decir, unos 84.000 dólares al año al final de la vigencia de este acuerdo”, argumenta.

Según la última información difundida por el sindicato, General Motors está ofreciendo una subida salarial del 23% en cuatro años que el sindicato aún considera insuficiente. La compañía se ha mostrado dispuesta a acortar de ocho a tres años el periodo de progresión dentro de la doble escala salarial de la compañía, pero quiere que en el caso de los nuevos contratos sea de cuatro años, algo que la Ubited Auto Workers (UAW) rechaza de plano. En cuanto a las compensaciones por el coste de la vida, faltan solo unos flecos para llegar a un acuerdo. Se están negociando restricciones a la contratación temporal y las compañías han reconocido también por primera vez una baja parental pagada de dos semanas y un festivo adicional, el 19 de junio, Juneteenth. Tampoco se ha alcanzado aún un acuerdo sobre las pensiones.

La huelga del motor empezó el 15 de septiembre y afecta por primera vez de forma simultánea a General Motors, Ford y Stellantis. En el caso de GM, la primera planta en parar fue la de Wentzville (Misuri), que fabrica el GMC Canyon y el Colorado. La semana siguiente, el líder del sindicato UAW, Shawn Fain, llamó a plantarse a cerca de otros 6.000 trabajadores de 28 centros de distribución de Stellantis y GM repartidos por 20 estados. El viernes 29 de septiembre, el líder sindical convocó a la huelga a 7.000 trabajadores adicionales de la UAW en dos plantas, entre ellas la de Lansing Delta de GM en Lansing (Michigan), que monta el Buick Enclave y el Chevrolet Traverse. Y este mismo martes, el sindicato ha ampliado la huelga a los 5.000 trabajadores de la planta de montaje de Arlington (Texas), de donde salen algunos de sus modelos más rentables, como el Chevrolet Tahoe y Suburban, Cadillac Escalade y GMC Yukon.

Freno al coche eléctrico

GM también ha comunicado que retrasará los planes relacionados con su negocio de vehículos eléctricos. “Estamos moderando la aceleración de la producción de vehículos eléctricos en Norteamérica para proteger nuestros precios, ajustarnos a un crecimiento más lento de la demanda a corto plazo y aplicar mejoras de eficiencia de ingeniería y de otro tipo que harán que nuestros vehículos sean menos costosos de producir y más rentables”, ha indicado Mary Barra en su carta.

La compañía ha decidido posponer un año la apertura de su planta de camionetas eléctricas en Orion, Michigan, a las afueras de Detroit, hasta 2025, desplazando a ese año inversiones por importe de 1.500 millones de dólares. Eso implica renunciar al objetivo de vender 400.000 vehículos eléctricos el próximo año. La compañía seguirá fabricando sus modelos eléctricos del Chevrolet Silverado y GMC Sierra junto con el Hummer eléctrico en una planta en Detroit, pero no añadirá nueva producción hasta que realice mejoras en los camiones que aumenten su rentabilidad.

Ford llega a un acuerdo con el sindicato UAW

Primer acuerdo en la huelga del motor de Estados Unidos. Según ha anunciado el sindicato UAW, sus negociadores han llegado a un principio de acuerdo para el convenio colectivo para los próximos cuatro años que permite poner fin a un histórico conflicto laboral. El acuerdo, que aún debe ser ratificado por los trabajadores, mete más presión a los negociadores de General Motors y Stellantis para pactar también las nuevas condiciones laborales. El acuerdo es un triunfo para el líder del sindicato, Shawn Fain, que ha logrado con su estrategia fuertes subidas de sueldos y otras mejoras de las condiciones para los trabajadores.

Ford cuenta con unos 57.000 trabajadores afiliados al sindicato UAW. Solo una pequeña parte de ellos se ha sumado a la huelga, dada la estrategia progresiva de Fain, que ha convocado a los paros solo a algunos centros de trabajo y se reservaba la posibilidad de ir aumentando la presión con nuevas fábricas. La estrategia tradicional del sindicato era elegir una compañía como objetivo de huelga y cuando llegaba a un acuerdo, exigir al resto que igualasen sus condiciones. Fain ha preferido golpear a las tres con una estrategia de palo y zanahoria para ir haciendo avanzar las negociaciones. Además, ha conseguido que la opinión pública apoye la huelga y hasta que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, se sumase por unos minutos a un piquete.

Ante la presión que implicaba tener tres fábricas paralizadas, Ford ha elevado su oferta a los trabajadores. Según el sindicato, el acuerdo concede aumentos salariales superiores en los próximos cuatro años a los que los trabajadores de Ford han recibido en los últimos 22 años. La subida es del 25% en la retribución por hora hasta abril de 2028, y que con algunos ajustes por el coste de la vida será de más de un 30%, hasta más de 40 dólares la hora. El salario inicial aumenta en un 68%, hasta más de 28 dólares la hora. Los trabajadores peor pagados de Ford tendrán un aumento de más del 150% durante la vigencia del convenio, y algunos recibirán un aumento inmediato del 85% en cuanto se ratifique, siempre según la UAW.

El convenio también incluye restricciones a la temporalidad, acorta el periodo de aplicación de la doble escala salarial (la progresión de la de los nuevos trabajadores a la general pasa de realizarse en ocho años a solo tres) y reconoce el derecho de los trabajadores a hacer huelgas en protesta contra el cierre de fábricas. También se incluye un festivo adicional y dos semanas de permiso parental.

“Durante meses hemos dicho que beneficios récord significan contratos récord. Y la familia de la UAW y nuestra huelga Levántate ha cumplido. Lo que comenzó en tres plantas a medianoche del 15 de septiembre se ha convertido en un movimiento nacional”, afirma Fain en un vídeo difundido en las redes sociales. “Hemos conseguido cosas que nadie creía posibles. Desde que empezó la huelga, Ford ha puesto sobre la mesa un 50% más de lo que había cuando nos fuimos. Este acuerdo nos sitúa en una nueva senda para hacer las cosas bien en Ford, en los Tres Grandes y en toda la industria automovilística. Juntos, estamos cambiando las tornas para la clase trabajadora de este país”, añade.

General Motors Co. y Stellantis NV tienen previsto reunirse con la UAW el jueves y el sindicato espera que acuerden las mismas condiciones, según fuentes familiarizadas con las negociaciones citadas por Bloomberg.

Bill Ford, presidente de Ford y miembro de la quinta generación al frente de la empresa, hizo a principios de la semana pasada un llamamiento a poner fin a la huelga contra los Tres Grandes del motor de Detroit (General Motors, Ford y Stellantis) que solo beneficiaba, dijo, a Tesla, Toyota, Honda y los fabricantes chinos. El directivo alertó de que se estaba poniendo en riesgo el futuro del sector y las comunidades de las zonas donde se encuentran las fábricas. No ha sido ese llamamiento, sino los progresos en la mesa de negociaciones los que han permitido llegar a un principio de acuerdo.

La huelga del motor empezó el 15 de septiembre con la paralización de una planta de cada uno de los Tres Grandes de Detroit que emplean a 14.000 trabajadores sindicados. Entre ellas estaba la de Ford en Wayne (Michigan), que monta el modelo Bronco y la camioneta Ranger. El viernes 29 de septiembre, el líder sindical convocó a la huelga a 7.000 trabajadores adicionales de la UAW en una fábrica de General Motors y otra de Ford en Chicago (Illinois), de donde salen los modelos Explorer y Lincoln Aviator.

El 6 de octubre, Fain anunció importantes progresos en las negociaciones y renunció a ampliar la huelga, pero unos días después dio la sorpresa al convocar el paro en la planta más rentable de Ford, una fábrica de camionetas y vehículos de alta gama situada en Kentucky con unos 8.700 trabajadores que genera unos 25.000 millones de dólares anuales. Los trabajadores seguirán en huelga hasta que se ratifique el acuerdo.

General Motors Co. (GM) dijo el jueves que despidió a 13 empleados adicionales en su Marion Metal Center en Indiana, elevando el número total de trabajadores despedidos de GM a 2.320, como resultado de la huelga del UAW contra los “Tres Grandes”, según medios locales.

Hasta ahora, Ford Motor Co. ha despedido a más de 2.730 trabajadores en total y Stellantis NV tiene 1.530 empleados en despido temporal.

El UAW se reunió el jueves con negociadores de GM y Stellantis para discutir las ofertas.

Está previsto que el presidente de la UAW, Shawn Fain, hable durante un evento en Facebook Live a las 16:00 hora local (20:00 GMT) del viernes. El sindicato ha aprovechado este evento para anunciar ampliaciones de la huelga.

El sindicato anunció huelgas en tres fábricas seleccionadas de Ford, General Motors Co. y Stellantis NV el 14 de septiembre, después de que expirara su contrato con los “Tres Grandes”.

Primero extendió la huelga a 38 centros de distribución de piezas de repuesto de GM y Stellantis en todo el país el 22 de septiembre, al no lograrse avances significativos en las negociaciones de nuevos contratos; posteriormente llevó la huelga a las plantas de ensamblaje de SUV de GM y Ford, el 29 de septiembre, y el pasado miércoles hizo lo propio en la planta de camiones altamente rentable de Ford en Kentucky.

Alrededor de 34.000 de unos 146.000 trabajadores representados por el UAW en los tres grandes fabricantes de automóviles estadounidenses están en huelga en todo el país, a los que se sumaron 4.000 trabajadores de Mack Trucks el 9 de octubre, llevando el número total de miembros del UAW actualmente en huelga a más de 38.000.

 

Impacto en las ganancias

“Dados los efectos de la huelga de la UAW y con la ratificación del acuerdo provisional con sindicato que se anunció el miércoles por la noche aún pendiente, Ford retira sus previsiones para resultados operativos para todo el año 2023″, ha dicho la empresa en un comunicado.

En el tercer trimestre, la empresa con sede en Dearborn (Michigan) aumentó sus ventas un 11%, hasta 43.801 millones de dólares (unos 41.500 millones de euros al tipo de cambio actual), en comparación con el mismo período del año pasado, gracias sobre todo a las subidas de precios de los coches. El grupo logró un beneficio de 1.199 millones de dólares, frente a pérdidas de 827 millones un año antes, según las cuentas publicadas por la empresa.

En el acumulado de los nueve primeros meses del ejercicio, las ventas crecen un 14%, hasta 130.229 millones de dólares. Entre enero y septiembre, el grupo ha ganado 4.873 millones de dólares, frente a números rojos de 3.270 millones en el mismo período del pasado año. Ford elevó en julio su previsión de resultado neto de explotación, antes de intereses e impuestos, a un rango de 11.000 a 12.000 millones de dólares. En los primeros nueve meses acumula 9.400 millones, un 20% más que el año pasado.

Ford ha pactado con los sindicatos subidas de sueldos del 25% en cuatro años, que en realidad son mayores al 30% cuando se tienen en cuenta otras partes del acuerdo. La compañía espera que eso permite volver al trabajo a los aproximadamente 20.000 trabajadores que están en huelga en tres de sus fábricas.

Las cifras del tercer trimestre superan las previsiones de los analistas en cuanto a ingresos, pero se quedan por debajo en beneficios. Las acciones han reaccionado con caídas fuera del horario habitual de negociación.

Un aumento del 7,7% en las ventas de vehículos en EE.UU. durante el trimestre, junto con la fortaleza de los precios, reforzaron los resultados de Ford en sus modelos tradicionales con motor de combustión, como el todoterreno Bronco y la camioneta F-150. Esa unidad, conocida como Ford Blue, obtuvo en el tercer trimestre unos beneficios antes de intereses e impuestos de 1.718 millones de dólares, por debajo de la previsión media de los analistas de 1.940 millones de dólares. Los ingresos crecieron en ese negocio un 7%, hasta 25.600 millones.

Las dificultades de Ford en su incipiente negocio de vehículos eléctricos, conocido como Model e, se tradujeron en una pérdida antes de intereses e impuestos de 1.329 millones de dólares, superiores a las que esperaban los analistas, “atribuible a la inversión continuada en vehículos eléctricos de nueva generación y la difícil dinámica del mercado”, según la empresa. Los ingresos del negocio de coches eléctricos crecen un 26% en el trimestre, pero aún aportan solo 1.800 millones de dólares. Las ventas del vehículo eléctrico estrella de Ford, la camioneta F-150 Lightning, se desplomaron un 46% en el trimestre, ya que la empresa cerró su fábrica por ampliación, retrasó la entrega de vehículos por controles de calidad y despidió temporalmente a trabajadores de la planta.

El negocio comercial de Ford, conocido como Ford Pro, obtuvo unos resultados netos de explotación de 1.654 millones de dólares, por debajo de los 2.160 millones que esperaban los analistas. La facturación de esta división ascendió a 13.800 millones de dólares, con un aumento del 16%.

 

Brasil: 4000 trabajadores de GM paralizan producción

 

Este lunes (23), la fábrica de General Motors (GM) en São José dos Campos (SP) amaneció paralizada. Los aproximadamente 4.000 trabajadores metalúrgicos responsables de fabricar 150 automóviles por día se declararon en huelga por tiempo indefinido.
La decisión de retirarse se produjo después de que, el pasado sábado (21), la multinacional estadounidense realizara despidos sin previo aviso e incumpliendo un acuerdo firmado con el sindicato. Según los huelguistas, la producción sólo se recuperará después de que se reviertan los despidos en las fábricas de GM en São José dos Campos, São Caetano do Sul y Mogi das Cruzes.

A pesar de ser cuestionado, el fabricante de automóviles no informó el número de trabajadores despedidos y afirmó que “es necesaria una adaptación”. Los despidos se produjeron mediante telegramas y correos electrónicos.
Valmir Mariano, vicepresidente del Sindicato de Trabajadores Metalúrgicos, afirma que los recortes afectaron, entre otros, a mujeres embarazadas y a una persona con discapacidad auditiva.
Rompiendo el trato
Desde el pasado 3 de julio, alrededor de 1.200 trabajadores metalúrgicos de la fábrica de São José dos Campos se encuentran en paro, sus contratos de trabajo han sido suspendidos temporalmente. El convenio se firmó con el sindicato y tenía, a cambio, la garantía de estabilidad laboral para todos los empleados hasta el 3 de mayo de 2024.
La empresa no se pronunció sobre el incumplimiento del acuerdo e informó que “la caída de las ventas y de las exportaciones llevó a General Motors a adaptar su plantilla”.
GM también dice que “esta medida se tomó luego de varios intentos de satisfacer las necesidades de cada fábrica, como despidos , vacaciones colectivas, días libres y una propuesta de un programa de despido voluntario”. Este último fue presentado por la empresa en la fábrica de Mogi y rechazado por la categoría.

“Entendemos el impacto que esta decisión puede tener en la vida de las personas”, informa el gigante del automóvil, para quien los despidos permitirán “a la empresa mantener la agilidad de sus operaciones, garantizando la sostenibilidad para el futuro”.
“Este acuerdo de despido fue precisamente para superar cualquier crisis de ventas y exportaciones que esté alegando la empresa. No hay ningún motivo para que la empresa haga estos despidos”, destaca Mariano. Además de este acuerdo, señala el sindicato en una nota, “GM incumplió la legislación que obliga a las empresas a abrir negociaciones con el sindicato de la categoría antes de realizar despidos masivos”.
Desde junio, los fabricantes de automóviles del país han recibido 800 millones de reales en incentivos del gobierno federal en forma de exenciones fiscales. El programa creado por el presidente Lula (PT) para subsidiar los automóviles populares y estimular la industria automotriz no estuvo acompañado de contrapartes relacionadas con la garantía de empleo o objetivos de producción.
Además, los beneficios de General Motors en Brasil están creciendo. Según la propia empresa, en el segundo semestre de este año se produjo un salto del 59% respecto al mismo periodo de 2022.
“Ni un solo tornillo”
El Sindicato de Trabajadores Metalúrgicos afirmó que enviará una carta a los gobiernos federal, estatal y municipal convocando a una reunión para pensar medidas para revertir los despidos.
“Unificaremos la lucha con las tres plantas que tuvieron despidos masivos”, garantizó Valmir Mariano, refiriéndose a las fábricas de Mogi das Cruzes y São Caetano do Sul. “GM actuó de manera ilegal, irrespetando el acuerdo y la legislación, e inmoral, por faltarle el respeto a los trabajadores”, critica.
En São José dos Campos, la unidad de GM produce automóviles modelo S-10 y Trailblazer, además de motores y transmisiones. “No produciremos ni un solo tornillo hasta que se cancelen los despidos”, advierte Valmir Mariano.

 

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