En septiembre cerraron el taller ubicado en San Martín, buscaron forzar una quiebra sin presentarse a las audiencias convocadas por el Ministerio de Trabajo. Los trabajadores han armado una cooperativa para sostener los puestos de trabajo.
Trabajadores de la empresa gráfica Rotativos Ares -localizada en el partido de San Martín (Buenos Aires)- mantienen la permanencia en el taller tras el cierre intempestivo el pasado 11 de septiembre dispuesto por sus dueños Manuel y Gabriela Ares por el cual están en riesgo 25 fuentes de trabajo.
Rotativos Ares es una gráfica creada hace 40 años dedicada a la impresión de etiquetas autoadhesivas y formularios continuos con trabajadores que cuentan de 15 a 39 años de antigüedad.
Según comunicaron los trabajadores, los dueños decidieron cerrar unilateralmente sin la intención de pagar ningún tipo de indemnización sumado a la deuda salarial. Posterior a ello presentaron un pedido de quiebra ante los Tribunales Comerciales de San Martín donde fue rechazada por no contar la documentación adecuada ni los requisitivos legales mínimos para tal fin.
Asimismo desde la Federación Gráfica Bonaerense informaron mediante un comunicado que “los empresarios se niegan a presentarse en las audiencias de conciliación convocadas por el Ministerio de Trabajo o reunirse en forma directa con los trabajadores para encontrar una solución“.
“Nada justifica el irresponsable e insensible cierre de esta empresa dedicada a uno de los rubros con más demanda de la industria gráfica como son las etiquetas autoadhesivas y dejar sin trabajo a compañeros de 15 a 39 años de antigüedad”, agregaron.
La respuesta de los trabajadores para defender los puestos de trabajo y salarios adeudados es una permanencia en el taller donde cuentan con el respaldo del gremio. Como con tantas otras experiencias en la actividad gráfica ante el abandono patronal han conformado la Cooperativa de Trabajo Unión Gráfica San Martín ya inscripta en el INAES buscando reactivar el taller.
En diálogo con Radio Gráfica, el delegado Hugo Trejo, indicó: “Había algunas dificultades como tienen muchas empresas, pero no justifica tomar la decisión que tomaron, no merecían esto los trabajadores con tantos años de antigüedad”.
“Puntualmente estábamos trabajando en la producción de etiquetas de vino donde teníamos clientes importantes como la bodegas Dante Robino y Dellepiane, además de Aerolíneas Argentinas”, añadió.
Trejo indicó que la empresa “no se presentó a ninguna de las audiencias convocadas por el Ministerio de Trabajo, nunca dieron la cara. Tomamos la decisión de permanecer en el taller para cuidar las máquinas, es además una empresa bien equipada”.
En el proceso de conformación de la cooperativa tuvieron el apoyo de la Federación Gráfica Bonaerense en donde una de las características históricas del gremio (al menos más de dos décadas) es contribuir a la organización de cooperativas de trabajo en donde los dueños abandonan los talleres y a sus trabajadores. Actualmente existen 25 cooperativas gráficas como respuesta a esa situación.