Gaza: “Civiles” y “guerra”, dos confusiones deliberadas

 

En agosto de 1945 Hiroshima y Nagasaki no podían contar con la aviación para defender su cielo porque, tras la debacle de la flota imperial, el Japón destinaba sus escasos aviones a tratar de contener el avance naval de USA.

Tenían, sí, una cierta cobertura de radar y baterías antiaéreas cuyos proyectiles podían alcanzar algo más de 4000 m de altura. Pero los aviones que arrojaron las bombas —contra las cuales no había modo de protegerse, porque derretían y volatilizaban todo— volaban a más de 9000 m.

Entonces, ¿los soldados japoneses podían repeler el ataque, o estaban tan indefensos como los civiles?

Vengamos más cerca: ¿los marinos del “Belgrano” tuvieron oportunidad de combatir al “enemigo”*?

En Gaza, una célula de milicianos se desplaza entre escombros o por túneles hasta que tiene un resquicio para disparar contra una sección o un blindado que avanzan… y salir corriendo. Porque el lugar de donde partió el ataque es inmediatamente localizado por sistemas de detección muy sensibles que en cuestión de segundos envían a ese punto un misil que vuela una manzana entera.

Resultado: en Gaza muere un soldado judío por cada cien gazatíes. Y aclaremos que las armas que emplean los israelíes son tan bestiales que una buena parte de sus muertos son por fuego amigo (hecho que el Ministerio de Defensa solo revela cuando es inocultable).

Esas cifras tan desiguales no parecen una guerra, como la llama Israel, sino una matanza. Y, además, si fuera una guerra tendría que respetar los respectivos Convenios de Ginebra. Pero resulta que en febrero de este año el Estado teocrático dio tres cifras —10.000, más de 10.000 y 12.000— sobre los milicianos de Hamas que mató en combate. En cuyo caso —puesto que los heridos suelen ser de tres a cinco por cada muerto en batalla— en Gaza debieron ser entre 30.000 y 50.000: Israel no informó ni de uno solo. En Vietnam, Estados Unidos al menos asumía que el enemigo, en los enfrentamientos, no podía tener solo muertos, y lo resolvía así: “…los vietcong huyeron llevándose sus heridos”.

La resistencia de Hamas (que no son santos de mi devoción) es justa y es heroica, pero solo le raya la pintura a Israel, a la vez que mantiene en el centro la perspectiva bélica.

No será el sacrificio de esos muchachos lo que va a derrotar la arrogancia del dúo USA-Israel y su comparsa de chupamedias, sino la conciencia de todos los pueblos del mundo, hermanados en el combate contra la masacre y la opresión, y por la vida y la libertad.

*El enemigo real, en ese entonces, era claramente la dictadura.

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